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París pide aplazar las negociaciones con EE UU mientras veta el vuelo de Morales

Hollande justifica la prohibición de sobrevolar su espacio por "informaciones contradictorias" La decisión final sobre las negociaciones comerciales corresponde a la Comisión Europea

Francia ha hecho este miércoles gala de un doble rasero en su actitud respecto al escándalo del espionaje por parte de Washington a sus socios europeos, después de la indignación ya manifestada a principios de la semana por el presidente François Hollande. El mismo día en que se sumaba a Italia y Portugal en la iniciativa de bloquear sus respectivos espacios aéreos al vuelo del presidente boliviano, Evo Morales, debido a un rumor de que se encontraba a bordo Edward Snowden, el autor de las filtraciones que revelaron el espionaje, Hollande reiteraba su voluntad de “suspender temporalmente” las negociaciones comerciales con EE UU a la espera de obtener garantías por parte de Washington.

“No se trata de parar las negociaciones sobre el acuerdo de libre comercio. Es mejor suspenderlas temporalmente, por un plazo de 15 días, para evitar cualquier polémica y dejar tiempo para obtener las informaciones pedidas [a Washington]”, indicó la portavoz del Gobierno, Najat Vallaud-Belkacem, tras el Consejo de Ministros, e insistió en la importancia de que ambas partes se reúnan “en confianza”.

El presidente Hollande ya había condicionado las negociaciones con Washington a que este ofreciera garantías del cese del espionaje a sus socios europeos, unas prácticas que el mandatario francés calificó de “inaceptables”.

Su indignación sin embargo contrastaba con sus actos, dado que Francia fue uno de los tres países que negaron el permiso de sobrevolar su espacio durante la noche del martes al presidente boliviano. Durante la mañana de hoy, los tres países reabrieron el espacio aéreo y permitieron a Morales regresar a Bolivia. Hollande admitió que autorizó el vuelo una vez se aclaró que era el presidente boliviano el que viajaba en el aparato. Hubo “manifestaciones contradictorias sobre los pasajeros”, explicó.

La decisión final sobre la fecha del inicio de las conversaciones le corresponde a la Comisión Europea, por lo que el deseo de París no es suficiente para aplazarlas. Además, carece del apoyo alemán, favorable a mantener las fechas previstas.

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