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entrevista | secretario general del SICA

“Lo que haga Centroamérica es clave para resolver el flagelo del narcotráfico”

Hugo Martínez defiende la importancia de una estrategia integral en la lucha contra las drogas en la región y la necesidad de apoyo internacional

Eva Saiz
El secretario general del SICA, Hugo Martínez.
El secretario general del SICA, Hugo Martínez.AFP

El antiguo canciller de El Salvador, Hugo Martínez, se incorporó el pasado 1 de julio al frente de la Secretaría Ejecutiva del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), una organización formada por Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá, Belice y la República Dominicana, para orquestar un desarrollo coordinado en materia económica, social y de medio ambiente. El principal objetivo que Martínez se ha impuesto como nuevo secretario general es avanzar en las cinco prioridades del SICA, la seguridad, la gestión del riesgo y el cambio climático, la integración social y la lucha contra la pobreza, la integración económica y el fortalecimiento de las instituciones democráticas.

Centroamérica está creciendo a un ritmo medio del 4 y el 5%, pero sus países destinan casi el 3% de su PIB a la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico

De las cinco, alcanzar una coordinación de la región en materia de seguridad es, sin duda, la más acuciante. Centroamérica está creciendo a un ritmo medio del 4 y el 5%, pero sus países destinan casi el 3% de su PIB a la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico. “Casi todo lo que crecemos se invierte en combatir el crimen”, llama la atención Martínez. Los países que integran el SICA son muy diversos económica y políticamente y las divergencias entre varios de ellos son importantes, sin embargo la lacra de la inseguridad ciudadana supone una amenaza tan apremiante para sus democracias y su desarrollo, que no permiten fisuras en esta materia. De esa estrategia de seguridad, del resto de las iniciativas de integración de las relaciones internas de sus miembros y de las externas con el resto de bloques regionales ha hablado Martínez con EL PAÍS.

Pregunta. Estos días se ha reunido en Washington con el asesor de Seguridad de la Casa Blanca para el hemisferio, pero durante su visita a Costa Rica, el presidente estadounidense manifestó su intención de otorgar más peso a la cooperación y el desarrollo de la región que a temas de seguridad. ¿Su intención como secretario general del SICA es ladear esa balanza?

Respuesta. La seguridad es una preocupación neurálgica para la región porque es la principal amenaza para la estabilidad y la democracia de la zona, pero eso no significa que nos vayamos a centrar en un solo asunto. Ahora mismo con EE UU estamos trabajando el tema energético, la inversión en energías alternativas para ir suplantando nuestra matriz energética esa factura que tenemos en el tema petrolero.

La seguridad es una preocupación neurálgica para la región porque es la principal amenaza para la estabilidad y la democracia de la zona, pero eso no significa que nos vayamos a centrar en un solo asunto"
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P. Entre los donantes extranjeros a los programas del SICA en materia de seguridad, EE UU no aparece entre los primeros en cantidad de ayuda económica, pero su inversión a nivel bilateral sí es importante. ¿Están trabajando para que ese apoyo sea regional y unificado, como en el caso del tratado de libre comercio firmado que el SICA tiene con este país?

R. La cooperación bilateral con EE UU es muy significativa. La tendencia que veo en el futuro es una cooperación regional, las señales que veo en EE UU son de apoyo al proceso de integración, pero todavía no han tomado una decisión al respecto.

P. Cuando presentaron su estrategia en materia de seguridad en Guatemala, hicieron un llamado a la comunidad internacional para que la apoyaran que fue recibido con entusiasmo. ¿Cómo se ha traducido esa cooperación?

R. Tuvimos algunos tropiezos, pero ahora estamos ejecutando 10 de los 22 proyectos de esa estrategia, algunos financiados totalmente por países extranjeros, otros en colaboración. No estamos pidiendo que nos ayuden a acabar con el narcotráfico en Centroamérica, porque el tráfico de drogas es un problema a nivel mundial, pero el enfoque de la solución debe ser integral y lo que hagamos en Centroamérica al respecto determinará lo que se haga en otros países para terminar con el flagelo del narcotráfico. Centroamérica es clave. 

P. En esa estrategia, ¿cómo encaja México y el nuevo Gobierno de Enrique Peña Nieto? ¿Existe algún tipo de colaboración para evitar el efecto globo de la anterior Administración mexicana, cuya lucha contra la droga provocó un desplazamiento de los cárteles hacia Centroamérica?

