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Hagel advierte contra los efectos en el Ejército de los recortes del Congreso

El secretario de Defensa dibuja un panorama en el que las Fuerzas Armadas quedan debilitadas y dejan al país en una situación de vulnerabilidad

Yolanda Monge
El secretario de Defensa, Chuck Hagel.
El secretario de Defensa, Chuck Hagel.Susan Walsh (AP)

El secretario de Defensa norteamericano, Chuck Hagel, ha explicado a través de una carta a los líderes del Comité de Servicios Armados del Senado la situación en la que van a quedar las Fuerzas Armadas en Estados Unidos si el Congreso no frena los recortes proyectados para el presupuesto de 2014, cifrados en 52.000 millones de dólares y que forman parte del conocido como secuestro. El escenario es preocupante ante las “acciones draconianas” que se avecinan –vacaciones sin paga para los civiles y la suspensión de reclutamientos-. Los recortes deben de entrar en vigor el próximo 1 de octubre.

La reducción presupuestaria disminuirá el tamaño, la rapidez de actuación y la superioridad tecnológica del estamento militar poniendo “en riesgo” la capacidad del país de cumplir con las necesidades nacionales en materia de seguridad, escribe Hagel en la misiva enviada ayer al senador demócrata Carl Levin y al republicano James Inhofe. “Me opongo de manera rotunda a esos recortes”, apunta el jefe del Pentágono.

Si los recortes se ponen en marcha, Hagel expone que, al menos dos portaaviones no podrán proveer las horas de vuelo necesarias a los aparatos y las unidades de Operaciones Especiales, esenciales en la lucha contra el terrorismo, experimentarán un declive en su preparación. La Armada tendrá que cancelar sus entrenamientos y simulacros de ataques y la Fuerza Aérea –que según el secretario de Defensa ya tiene en tierra a un tercio de sus escuadrones de combate- tendrá que reducir de forma significativa el entrenamiento de más de la mitad de todas sus unidades de combate de aire.

La carta es el pronunciamiento más duro que ha hecho Hagel hasta la fecha contra la resistencia del Congreso de abandonar los recortes y poner en marcha las alternativas presentadas por el Pentagono para ahorrar dinero –cierre de ciertas bases en suelo americano; eliminación de algunos sistemas de armas; reducir el tamaño de la Armada y el cuerpo de Marines; aumentar lo que se paga por la sanidad…-.

El Pentágono debe de reducir su presupuesto de 2013 en unos 41.000 millones de dólares al final de este año fiscal, que concluye el 30 de septiembre

La carta de ocho páginas del secretario de Defensa llega como respuesta a la petición realizada el pasado mes de mayo por Levin e Inhofe para saber a qué se enfrentaban las Fuerzas Armadas ante los recortes impuestos por el Congreso, algunos de los cuales ya entraron en vigor el pasado 1 de marzo, como el resultado de la incapacidad del Congreso para reducir el déficit en 1.200 billones de dólares en una década.

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El Pentágono debe de reducir su presupuesto de 2013 en unos 41.000 millones de dólares al final de este año fiscal, que concluye el 30 de septiembre. Además de las vacaciones forzosas sin paga a los empelados civiles, los militares han comenzado a recortar en entrenamientos y mantenimiento de programas.

Desde el pasado lunes y debido a las medidas de austeridad del Gobierno federal, más de 650.000 empleados civiles del Departamento de Defensa está de vacaciones forzosas que supondrán un recorte del 20% en sus sueldos hasta septiembre. Estas vacaciones forzosas, según el Pentágono, no afectan al personal uniformado, mientras otros 150.000 empleados civiles pudieron evitarlas porque sus trabajos se consideran imprescindibles, como la gente que trabaja en el espionaje. Tampoco afectan a los civiles que trabajan en las zonas de guerra, ni a los extranjeros que trabajan en bases estadounidenses bajo los acuerdos bilaterales.

Hagel, quien sucedió al frente del Pentágono a Leon Panetta en febrero pasado, anunció en abril que reintegraría un porcentaje equivalente de su salario al Tesoro en solidaridad con los trabajadores. Hagel, y su número dos, Ashton Carter, se adelantaron con su iniciativa al presidente Barack Obama al anunciar un día antes que el mandatario que devolverían parte de sus nóminas.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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