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TOMAS REGALADO | Alcalde de Miami

“Hay que dar a los inmigrantes una vía a la ciudadanía, como tuvimos los cubanos”

El alcalde de una de las ciudades con más diversidad de EE UU opina en esta entrevista que los indocumentados deben tener una vía para regularizarse como se hizo con los cubanos en su momento

Pablo Ximénez de Sandoval
El alcalde de Miami, Tomas Regalado, en Madrid.
El alcalde de Miami, Tomas Regalado, en Madrid.Sergio Barrrenechea (EFE)

Tomás Regalado (La Habana, 1947), alcalde de Miami desde 2009, fue periodista durante dos décadas antes de entrar en política de la mano del Partido Republicano. Su padre, también periodista, sufrió 22 años de cárcel en Cuba. Regalado estuvo este miércoles en Madrid invitado por la Fundación Ortega Marañón para participar en un coloquio en Casa América sobre las celebraciones del 500 aniversario del descubrimiento de Florida por el español Juan Ponce de León. Allí, en un encuentro con varios medios españoles, aprovechó para apoyar las negociaciones para una verdadera reforma migratoria que “dé un camino para la ciudadanía” a unos 12 millones de personas. Sus razones mezclan la historia de la comunidad cubana con la visión práctica de alcalde de una de las ciudades más diversas de Estados Unidos, que conoce de primera mano los problemas que se acumulan durante años ante la falta de acuerdo.

Respecto al hipotético acuerdo, dice tener claro cuál debe ser el resultado final. “Lo que debería quedar es que se le diera a estas personas que hoy están en un limbo la posibilidad de ajustar su estatus y que se les ofrezca un camino a la ciudadanía”. La forma en que se dé ese acceso a la ciudadanía es “el punto más controvertido, hay muchos en usa que todavía se resisten a que uno que no luzca igual que ellos se conviertan en ciudadano”, asegura. “Nosotros, que vinimos antes, tuvimos esa opción de acceder a la ciudadanía. Eso es lo que ha dado a los cubanos poder político a nivel nacional. Somos ciudadanos, y por ende, votantes”.

Si nosotros en Miami pudiéramos legalizar el estatus de mucha gente, no estarían escondidos, estarían trabajando, pagando impuestos

Las grandes ciudades con más diversidad de Estados Unidos, como Miami, Nueva York o Los Ángeles, tienen mucho que ganar si se hacen visibles los inmigrantes. “Si nosotros en Miami pudiéramos legalizar el estatus de mucha gente, no estarían escondidos, estarían trabajando, pagando impuestos. Esa gente tiene un accidente y hay que llevarlos al hospital, tiran basura y hay que recogerla. Se está perjudicando a las ciudades al no hacer legales a personas que están viviendo ahí”. Actualmente, esos inmigrantes apenas aportan los impuestos sobre el valor añadido que pagan al comprar algo. No les queda más remedio. “Pero son migajas con lo que podría recibir cualquier municipalidad si esta gente se ajustara”.

Regalado recuerda a “los americanos que ponen problemas” y a los propios congresistas que están negociando la reforma migratoria que “tal vez, sus tatarabuelos no hablaban inglés”. “Que yo sepa, no hay muchos descendientes de navajos o apaches en Estados Unidos. Todo el mundo desciende de alguien, europeo, irlandés, alemán, italiano o judío”.

Son todas buenas razones para explicar la necesidad de impulsar de una vez la reforma migratoria. Pero se resumen en una. Para Regalado, los hechos consumados caen por su propio peso: “No sé cómo se puede echar [de Estados Unidos] a 12 millones de almas o más”.

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Si gana Maduro en Venezuela, pasará lo mismo que paso en 1959 y 1960 con los cubanos

El Estado de Florida sigue con mucha atención los acontecimientos en Venezuela, dado que es la ciudad de Miami y su entorno el destino principal de las familias que, en un constante goteo, han ido abandonando el país ante el avance del chavismo en la última década. El Gobierno de Caracas, consciente de que ya viven unos 20.000 venezolanos en Miami, principalmente votantes opositores, ha cerrado el Consulado y les obliga a ir a votar a Nueva Orleans, a 1.400 kilómetros. “No podemos hacer nada al respecto”, dice con pesar Regalado.

Ante las elecciones del domingo 14 de abril, descarta una avalancha migratoria de venezolanos a Miami, básicamente por cuestiones prácticas del sistema de inmigración estadounidense. Pero dice que será el principio de un cambio de tendencia. “Estamos convencidos, por el patrón de estos últimos años, de que si se produce una victoria definitiva de Nicolás Maduro muchas personas van a romper sus lazos económicos con Venezuela y asentarse definitivamente en Miami”.

Se refiere a “muchos venezolanos que residen en Miami que todavía tienen esperanzas de que haya un cambio y por eso mantienen negocios en Venezuela”. Eso es lo que se va a terminar. “Lo que pasaría es quizás lo mismo que paso en 1959 [año del triunfo de la revolución de Fidel Castro] y 1960 con los cubanos. Aquellos que tenían ciertos recursos y nivel intelectual o profesional fueron los primeros en irse. Después fueron los trabajadores y campesinos”. Él mismo llegó a EE UU a los 14 años dentro de la Operación Peter Pan, para sacar a niños refugiados de Cuba en aquellos años.

El embargo a Cuba no es un obstáculo al comercio, sino una declaración política. Levantarlo sería como una bofetada moral a la comunidad cubana en el exilio

El alcalde de Miami cree que hay muchas formas de “complicar el proceso electoral” en Venezuela que hacen dudar de la limpieza del mismo. “Está involucrado el Gobierno cubano, que tiene intereses reales en el continuismo”. Y la ausencia de observadores extranjeros.

A las preguntas sobre Cuba, este hombre cuya vida fue marcada por el castrismo transmite una absoluta falta de esperanza en que la situación cambie a corto plazo. Durante el coloquio en Casa América dijo que “el problema de Cuba es parte de Miami porque ninguna de las heridas se han restañado. Es como la historia de Israel, que sigue recordando el Holocausto y no ha habido perdón”. En parte por eso, resume la posición del exilio cubano en que “el problema de Cuba es biológico”. “Hasta que no desaparezcan físicamente los hermanos Castro y los generales de la Sierra Maestra”, no se puede esperar nada de la isla. “Son una Corea del Norte caribeña, con ellos [en el poder] no hay solución”.

Regalado desacredita todas las supuestas reformas recientes de Cuba. “No hay ninguna señal que le permita a uno suponer que pueda haber una apertura real, tanto en el orden económico como político. La reforma migratoria es un mito, quizás para expulsar a disidentes. Todo esto son espejos empañados. Hemos perdido las esperanzas”. Por eso mantiene que el embargo sigue siendo necesario. “El embargo no es un obstáculo al comercio, sino una declaración política. EE UU debe mantenerlo hasta que haya libertades. No hay nada que justifique que se levante. Sería como una bofetada moral a la comunidad cubana en el exilio”.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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