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Tímida apertura en la prensa de Cuba, pero más periodistas detenidos

Los medios del Estado pretenden entrar en sintonía con la nueva reforma del Gobierno de los Castro y acabar con el “secretismo”

Un cubano sujeta un ejemplar de 'Granma'.
Un cubano sujeta un ejemplar de 'Granma'.EFE

Los titulares de la prensa oficial cubana siguen retratando las mismas buenas noticias aunque el nuevo propósito público del Gobierno es dejar colar algunas críticas. Los diarios Granma y Juventud Rebelde - con nuevos directores desde hace menos de una semana - celebran en sus páginas el debut triunfal del peso ligero cubano Yasniel Toledo en el Mundial de Boxeo y el próximo comienzo de la zafra 2013-2014. Mientras, en el noticiero de la televisión nacional se ha estrenado el espacio Cuba dice para denunciar lo que no funciona en Cuba y así entrar en sintonía con la nueva reforma promovida por el Gobierno de Raúl Castro: el fin del “secretismo” en los medios del Estado. Esta tímida apertura tiene lugar, sin embargo, en medio de una nueva oleada de cortas detenciones a periodistas independientes dedicados también desde hace mucho a denunciar lo que no anda bien en la isla. 

“La voluntad del Partido es que no haya secretismo. Percibimos que hay un movimiento en ese sentido. El país necesita eso y necesita equilibrio”, dijo Rolando Alfonso Borges, jefe del Departamento Ideológico del comité central del Partido Comunista. Pronunció estas palabras ante la jerarquía de la Unión de Periodistas de Cuba, reunida en un pleno extraordinario este sábado 12 de octubre en La Habana. Ya en julio pasado, Miguel Díaz-Canel - primer vicepresidente de Cuba y propuesto por Raúl Castro - había dado esa misma línea a los periodistas que trabajan en medios del Estado. Les invitaba a hablar de lo que todos hablan en Cuba, a informar a tiempo de lo que ocurre pero sin dar demasiados detalles, la de participar en todos los debates para exponer los argumentos y las verdades de la revolución. “A esa prensa –dijo entonces Díaz-Canel- nuestro General de Ejército le ha pedido, le ha orientado, que debe ser capaz de reflejar la realidad cubana en toda su diversidad, informar de manera oportuna y objetiva, sistemática y transparente la obra de la Revolución, suprimiendo los vacíos informativos, las manifestaciones de secretismo y tomando en cuenta las necesidades e intereses de la población”. 

Desde entonces, el Gobierno cubano trabaja en los ajustes para llevar a la práctica la palabra de los Castro. La prensa oficial ha comenzado a referirse de forma crítica a pequeños problemas de indisciplina social, económica, política y moral en el funcionamiento del Estado, temas que ya han sido mencionados por Raúl Castro en sus discursos: la suciedad de las calles, el alcoholismo, algunos fallos en el funcionamiento de las escuelas.

La prensa oficial ha comenzado a referirse de forma crítica a pequeños “problemas de indisciplina social, económica, política y moral”

La jerarquía del partido también decidió el pasado 9 de octubre remozar los cuadros directos de los dos principales diarios oficiales, Granma y Juventud Rebelde. El periodista Pelayo Terry Cuervo, hasta entonces director de Juventud Rebelde, fue nombrado director de Granma en sustitución de Lázaro Barredo Medina, en el cargo durante los últimos ocho años. Mientras, la periodista Marina Menéndez Quintero, hasta entonces subdirectora de Juventud Rebelde, fue promovida a directora del mismo diario.

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La disidencia interna, sin embargo, tiene pocas expectativas de que estos anuncios y enroques generen cambios importantes en la línea editorial de los medios oficiales o conduzcan a un escenario de mayor apertura para ejercer las libertades de prensa y de expresión. Solo durante los últimos cuatro días han sido detenidos cinco periodistas de pequeños medios independientes. El día 10 fue arrestado el corresponsal del sitio web Misceláneas de Cuba, Mario Echevarría Driggs, cuando cubría una protesta en los alrededores del Palacio Nacional en La Habana. Al día siguiente fueron detenidos el director de la Agencia Social de Periodistas Independientes (Aspi), David Águila Montero, y uno de los corresponsales de la agencia Hablemos Press, William Cácer Díaz. Otros dos reporteros de esta misma agencia –Denis Noa Martínez y Pablo Morales Marchán—fueron arrestados el día 13. Todos ellos salieron en libertad este lunes 14.

La ONG Reporteros Sin Fronteras criticó este lunes la racha de detenciones a periodistas. “No es posible debatir y reformar si al mismo tiempo se continúa recurriendo a la censura, la brutalidad y la arbitrariedad”, declaró la organización a través de un comunicado difundido este lunes, poco antes de que se produjeran las liberaciones. La organización recordó que el 20 de septiembre las autoridades de La Habana rechazaron las recomendaciones del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas para la Libertad de Opinión y Expresión. “Desgraciadamente, esta negativa adquiere mayores dimensiones con estos actos de represión selectiva. Esta actitud es, por demás, incomprensible, dado que el debate sobre la información moviliza cada vez más a la sociedad civil y, en la actualidad, a los medios de comunicación oficiales”, señala la ONG en el documento.

Otros dos periodistas aún se encuentran en prisión pagando sentencias dudosas

Otros dos periodistas aún se encuentran en prisión pagando sentencias dudosas. Ángel Santiesteban-Prats, escritor y autor del blog Los hijos que nadie quiso, fue encarcelado el 28 de febrero y condenado meses más tarde a cinco años de prisión por cargos de supuesta violencia doméstica durante un oscuro juicio. En abril fue trasladado a una celda de aislamiento en la cárcel de San Miguel de Padrón, en La Habana, y allí comenzó una huelga de hambre. Santiesteban-Prats ya había sido detenido antes por su férrea crítica al régimen y en septiembre de este año recibió el Premio Internacional Franz Kafka de Novelas de Gaveta por su obra sobre balseros cubanos titulada El verano en que dios dormía.

En julio de 2011, el corresponsal del diario Granma en la ciudad oriental de Santiago de Cuba, José Antonio Torres, también fue condenado a pagar 14 años de cárcel por cargos de supuesto “espionaje”. Torres fue acusado de dejar información confidencial en el buzón de la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, poco después de que escribiera para Granma un reportaje sobre irregularidades en la construcción de un acueducto en su provincia.

La investigación de José Torres fue publicada en Granma en julio de 2010. Cuando Raúl Castro la leyó, se deshizo en halagos públicos. “Este es el espíritu que debe caracterizar a la prensa del Partido (Comunista) en sus exámenes, ser transparentes, críticos y autocríticos”, dijo el presidente cubano entonces. Ya parecía estar barajando la idea de dar “la batalla contra el secretismo”, que ahora sus lugartenientes dicen promover.

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