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La principal coalición opositora egipcia boicoteará las legislativas de abril

El Frente de Salvación Nacional cree que ley electoral que favorece a los Hermanos Musulmanes

Uno de los líderes de la oposición en Egipto, en rueda de prensa
Uno de los líderes de la oposición en Egipto, en rueda de prensaG. GUERCIA (AFP)

El Frente de Salvación Nacional, la principal plataforma opositora de Egipto, anunció el martes por la tarde de manera oficial que boicoteará las próximas elecciones legislativas que se celebrarán en cuatro fases a partir del 22 de abril. La declaración coincidió con la celebración de una nueva ronda del “diálogo nacional” presidido por Morsi, y a la que sólo asistieron las diversas fuerzas islamistas, y algún partido laico menor.

Sami Ashour, presidente del colegio de abogados, hizo pública la decisión del Frente en una breve rueda de prensa que no admitió preguntas. Ashour justificó la apuesta de no participar en los comicions en el hecho que la presidencia haya ignorado las condiciones establecidas por la coalición el mes pasado, y en la existencia de una ley electoral que favorece a los Hermanos Musulmanes.

Desde que el raïs islamista Mohamed Morsi anunció la fecha de las eleccions el pasado jueves, varios líderes del Frente, como Hamdin Sabahi o Mohamed elBaradei, ya habían expresado su apoyo al boicot de las elecciones. Por consiguiente, el anucio del grupo opositor no sorprendió a los analistas.

“En la reunión se han expresado diversos puntos de vista, pero todos hemos estado de acuerdo en la idea de no participar en las elecciones, y también en continuar actuando de forma coordinada en el seno del Frente”, declaró Amr Musa, ex secretario general de la Liga Árabe, a la salida de la reunión ante una nube de cámaras.

El Frente Nacional se creó el pasado mes de noviembre tras la promulgación de un controvertido decreto por el que Morsi se arrogaba poderes cuasi absolutos de forma interina. La coalición, que incluye diversos partidos laicos de diferente pelaje ideológico, de neoliberales a comunistas, se posicionó en contra de la nueva Constitución del país, aprobada en referéndum en diciembre.

Los Hermanos Musulmanes, el movimiento político del presidente Morsi, han censurado las llamadas al boicot por parte de la oposición. Abu Baraka, el asesor jurídico del Partido de la Libertad y la Justicia, el brazo político de la Hermandad, las ha calificado del “colmo de la debilidad política”.

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El grupo islamista considera que con las elecciones legislativas se pondrá fin al periodo de transición democrática que se inició con la renuncia de Hosni Mubarak, en febrero del 2011. El anterior parlamento, disuelto por el Tribunal Constitucional el pasado mes de junio, los islamistas goazaban de una amplia mayoría gracias a su mejor implantación territorial.

Unos minutos después de la rueda de prensa del Frente, en el palacio presidencial de Ittihadiya, se iniciaba la nueva ronda de diálogo nacional patrocinada por el presidente Morsi, a la que no asistió casi ninguno de los partidos y personalidades de la oposición que habían sido invitados. En la agenda reunión, las reglas de juego bajo las que se deben celebrar los comicios.

“Tengo la principal responsabilidad de la celebración de elecciones justas y transparentes. Garantizo que las próximas elecciones tendrán el mayor grado de imparcialidad y transparencia”, dijo Morsi en una reunión que fue retransmitida en directo por la televisión pública egipcia, un hecho inédito.

Sin embargo, la promesa del raïs no fue suficiente para convencer al partido salafista Nur, que durante la última semana ha tenido una mantenido una agria disputa con la Hermandad, a la que acusa de pretender acaparar el poder. El líder de Nur, Yunis Majiun, se quejó de que Morsi no haya repondido de forma positiva a su propuestas para superar la actual crisis política que vive el país. Otros participantes en el acto sugirieron posponer las elecciones, y advirtieron de la posibilidad que el Tribunal Constitucional disuelva de nuevo el Parlamento por los errores de la nueva ley electoral.

El país árabe padece desde hace meses una instabilidad política crónica, con continuas manifestaciones, sentadas y huelgas contra el gobierno. Este panorama ya ha empezado a afectar de forma notable la popularidad del presidente Morsi. Según una encuesta reciente, por primera vez desde su investidura, menos de la mitad de los egipcios aprueba la gestión del raïs. Desde el mes de octubre, su popularidad ha caído del 78% al 49%. Sin embargo, el Frente no sale mejor parado del sondeo, pues un sólo un 35% aplaude su labor opositora, mientras un 53% la reprueba.

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