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El Supremo de Bangladesh ilegaliza al principal partido islamista

Si el fallo se confirma, el opositor Jamaat e islami no se podrá presentar a las elecciones de enero Este jueves se cumplen 42 años del concierto por Bangladesh organizado por George Harrison

Naiara Galarraga Gortázar
Varios islamistas atacan un autobús en protesta por el fallo este jueves.
Varios islamistas atacan un autobús en protesta por el fallo este jueves.AFP

El Tribunal Supremo de Bangladesh ha declarado este jueves ilegal al principal partido islamista, que es además una pieza clave de la oposición. El fallo sostiene que la carta fundacional del partido viola la Constitución, laica, del Estado. Si la decisión judicial es confirmada, Jamaat e Islami no podrá presentarse a las elecciones previstas para el próximo enero. La ilegalización, que ha sido inmediatamente recurrida, derivó pronto en protestas de los seguidores de Jamaat, que bloquearon el tráfico en algunas grandes vías de Dacca, la capital, informa Reuters.

La política bangladesí está dominada desde la fundación del Estado hace 42 años por dos grandes partidos, la gobernante Liga Awami y el opositor BNP (Partido Nacionalista de Bangladesh). El ahora vetado Jamaat es el principal socio del BNP.

La ilegalización se suma a las condenadas dictadas contra varios de los principales dirigentes del partido islamista en los últimos meses por el tribunal que juzga los crímenes perpetrados en la guerra de independencia en 1971 cuando se separó de Pakistán. Los fundadores de Jamaat están entre los perdedores de aquella contienda; lucharon junto al Ejército paquistaní contra los secesionistas que resultaron vencedores. Fue una guerra breve que causó cientos de miles de muertos.

El tribunal, que según algunos observadores fue creado por el Gobierno para minar a la oposición ante los próximos comicios, condenó hace dos semanas al dirigente más veterano de los islamistas, el nonagenario Ghulam Azam, a 90 años de cárcel. Otros correligionarios han sido condenados a la horca o a cadena perpetua. Cada una de estas condenas ha sido respondida en las calles con grandes y violentas protestas de los islamistas.

Y con una dura represión por parte de la policía que Human Rights Watch califica de “uso excesivo de la fuerza” en un informe difundido este jueves. La ONG acusa a las fuerzas de seguridad de haber matado a 150 personas (algunas eran manifestantes pero también había transeúntes, incluso niños) y herido a unos 2.000 desde febrero pasado. “Si el Gobierno no toma una acción firme para controlar a las fuerzas de seguridad habrá mucha más sangre en las calles antes de que acabe el año” y se celebren las elecciones, ha advertido el director de HRW en Asia, Brad Adams. La ONG acusa a los agentes de haber abierto fuego contra unos manifestantes y haber apaleado hasta la muerte a otros. Entre los fallecidos también hay, recalca HRW, al menos una docena de policías y tres miembros de la gobernante Liga Awami.

Las dos principales formaciones están lideradas por sendas mujeres --Sheij Hasina y Jaleda Zia- que se han relevado en como primera ministra durante las últimas dos décadas. Hasina ostenta ahora el cargo.

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La guerra de independencia de Bangladesh causó además de muertos --medio millón según investigaciones independientes-- millones de refugiados. A la guerra se sumó un ciclón. Y para recaudar fondos para aquellos millones de afectados los cantantes George Harrison y Ravi Shankar organizaron hace 42 años este jueves, el 1 de agosto de 1971, el primer concierto de este tipo en la historia. La revista Rolling Stone lo proclamó recientemente como el mejor directo de la historia. Los anfitriones compartieron escenario en el Madison Square Garden con Bob Dylan, Eric Clapton o Ringo Star.   

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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