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El Gobierno de Venezuela aumentará la gasolina de forma progresiva

El presidente Nicolás Maduro sugiere que la decisión es un hecho, pero que tomará tiempo

Una estación de la empresa estatal PDVSA.
Una estación de la empresa estatal PDVSA. Efe (archivo)

Las cartas ya están descubiertas. El miércoles, en un inciso de la larga reunión con los alcaldes y gobernadores opositores, el presidente Nicolás Maduro se refirió por primera vez al aumento de la gasolina, un tema que junto con la devaluación de la moneda local, el bolívar, es el más importante de la actualidad venezolana una vez superadas las elecciones municipales. No hay una fecha definida y el Gobierno dice no estar apurado. Lo que ya parece claro es la manera de proceder con el alza.

Será, según insinuó Maduro, un plan de incrementos progresivos del litro de combustible, fijado desde 1996 en 0.097 bolívares el de 95 octanos (0.01 euros al cambio oficial) y 0.070 bolívares el de menor octanaje, durante los próximos tres años. La idea parece tener dos explicaciones: evitar que la crónica inflación que padece este país, que en un año sumó 54,3%, haga estéril un solo aumento, y una merma pronunciada de la popularidad del presidente que permita a la oposición recuperar posiciones. “Yo llamo a un debate nacional y a que tomemos una medida justa. La mayoría de los venezolanos está de acuerdo con que el aumento sea una medida justa, que no genere perturbaciones inflacionarias adicionales”, reconoció el mandatario este miércoles.

Maduro también sugirió las peculiaridades que tendrá el ajuste: el litro no será equiparado con el precio internacional. “Venezuela por ser país petrolero debe tener la ventaja de vender hidrocarburos a precios especiales”, explicó. La alusión de Maduro es un guiño a una extendida superchería en este país estimulada por todas las corrientes políticas. Los venezolanos se asumen como los dueños de una inmensa riqueza que otorga el derecho de no pagar en territorio nacional lo que cuesta abastecer el vehículo de combustible en el mercado internacional.

Durante muchos años el presidente Hugo Chávez evitó tomar esa medida, pero la magnitud del déficit fiscal, las pérdidas de 12.500 millones de dólares por concepto de subsidio al combustible y el contrabando de 100.000 barriles diarios hacia Colombia y el Caribe, que ha pasado a ser un problema de seguridad nacional, ha obligado a Maduro a reconsiderar esa negativa. El precio del primer incremento todavía es un misterio. Mientras algunos economistas consideran que el punto de equilibrio, es decir, el precio al que debería ser fijado el litro para que no haya pérdidas, oscila entre 0.7 y 0.9 bolívares, el ministro de Energía y Petróleo y presidente de la estatal petrolera Pdvsa, Rafael Ramírez, reveló al diario El Nacional que el costo de producción asciende a 2,7 por litro. La realidad ha terminado imponiéndose al terco empeño del Gobierno bolivariano de vender la gasolina incluso por debajo del precio del costo por temor a un estallido social.

Al margen de las diferencias de cálculo, de las palabras de Maduro queda claro que el Gobierno enfrenta el reto de cómo comunicarles a los venezolanos que en lo sucesivo deberá pagar por los hidrocarburos que consume. Poco a poco el chavismo y los economistas que lo apoyan han avanzado en la idea según la cual, en realidad, el Estado está pagando a los particulares para abastecerse de combustible, y que ese irracional subsidio en realidad favorece el consumo de quienes tienen vehículo y afecta a los más pobres, su público electoral. A la vez el propio Maduro ha elucubrado sobre el posible destino de los nuevos ingresos. “El tema es cómo hacerlo sin hacerle daño a los ciudadanos y a la economía. ¿Qué hacer con los recursos? Esos recursos podrían invertirse, por ejemplo, en más viviendas para la Gran Misión Vivienda Venezuela, para la salud, vialidad, pensiones”, enumeró. Por su parte, en un artículo publicado en el diario El Mundo Economía y Negocios el economista Víctor Álvarez, del Centro Internacional Miranda, un think tank creado por el chavismo, afirmó: “Para que no queden dudas que el ajuste del precio de la gasolina puede ser una medida progresista y popular, se podrían transferir a las comunas (una forma de organización popular impulsada por la autodenominada revolución bolivariana que busca integrar a los ciudadanos en un proceso colectivo de trabajo y convivencia) las estaciones que abastecen combustible para que creen empresas de transporte público”.

Un fondo para mejorar la seguridad social es la manera más seductora de vender el aumento. Hay asuntos mucho más urgentes que ese. El diario El Universal informó de un alza en el servicio de la deuda de 215%. Para incrementar el gasto público más allá de lo que permite el precio del petróleo el Gobierno emitió deuda entre 2008 y 2012, lo cual elevó el monto de lo que la República debe en divisas de 50.909 a 105.779 millones de dólares. Ahora el Ejecutivo debe honrar el vencimiento de los intereses de los bonos.

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A la vuelta de la esquina asoma una crisis económica que el Gobierno ha decidido enfrentar sincerando una parte de su política económica. La naturaleza dadivosa del Gabinete, sin embargo, no está cerca de desaparecer. La oposición se ha aferrado de ese punto para criticar el alza del combustible, pero está dispuesta a participar en ese debate propuesto por el presidente para establecer un nuevo precio. En un documento la Mesa de la Unidad da como un hecho la decisión, pero sigue insistiendo en acompañar esa medida con la eliminación del subsidio a los países que forman parte del acuerdo de Petrocaribe y Cuba. Quizás la decisión de mantener esos subsidios responda no solo a la política internacional del chavismo, sino a una estrategia que evite que estos ajustes sean vistos como un aspecto de la clásica receta del Fondo Monetario Internacional. Maduro quiso dejarlo en claro: “Nosotros no venimos de una escuela neoliberal. Si se ha retardado ese tipo de acciones es porque se ha pensado muy bien, incluso con el precio de que paguemos a la gente para que se abastezca de gasolina. No hay apuro. Lo haremos en el momento adecuado”.

 

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