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La concurrida carrera a la alcaldía de Nueva York

El congresista Weiner que tuvo que dimitir por fotos en ropa interior enviadas por teléfono, calienta la primarias en el frente demócrata

Andrea Aguilar
Anthony Weiner en un acto de campaña en Harlem.
Anthony Weiner en un acto de campaña en Harlem.MARIO TAMA (AFP)

Caída y resurrección vía Internet, parece ser la estrategia del demócrata Anthony Weier cuya carrera como congresista tocó fondo por un escándalo en 2011. Negó haber enviado unas fotos en ropa interior a una estudiante de Seattle, para acabar reconociendo que no era esa la primera vez en que mandaba imágenes a jóvenes con contenido sexual. Apenas dos años después, Weiner, tras muchos rumores, ha decidido saltar a la tablas y sumarse a la carrera por la alcaldía de Nueva York, cuyas primarias se celebrarán el próximo 13 de septiembre. Lo ha hecho vía Internet al colgar un vídeo en el que presenta sus propuestas, denuncia la exclusión de la clase media en la ciudad y aunque reconoce haber cometido errores y aparece con su mujer y su hijo recién nacido, no pide perdón explícitamente. Con un presupuesto para su campaña de 5 millones de dólares y ningún apoyo claro, está por ver si la llegada de Weiner a la campaña tendrá el mismo exitoso resultado que la del congresista republicano Mark Sanford, que tras un escándalo sexual ha logrado volver a ganar unas elecciones.

De lo que no cabe duda es que el frente demócrata cuyas primarias empieza a calentarse. La semana pasada Christine Quinn, la única mujer candidata, miembro del Concejo Municipal, habló de sus años oscuros de la bulimia que sufrió cuando su madre enfermó y del excesivo consumo de alcohol que acabó por convencerla de buscar ayuda en una clínica de desintoxicación. Homosexual y casada, Quinn es la candidata que hasta ahora estaba en cabeza, por su experiencia y su presupuesto, cerca de 7 millones de dólares. La llegada de Weiner puede complicarle un tanto las cosas a Quinn, que por el momento se ha negado a hacer ninguna declaración al respecto. Pero es su relación con la administración Bloomberg lo que la convierte en un blanco de críticas frente a sus adversarios: ella votó a favor de extender a tres legislaturas el mandato en la alcaldía, una ley que aunque resultó en la reeleción de Bloomberg no cayó bien entre los neoyorquinos. El equipo que dirige su campaña es el mismo que ayudó al multimillonario a renovar su mandato en 2009.

En aquella elección el candidato demócrata William C. Thompson, quedó muy cerca de arrebatar la alcaldía Bloomberg y es uno de los seis miembros de su partido que está lanzado en la carrera, aunque sus posibilidades parecen ser mucho menores. Bill de Blasio, casado con una afroamericana y epítome de la nueva ola ciclista y orgánica de Brooklyn, parece tener más apoyos. Sal F. Albanese que ya se presentó en 1997 y obtuvo un 21% de los votos escrutados, esta vez propone legalizar la marihuana y ha decidido no aceptar dinero de lobbies ni de promotores inmobiliarios. John C. Liu a pesar de tener una investigación abierta por el FBI relativa a la financiación de su campaña, está peleando con fuerza y reclamando el electorado asiático y musulmán. El pastor evangelista Erick J. Salgado hace lo propio con los hispanos, aunque es el independiente, Aldolfo Carrión, ex presidente de la pedanía del Bronx, quien más votos puede arañar entre este electorado. Ha abandonado las filas demócratas en un movimiento que recuerda a la decisión de Bloomberg, para emprender esta carrera en solitario.

En el frente republicano se encuentra Joseph J Lhota, vicealcalde con Guiliani y director del sistema metropolitano de transportes de la ciudad con Bloomberg, cuenta con 13 millones para su campaña y un interesante expediente, como su eficiencia y previsión durante la tormenta Sandy. George T. McDonald, exitoso empresario y fundador de Doe Fund, una agencia que emplea y ofrece cursos de formación a vagabundos y desempleados, no parece un rival muy serio. El millonario de origen griego John A. Catsimatidis, con sus declaraciones tipo que la subida de impuestos de Obama era como el castigo de Hitler a los judíos, no se ha ganado muchos amigos en esta ciudad eminentemente progresista y demócrata.

Si una votación es “un acto aspiracional que tiene que ver con mirar hacia delante” tal y como declaraba Weiner esta mañana en la emisora WNYC, habrá qué ver cómo lo imaginan los neoyorquinos el 5 de noviembre en temas tan candentes como educación o precios de vivienda.

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Sobre la firma

Andrea Aguilar
Es periodista cultural. Licenciada en Historia y Políticas por la Universidad de Kent, fue becada por el Graduate School of Journalism de la Universidad de Columbia en Nueva York. Su trabajo, con un foco especial en el mundo literario, también ha aparecido en revistas como The Paris Review o The Reading Room Journal.

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