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El exceso de velocidad apunta a la causa del siniestro de Nueva York

Los pasajeros de la línea del Hudson sufrirán la suspensión del servicio hasta el final de la semana

La mañana está siendo complicada para los miles de usuarios que utilizan la línea del tren de cercanías de Metro-North que discurre en paralelo al Hudson para llegar a Manhattan. Lo será también por la tarde, cuando toque volver a casa. Al llegar al Yonkers, los pasajeros deben coger un autobús que les lleva hasta la parada de metro más próxima en el Bronx. El servicio de tren hacia el sur de Nueva York está suspendido.

La línea del Hudson la utilizan un día laborable unas 26.000 personas. Un viaje que dura media hora, ahora se multiplica por cuatro. Mientras los pasajeros se las ingenian para llegar al trabajo, los investigadores de la NTSB -la agencia que regula de la seguridad del transporte- trabajaban ya sobre los raíles en el Bronx para determinar las causas del siniestro, que costó la vida a cuatro personas. Llevará entre siete y diez días determinarlas.

Es el primer accidente mortal en 31 años en la red ferroviaria de Nueva York, la más cargadas del país. Al año utilizan este servicio de cercanías más de 80 millones de personas. Pero también es el quinto descarrilamiento que tiene lugar en el sistema en 2013. La MTA, el operador del transporte público en el área metropolitana de la ciudad de Nueva York, insiste que el sistema es seguro. Los ríos Hudson y Harlem se tocan en ese punto.

En el caso de Metro-North, es la primera vez que muere un pasajero por el accidente. La NTSB evita especular, aunque todo apunta a que se debió a un exceso de velocidad. El convoy de siete vagones descarrilado tomaba una curva muy cerrada cuando se aproximaba a la estación de Spuyten Duyvil, en el Bronx. El gobernador del Estado de Nueva York, Andrew Cuomo, reconoce que es un tramo “complicado” en el sistema.

Pero Cuomo descartó que el accidente se deba a un problema de la infraestructura. “Esa curva lleva ahí décadas y nunca pasó nada”, reiteró en una entrevista con la cadena NBC. En julio, un tren de mercancías de la compañía CSX también descarriló en un punto muy próximo. Sin embargo, la investigación determinó que el incidente se produjo por un exceso de carga.

El servicio a la línea del Hudson de Metro-North no recuperará la normalidad hasta que se retiren los vagones y los raíles afectados por el descarrilamiento estén reparados. El operador del tren siniestrado es uno de los 63 heridos y se encuentra hospitalizado. Aún no habló con los investigadores del NTSB, pero sí comentó a los servicios de emergencia frenó tarde al llegar a la curva.

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La velocidad máxima permitida en esa curva es de 50 kilómetros por hora. La caja negra está siendo analizada por los investigadores y eso determinará a la velocidad a la que avanzaba el convoy al descarrilar. También indicará el momento y la intensidad con la que se aplicó el freno, lo que servirá para aclarar si fue un error humano, un problema de equipamiento o de las condiciones del sistema.

“Queremos sacar lecciones de este accidente”, remachó Cuomo, que pasadas 24 horas del accidente asegura es “mucho peor de lo que parece”. La MTA espera poder recuperar para final de esta semana el servicio normal entre Yonkers y la estación terminal Gran Central en Manhattan.

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