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El desganado V Centenario del descubrimiento de Florida

Las celebraciones por la llegada del pionero español Ponce de León en 1513 a las costas de EE UU languidecen ante la falta de impulso institucional

Maqueta del barco español que llegó a San Agustín (Florida), donde se celebra el descubrimiento.
Maqueta del barco español que llegó a San Agustín (Florida), donde se celebra el descubrimiento.EFE

“¡Es que tenemos tantos….!”. Así justificó hace unos años en París un alto cargo político la ignorancia y el desinterés generalizados en España sobre la pléyade de descubridores en América que serían héroes venerados en cualquier país. Un conformismo cultural, histórico y político casi moneda habitual. Con la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de Florida vuelve a ponerse en evidencia. Juan Ponce de León, un castellano de Tierra de Campos, fue el primer europeo confirmado en llegar a tierras de lo que hoy son los Estados Unidos. La propaganda inglesa se ha preocupado de celebrar como pioneros a los colonos que arribaron más al norte, a Jamestown (ahora Virginia y antes también Florida), en 1607, casi un siglo después.

Pero los exploradores ingleses ni siquiera lograron tener un asentamiento permanente como le ocurrió incluso mucho antes a la expedición española de Tristán de Luna, que se instaló en Pensacola, al noroeste de Florida, en 1559. Un huracán destruyó el fuerte. Sí lo logró, seis años después, en 1565, Pedro Menéndez de Avilés, que fundó San Agustín en la costa este. Sus actuales residentes, orgullosos de su historia, han luchado desde dentro de Estados Unidos para reivindicar la evidencia de ser la ciudad más antigua del país. Uno de sus directores de Turismo, Bill Adams, llegó a declarar a The Washington Post: "Se ha hecho caso omiso a San Agustín por ser de origen español, no inglés". Según ello, Ponce, sin haber fundado nada, sólo tendría amparo desde España, pero se reconoce bastante más su nombre en múltiples lugares de Florida.

El desencanto en la Fundación privada España Florida 500 años, creada en Miami hace cuatro años para promover este hito, es patente

Ponce pasó de veterano en la conquista de Granada a ser otro gran líder en la aventura de América. Con sus luces y sus sombras, pero dejando una inmensa huella. Gobernador de Puerto Rico tras varios años de periplos caribeños y una dura pugna con Diego Colón, el hijo del Almirante, Ponce salió de la isla caribeña con tres barcos y 200 hombres, mujeres y negros libres. Cruzó las Bahamas y después ver tantas arenas blancas y aguas azules clarísimas se encontró con una tierra de vegetación deslumbrante, que confundió con otra gran isla. Era el Domingo de Resurrección, Pascua Florida, y el nombre estaba cantado. Existen dudas sobre el lugar exacto donde fondeó para tomar posesión en nombre de la Corona española, pero lo más probable es que fuera muy cerca de lo que hoy es el Cabo Cañaveral de la NASA. Hoy, un poco más al norte, está Ponce Inlet, la Ensenada de Ponce, con su población y su faro. Y con motivo del medio milenio se ha planteado incluso una puja simbólica entre Melbourne Beach, en la zona, y la norteña San Agustín, por apropiarse el protagonismo.

La supuesta búsqueda por parte de Ponce de la Fuente de la Eterna Juventud, de la que hay una réplica en San Agustín, parece una invención posterior. Él iba por riquezas. Pero aún hoy existen incluso carreras de caballos con ese nombre en los hipódromos floridanos. Bímini, el señuelo inicial, es la isla de las Bahamas más cercana a Miami, donde también quedó su impronta. En Virginia Key, muy cerca del recinto de Crandon Park donde estos días echan de menos a Rafa Nadal en el torneo de tenis, se celebra todos los años en enero la llegada de los españoles con un festival y vestimentas de la época. Ponce se reabasteció de agua allí.

El ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo.
El ministro de Exteriores español, José Manuel García-Margallo.ULY MARTIN
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Todo grandezas, mientras el interés del Gobierno español en la conmemoración, que en España no se deja de mencionarlo como un gran hito en cualquier acto oficial que tenga que ver con EE UU, apenas se nota. A finales del año pasado, durante la presentación en San Agustín del programa Viva Florida 500, que acoge una serie de actos con este motivo, no estuvo nadie. Sólo el alcalde de Santervás de Campos, pueblo natal de Ponce, y que prometió traer una réplica de la pila bautismal del descubridor para que se instale en la catedral. En la pequeña localidad de 140 habitantes al norte de Valladolid, sí han entendido la efeméride como un grito contra todos los olvidos, incluida su despoblación.

El desencanto en la Fundación privada España Florida 500 años, creada en Miami hace cuatro años para promover este hito, es patente. Señalan que nuevamente planea la poca atención a un acontecimiento que podría servir para mejorar la marca España. Existe la sensación de que se va a desaprovechar una ocasión para reivindicar la capacidad española basada en el legítimo orgullo de unos antepasados gloriosos.

En Florida se valora el interés histórico innegable, aunque el desconocimiento es también bastante general

Los Reyes, tras la nueva recaída de don Juan Carlos que le ha obligado a tomarse un descanso de seis meses, ya no estarán presentes como en 2009 cuando asistieron a los actos del 450 aniversario del asentamiento de Pensacola. Según fuentes de Zarzuela, y sin precisar aún la agenda, lo harán el príncipe Felipe y la princesa Letizia a finales de abril.

En Florida se valora el interés histórico innegable, aunque el desconocimiento es también bastante general por la inercia anglófila, sesgada a nivel nacional y fundacional. Pero el Estado prepara distintos actos de celebración porque le interesa vender un turismo cultural e histórico además de su clima y sus playas. Su inefable gobernador Rick Scott, empresario que entró en política a golpe de talonario, lo predicó durante su pasada visita a España. Pero la maldición descubridora pareció seguir presente y de aquella visita sólo quedaron sus desafortunados comentarios al Rey tras la peripecia en Botsuana.

Ponce de León, herido por una flecha india durante su segundo viaje a Florida, murió en La Habana en 1521. A los 61 años, lejos de Castilla. Y 500 después, lejos de ser reconocido.

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