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Nuevos choques entre milicias elevan la cifra de muertos en Trípoli

Los enfrentamientos en la capital libia causan más de 40 muertos y casi 500 heridos Combatientes procedentes de Misrata intentan recuperar sus posiciones en la ciudad

El desgobierno y el caos que se han instalado en Libia desde la guerra y la caída del dictador Muamar el Gadafi en 2011 han vivido este fin de semana su episodio más grave en la capital y han puesto otra vez de relieve que el poder está en manos de las milicias armadas. A los más de 40 muertos, y casi medio millar de heridos, registrados el viernes en un barrio de Trípoli durante una manifestación de vecinos contra la presencia de milicianos, nuevos choques entre combatientes armados causaron este sábado al menos cuatro muertes y una docena de heridos en Tadjura, en la periferia de la capital libia.

Los choques de hoy comenzaron cerca de la sede de la Brigada 101, que depende del Estado Mayor del Ejército libio, entre miembros de este grupo, apoyados por antiguos milicianos de la capital, y otros procedentes de la ciudad de Misrata, a unos 200 kilómetros al este de la capital. El responsable de la brigada aseguró a la agencia Lana que los milicianos de Misrata asaltaron el cuartel y robaron armas, vehículos y munición antes de replegarse a unos kilómetros de distancia. Otras fuentes señalan que el asalto fue una represalia por el incendio, la víspera, del cuartel general que los combatientes de Misrata tenían en Trípoli. Varias columnas procedentes de esa ciudad lograron entrar en Trípoli por el sur en la mañana de ayer, y grupos con armamento pesado recuperaron sus posiciones en el barrio de Gargur, al sur, de donde la víspera habían sido expulsados correligionarios suyos.

Fueron también milicianos procedentes de Misrata los que el viernes abrieron fuego en Gargur contra una manifestación de vecinos que pedían el fin de los combates entre grupos armados por el control de la zona. El sangriento balance motivó una rápida respuesta por parte del primer ministro, Ali Zidán, que llamó a “la contención y el cese de los combates” y recordó que cualquier intento de entrada de grupos armados en Trípoli podría suponer una nueva tragedia. Para evitar un nuevo baño de sangre, fuerzas dependientes de los ministerios de Interior y Defensa se desplegaron ayer en diferentes puntos de la capital libia. Según un fotógrafo de la agencia France Presse, la ruta que bordea el litoral hacia el este de la ciudad se hallaba cerrada a la circulación, mientras milicianos tripolitanos patrullaban la zona este a bordo de furgonetas dotadas de cañones antiaéreos. “Las próximas horas y días serán decisivos en la historia de Libia y en el triunfo de su revolución”, indicó el Gobierno en un comunicado.

Las autoridades han decretado tres días de luto nacional, mientras el Ayuntamiento de Trípoli ha decidido llevar a cabo acciones de desobediencia civil para exigir la salida de las milicias de la capital. Los funerales por las víctimas del viernes congregaron a miles de personas en medio de un tenso ambiente.

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