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¿No hay una mujer a la altura de ese comité?

Solo el 15% de la clase dirigente de Italia está formada por mujeres y buena parte de ellas mayores de 50 años

Los partidos italianos —todos en general, aunque unos más que otros— fueron a las pasadas elecciones generales con más jóvenes en las listas de lo habitual y más presencia femenina de lo acostumbrado. Lo que tendría que ser algo natural se convirtió, por novedoso, en motivo de orgullo e incluso de ostentación por parte de los líderes políticos. Italia sigue siendo un país donde los jóvenes se hacen viejos esperando una oportunidad y las mujeres —salvo las excepciones que confirman la regla— siguen estando muy alejadas de los centros de poder.

 Después de años de vejaciones públicas por parte de Silvio Berlusconi, la decisión de Mario Monti de colocar al frente de ministerios muy importantes a mujeres de reconocido prestigio —Elsa Fornero, Trabajo; Anna Maria Cancellieri, Interior; Paola Severino, Justicia— supuso una agradable sorpresa. Si bien sus edades —Cancellieri tiene 70 años y Fornero y Severino, 65— vienen a subrayar lo que el informe Eurispes de 2013 desvela en un capítulo titulado Mujeres al poder, un club un poco demasiado exclusivo.

Según el centro de estudios que preside el sociólogo Gian Maria Fara, el 85% de la clase dirigente está formada por hombres, y del 15% que se reserva a las mujeres, el 37,6% está entre los 51 y los 65 años, “pero todavía es más significativo señalar que el 25,8% de las mujeres de poder está constituido por mujeres mayores de 65 años”.

Llama la atención que alguien con tanta experiencia para la política como Napolitano no haya encontrado una mujer Para salir de su laberinto

Hasta que, en noviembre de 2011, Giorgio Napolitano apadrinase la operación de ingenieria política para sacar a Berlusconi del poder y sustituirlo por un gobierno técnico presidido por Mario Monti, el viejo estadista gozó de una veneración casi unánime por parte de los italianos. Aquella medida tan arriesgada en un momento tan difícil demostró las agallas del presidente, pero restó consenso en torno a su figura. En cualquier caso, “el rey Jorge” sigue siendo, con mucha diferencia, el político más cercano, el más respetado. Llama la atención que alguien con tanta experiencia para la política como Napolitano, de 88 años, no haya encontrado ni entre sus coetáneas ni entre las generaciones jóvenes a ninguna mujer capaz de ayudar a la política a salir de su laberinto. Y más teniendo en cuenta que se ha especulado con la posibilidad de que el próximo presidente no sea un hombre. La excomisaria Emma Bonino o la propia ministra Cancellieri han formado parte de las quinielas. Así pues, el hecho de que Napolitano no haya incluido entre sus 10 sabios a ninguna sabia invita a pensar que, cuando las cosas se ponen difíciles, en Italia se sigue prefiriendo a los hombres que peinan canas.

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