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Seúl busca en China apoyo para la desnuclearización de Pyongyang

La presidenta de Corea del Sur visita Pekín con el objetivo de que convenza al Norte para que regrese a la mesa de negociaciones

La presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye, ha iniciado este jueves una visita de cuatro días de duración a China con un objetivo prioritario: buscar el apoyo de las autoridades de Pekín para que presionen a Corea del Norte con objeto de que abandone sus ambiciones atómicas. Park pretende que China convenza a Pyongyang de que regrese a las conversaciones internacionales sobre el desmantelamiento de su programa de armas nucleares, que se encuentran paralizadas desde 2009.

“Intentaré reforzar la cooperación entre China y Corea del Sur y hacer que sea más importante para lograr la desnuclearización de Corea del Norte y que participe en conversaciones sinceras”, ha dicho Park esta semana en la prensa de su país. La presidenta confía en que su viaje a China concluya con un duro comunicado conjunto en el cual Pekín y Seúl se comprometan a lograr la eliminación del programa atómico norcoreano. No es probable que China vaya mucho más allá, dada la prioridad absoluta que otorga al mantenimiento de la estabilidad en el Norte.

De momento, todo lo que ha habido es una declaración de buenas intenciones por parte del presidente chino, Xi Jinping, quien tras reunirse con Park ha afirmado que ambos han acordado impulsar “la desnuclearización de la península coreana y proteger con firmeza la paz y la estabilidad en la península”. Park, por su parte, ha declarado: “Hemos acordado que, bajo ninguna circunstancia, las armas nucleares de Corea del Norte son aceptables y hemos confirmado que la desnuclearización de la península coreana va en interés de los dos países”.

El Norte dice que necesita el programa atómico para hacer frente a lo que considera la amenaza nuclear estadounidense

El Gobierno surcoreano ha informado también de que Pekín y Seúl van a discutir las vías para reanudar las negociaciones con Pyongyang. Según Corea del Sur, Xi Jinping ha dado su apoyo a la política de Park de involucrar a Corea del Norte y ayudar a que se una a la comunidad internacional como un “miembro responsable”. La presidenta tiene previsto reunirse mañana con el primer ministro chino, Li Keqiang.

Las condiciones para un acercamiento han mejorado en las últimas semanas. Corea del Norte ha ofrecido este mismo mes a Washington conversaciones de alto nivel para aliviar la tensión y tratar la desnuclearización, pero le ha advertido que no debe poner “condiciones previas”. Washington y Seúl han dejado muy claro que nunca aceptarán que el Norte sea un estado atómico y han insistido en que debe mostrar el claro compromiso de que va a abandonar su programa de armas nucleares si quiere que se vuelvan a poner en marcha las negociaciones. Ambos han presionado a China –el único gran aliado que tiene Pyongyang- para que utilice toda su influencia con objeto de hacer entrar en razón a su vecino.

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El Norte dice que necesita el programa de armamento atómico para hacer frente a lo que considera la amenaza nuclear estadounidense y ha advertido que no abandonará sus ambiciones hasta que la región esté libre de bombas atómicas. Washington afirma que no tiene este tipo de armamento en Corea del Sur, pero mantiene submarinos atómicos en la región. Pyongyang asegura que está dispuesto a discutir su desarme, pero insiste que el mundo también debe abandonar las armas atómicas.

Corea del Norte quiere, además, un tratado de paz definitivo con Estados Unidos que ponga fin de una vez a la guerra de Corea (1950-1953), que acabó con un armisticio, por lo que las dos Coreas continúan técnicamente en guerra.

El régimen del joven líder norcoreano Kim Jong-un ha moderado en las últimas semanas su actitud belicosa hacia Seúl y Washington, a los que llegó a amenazar este año con ataques de misiles y nucleares.

Park pretende aprovechar la creciente frustración de Pekín con su vecino y aliado comunista. China mostró su ira por el lanzamiento de un cohete de largo alcance llevado a cabo por Pyongyang en diciembre pasado y la realización de su tercera prueba atómica en febrero. Desde entonces, ha apoyado el endurecimiento de la sanciones de la ONU, ha restringido la actividad de los bancos norcoreanos y ha urgido al Norte a que regrese a las conversaciones de desarme.

“Esperamos que todas las partes implicadas puedan seguir trabajando para lograr el regreso a las conversaciones a seis bandas (Corea del Norte, Corea del Sur, Estados Unidos, China, Rusia y Japón) y hagan esfuerzos concretos para resolver los problemas pertinentes, lograr la desnuclearización y preservar la paz y la estabilidad en la península a través del diálogo y la negociación”, dijo el miércoles la portavoz de Exteriores china Hua Chunying.

Lograr que Corea del Norte se siente de nuevo a la mesa no será fácil. Cuando el principal negociador norcoreano, Kim Kye-gwan, visitó Pekín este mes, los analistas chinos aseguraron después que Pyongyang parecía más interesado en mejorar sus relaciones con Pekín que en volver rápidamente a las negociaciones.

Washington no quiere caer de nuevo en el juego Pyongyang: participar en unas conversaciones que solo sirven reducir la presión sobre el Norte, le ofrecen una plataforma para pedir más ayuda y le permiten ganar más tiempo para continuar con el desarrollo de su programa de armas nucleares.

Park viaja con una delegación de 71 empresarios, lo que pone de manifiesto la importancia de las relaciones no solo políticas sino también económicas con China, que ha superado a Estados Unidos como socio comercial de Corea del Sur, con unos intercambios cifrados en 215.000 millones de dólares (165.100 millones de euros) el año pasado. Corea del Sur vende a China, entre otros, automóviles -muchos de los taxis en Pekín son de la marca Hyundai-, semiconductores, teléfonos móviles y productos industriales, lo que le permitió lograr un superávit comercial con la segunda mayor economía del mundo de 50.000 millones de dólares (38.400 millones de euros) en 2012.

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