Vamos hacia una mayor coordinación para compartir información entre nosotros y nuestros socios como EE UU o Europa"

R. Peña Nieto ha generado expectativas muy grandes y el canciller José Antonio Meade ha promovido un espacio de colaboración entre México, Centroamérica y Colombia para reforzar y aunar esfuerzos en materia de seguridad e integración económica y social. Pero yo no pondría el crimen organizado en un puesto fijo, es algo transnacional, como una vacuola que se mueve según la presión, según su conveniencia. Pero cada vez hay mayor coordinación entre los Gobiernos. Guatemala y México han hecho capturas importantes. El Salvador y Guatemala también, y hacia eso vamos, hacia una mayor coordinación para compartir información entre nosotros y nuestros socios como EE UU o Europa.

P. Guatemala está liderando un cambio de estrategia en la lucha contra la droga que pasa por la despenalización de determinadas sustancias, una iniciativa que han rechazado Gobiernos como el de El Salvador u Honduras. ¿Hasta qué punto esas discrepancias afectan a la integración de algunos de los programas de seguridad del SICA?

R. La coordinación intergubernamental parte de respetar las decisiones soberanas de cada país. El Gobierno guatemalteco, aún con su nuevo anuncio, mantiene el compromiso con la estrategia de seguridad, se trata de un espacio común en el que todos los países estamos de acuerdo, pero cada uno tiene derecho a poner los énfasis que crea conveniente. Para algunos, como Costa Rica y Panamá, el componente de la estrategia más importante es la prevención sobre la rehabilitación y la reinserción, porque no tienen el nivel de penetración de las pandillas que existe en otros países de la región centroamericana. Ese es un ejemplo de que existe una política común que no quita que los Estados tengas decisiones particulares soberanas.

Para Costa Rica y Panamá el componente de la estrategia más importante es la prevención sobre la rehabilitación y la reinserción, porque no tienen el nivel de penetración de las pandillas que existe en otros países de la región centroamericana"

P. También hay discrepancias en el ámbito territorial. La tensión por el conflicto limítrofe entre Costa Rica y Nicaragua se ha elevado en los últimos días. La presidenta costarricense, Laura Chinchilla, dijo la semana pasada en Panamá que era imposible dialogar con Nicaragua porque se trataba de un país “poco serio”. ¿Corre el riesgo el SICA de resentirse por este tipo de desavenencias territoriales?

R. El SICA no es una instancia jurisdiccional e, implícita o explícitamente, los Gobiernos que lo integran han decidido no llevar a la mesa del SICA sus discrepancias territoriales, y creo que eso es una sabia decisión puesto que nos permite avanzar en otros temas.

P. ¿Cómo encaja el SICA en el mosaico de bloques territoriales de integración de América Latina?

R. El SICA busca una relación de complementariedad con el resto de los bloques desde el punto de vista geográfico y comercial. En ese sentido estamos tratando de estrechar nuestra relación con otros grupos como Unasur, Mercosur, el Caricom o la Asean (Asociación de Naciones del Sudeste Asiático).

P. ¿Y no afecta a la fortaleza del SICA que varios de sus integrantes tengan más interés por integrase en otros bloques como el caso de Costa Rica y Panamá en la Alianza del Pacífico?

Los Gobiernos han decidido no llevar a la mesa del SICA sus discrepancias territoriales, y creo que eso es una sabia decisión puesto que nos permite avanzar en otros temas"

R. No supone una contradicción. Cada país tiene el derecho soberano para incorporarse a otros espacios regionales. El SICA no aspira a tener una política exterior común, aunque estudios sobre votaciones de nuestros estados en Naciones Unidas y otros foros internacionales, han concluido que el 95% de las veces ha habido coincidencia en el sentido de su voto, lo que nos permite pensar que es el principio para sentar las bases para una posición común exterior más coordinada. El SICA es un espacio de integración gubernamental, aunque exista margen para que se convierta en uno de integración supranacional.

P. En los próximos meses, cuatro Estados del SICA, Honduras, Costa Rica, Panamá y El Salvador, van a celebrar elecciones presidenciales. ¿Le preocupa que los nuevos presidentes tengan el mismo grado de implicación con los programas de integración que los anteriores?

R. Los compromisos que los países adquieren con el SICA son institucionales. Por supuesto, que el énfasis de esos compromisos depende del sello personal del mandatario o mandataria, pero nosotros creemos que hay una vocación integracionista en la mayoría de los países y pensamos que ese sello personal va a ser siempre favorable a ese compromiso con la integración.

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Sobre la firma

Eva Saiz
Redactora jefa en Andalucía. Ha desarrollado su carrera profesional en el diario como responsable de la edición impresa y de contenidos y producción digital. Formó parte de la corresponsalía en Washington y ha estado en las secciones de España y Deportes. Licenciada en Derecho por Universidad Pontificia Comillas ICAI- ICADE y Máster de EL PAÍS.

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