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EE UU ejecuta a un supremacista blanco que asesinó a negros y judíos

Joseph Franklin mató a más de 20 personas y es el primer reo ajusticiado en Missouri mediante una única droga, pentobarbital

Imágenes de Joseph Paul Franklin entre los años 2005 y 2012.
Imágenes de Joseph Paul Franklin entre los años 2005 y 2012.HANDOUT (REUTERS)

El Estado de Missouri ejecutó este viernes al supremacista blanco Joseph Paul Franklin, condenado por el asesinato de un hombre en una sinagoga de St. Louis en 1977. Franklin, de 63 años, se ha convertido en el primer reo ajusticiado mediante el uso de una única droga, pentobarbital. Una juez había pedido horas antes que se anulara la ejecución por falta de datos sobre los efectos de la sustancia durante el proceso.

El Tribunal Supremo de Estados Unidos rechazó a última hora del martes el último recurso presentado por el Estado de Missouri, que rechazó la decisión de una juez de Distrito solicitando el retraso de la ejecución por falta de información sobre la droga empleada.

Los abogados de Franklin habían solicitado ese retraso argumentando que no disponían de datos suficientes sobre la fabricación de la sustancia y los efectos que podían tener en el proceso de ejecución. La máxima instancia judicial del país anuló así las decisiones previas de dos jueces federales, que sí habían ordenado posponer la muerte del reo.

Franklin fue condenado a muerte en 1997 por un asesinato cometido dos décadas antes, aunque también se le acusó de otros siete y él llegó a reconocer su responsabilidad en casi una veintena de muertes. La mayoría de sus víctimas, judíos y afroamericanos, fueron asesinadas a finales de los años 70.

“El tiroteo calculado y cobarde a las afueras de una sinagoga de St. Louis forma parte del largo historial de asesinatos y otros actos de extrema violencia que perpetró Franklin en todo el país, alimentado por odio racial y religioso”, afirmó en un comunicado el gobernador de Missouri, Jay Nixon, tras la ejecución.

Los abogados de Franklin habían intentado evitar su muerte en varias ocasiones, justificando una de ellas por su salud mental, ya que padece esquizofrenia paranoide; y otra poniendo en duda el uso de pentobarbital en su ejecución. Hasta este miércoles, el Estado había empleado una combinación de tres sustancias, pero los laboratorios -la mayoría se encuentran en Europa- han dejado de suministrarlas a las prisiones.

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El martes por la noche, la juez de Distrito Nanette Laughrey pidió la suspensión de la ejecución de Franklin porque el Departamento de Prisiones de Missouri “no ha proporcionado ningún tipo de datos sobre la certificación, historial de inspección y de infracciones ni ningún otro aspecto del laboratorio ni las personas que han elaborado la droga”.

Para Laughrey, la ausencia de esta información negaba al reo la capacidad para resolver su apelación a la sentencia sin un retraso de la ejecución. La juez afirmó además que la información sobre los efectos del pentobarbital “es, como mínimo, esquiva” y que el reo no había tenido tiempo suficiente para investigar el riesgo de sufrir dolor durante el proceso.

Missouri argumentó después en la apelación -cuya victoria desembocó en la ejecución de Franklin- que el pentobarbital garantiza una muerte “rápida e indolora”. El supremacista blanco se ha convertido así en la primera persona en ser ejecutada en el Estado mediante el uso de una única sustancia y el primero en tres años de dudas sobre la adecuación de estas drogas.

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