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Maduro, el socio incómodo

El nuevo presidente de Venezuela no tiene el carisma ni los votos que en vida tuvo Hugo Chávez pero tampoco cuenta con el músculo económico que sumó apoyos a favor de su antecesor

El presidente de Nicaragua y su esposa, con Maduro ante la tumba de Chávez.
El presidente de Nicaragua y su esposa, con Maduro ante la tumba de Chávez.EFE

Aunque los Gobiernos de América Latina hacen esfuerzos por demostrar que, desde su punto vista, nada ha cambiado tras la muerte de Hugo Chávez y el ascenso al poder de Nicolás Maduro, el panorama político y económico de Venezuela ya no es el mismo. No solo porque Nicolás Maduro no tiene el carisma de Hugo Chávez, su mentor político y antecesor. Tampoco porque Maduro no logró capitalizar en las elecciones venezolanas del 14 de abril los votos que sumó Chávez en vida y que constituían el grueso de la herencia política que legó. Si la región corre el riesgo de pagar caro el apoyo que en este momento le están dando a la elección de Maduro en Venezuela, es porque el nuevo presidente heredó el poder pero no la chequera del difunto.

Los ingresos petroleros, que en el pasado le granjearon a Hugo Chávez hasta la amistad de sus vecinos más recelosos, no alcanzan para seguir pagándolo todo. Para que Venezuela siga siendo el proveedor solidario de crudo que abastecía, a precios preferenciales, a las naciones de América del Sur y del Caribe. Para que este país, que importa cerca del 80% de todo lo que consume, siga siendo el fiel comprador de las manufacturas y alimentos de sus socios de la Unasur –la Unión de Naciones Sudamericanas-- y del Mercosur –el Mercado Común del Sur.

Las reservas internacionales de Venezuela han caído de 30,2 mil millones de dólares a principios de 2011, a 26,3 mil millones de dólares, según cifras publicadas por el Banco Central de Venezuela este 26 de abril. Los recurrentes problemas de liquidez de Caracas se han agudizado y al día de hoy, el país solo cuenta con divisas suficientes para cubrir dos meses consecutivos de importaciones, al ritmo acostumbrado en la última década, y para honrar las deudas con sus acreedores externos.

La empresa estatal que financia más del 60% del presupuesto venezolano, la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), confronta problemas de producción. De acuerdo al informe más reciente de la firma venezolana Ecoanalítica, “entre 2009 y 2012, la producción (de Pdvsa) para exportación tuvo una variación negativa de 6,7%”. El precio del crudo venezolano también ha descendido, de un promedio de 103,4 dólares por barril en 2012, a 97,2 dólares por barril al cierre de esta semana.

Venezuela fue el último país en integrarse a Mercosur el año pasado y el descenso del precio de su cesta petrolera, se suma a la caída de los precios de las materias primas del grupo: de la carne de Uruguay, y de la soja que producen Argentina y Brasil. La Asociación de Comercio de Brasil (AEB) ya ha previsto que, como consecuencia de esto, el comercio del bloque puede retroceder aún más este año. “Estamos ante un claro momento de pérdida de sinergias entre los países, el bloque requiere una redefinición y una reagrupación", ha dicho el economista jefe de la Fundación Centro de Estudios del Comercio (Funcex), Rodrigo Branco, consultado por la agencia de noticias AFP.

Aún antes de que el presidente Hugo Chávez se declarara enfermo de cáncer, en junio de 2011, el modelo económico de su socialismo del siglo XXI confrontaba a lo interno dificultades que él atribuía a la mala fe del capitalismo y que, en su ausencia, han empeorado. Solo en alimentos primordiales para la dieta del venezolano –la harina de maíz, la leche en polvo, la carne, la sardinas, los aceites, el azúcar—la escasez promedia 40%. La inflación que en 2012 se redujo a 20,1% luego de marcar 27,6% en 2011, amenaza con cerrar este año en una cifra cercana al 30%.

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Ante este panorama económico, la Cancillería de Nicolás Maduro, deberá hacer grandes esfuerzos por mantener en pie los apoyos que han manifestado sus amigos de América Latina y el Caribe al resultado electoral del 14 de abril, y que la oposición venezolana ha calificado de dudosos y ha decidido impugnar. Por honrar la promesa que este viernes hizo el canciller Elías Jaua, de incrementar la cooperación venezolana en el Caribe –un mercado al que Venezuela envía 290.000 barriles de petróleo, de los 3 millones de barriles que produce al día—y por la cual recibió, a cambio, una declaración de todos los presidentes de los países miembros de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) para que se respeten los resultados oficiales de las elecciones del pasado 14 de abril en Venezuela, en las que fue proclamado ganador el oficialista Nicolás Maduro. Luego, si las cuentas fallan, aún tendrían la posibilidad de culpar al capitalismo salvaje de la merma de simpatías regionales a favor del socialismo del siglo XXI, pero sin el encanto y el carisma que tenía Hugo Chávez para hacer ver que sus errores de gestión eran responsabilidad de otros.

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