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Los expertos rusos aseguran que Arafat murió por causas naturales

El responsable del informe encargado por los palestinos considera que esta es la conclusión definitiva

El fallecido Yaser Arafat, en una imagen de 2001.
El fallecido Yaser Arafat, en una imagen de 2001.SUHAIB SALEM (REUTERS)

El jefe de la Agencia Federal de Microbiología de Rusia, el doctor Vladimir Uiba, ha afirmado esta mañana que Yasir Arafat “murió por causas naturales, y no por radiación”. Sus palabras, recogidas por las agencias Interfax y RIA Novosti, chocan con la lectura que hizo de su informe la comisión especial del Gobierno palestino que estudia el caso y que el pasado 8 de noviembre aseguró que las conclusiones de Moscú, como la de los expertos suizos, dejaban una cosa clara: “que Arafat no murió por edad, no tuvo una muerte natural”, dijo entonces el coordinador del grupo, Tawfik Tirawi. A principios de este mes, la justicia francesa, que realizaba la tercera investigación sobre los restos del que fuera líder palestino, ya aseguró que la causa de la muerte era natural, probablemente “una infección generalizada”. La familia de Arafat impugnó este último resultado.

Uiba ha asegurado que su informe es definitivo y que la Autoridad Nacional Palestina (ANP), que fue quien le solicitó su intervención, no ha reclamado una revisión, por el momento. “Hemos terminado el examen y todos estuvieron de acuerdo con los resultados. Es más, incluso los suizos retiraron sus declaraciones y confirmaron nuestra tesis. Los franceses también refrendaron nuestros resultados”, ha indicado el especialista. Por el momento, ni la viuda de Arafat ni las autoridades palestinas han valorado la nueva revelación de los expertos rusos. Sin embargo, el embajador palestino en Moscú reaccionó con rapidez y aseguró que la investigación sobre la muerte de Arafat aún no ha concluido, informa France Presse.

La confusión es notable respecto a lo que verdaderamente ocurrió a Arafat en noviembre de 2004, cuando falleció oficialmente de un “accidente cerebrovascular hemorrágico masivo” tras un mes sufriendo gastroenteritis y diarreas. En 2012, forenses de la Universidad de Lausana (Suiza), contratados por la viuda del rais, Suha, y en el término de una investigación periodística de la cadena de televisión catarí Al Yazira, analizaron las últimas ropas del político y encontraron elevados niveles de radiación, pese al tiempo transcurrido. Esto llevó a un juzgado de Nanterre (Francia) a ordenar su exhumación para la toma de muestras. La investigación judicial del caso se realiza en Francia porque Arafat murió en un hospital galo, militar, el de Percy, donde fue llevado cuando su estado empeoró.

En noviembre de 2012 se tomaron las muestras en su mausoleo de Ramala y se repartieron entre los analistas de la fiscalía francesa, los suizos y el equipo ruso, buscado por el Gobierno palestino. Las primeras conclusiones de Lausana, conocidas este noviembre, aseguraban que el análisis “apoyaba razonablemente” la tesis del envenenamiento, posiblemente con polonio 2010, una sustancia altamente radiactiva. Los niveles de esta sustancia eran “inexplicablemente altos”, dijeron los doctores, superando en 20 veces lo normal en zonas como las costillas. Hablaron de más de un 80% de posibilidades de que el envenenamiento se llevase a Arafat, pero no pudieron afirmar “categóricamente” que esa fuese la causa de su muerte.

En la rueda de prensa de Tirawi en la Mukata, en la que pasó revista al informe suizo, avanzó que Palestina ya tenía en su poder las conclusiones rusas –aunque no difundió el documento entre la prensa- y que, aunque más vagas, también arrojaban la misma sospecha, habían encontrado “isótopos radiactivos” sin explicación aparente, de origen desconocido. No sabían si procedía del polonio o de la descomposición de otro elemento.

En dicha intervención, el jefe de la comisión de investigación señaló directamente a Israel como “el primero, el principal y el único sospechoso” de la muerte de Arafat, aunque no aportó prueba alguna. Israel ha negado sistemáticamente que tuviese algo que ver con su fallecimiento y ha denunciado la “telenovela” generada sobre la investigación de su enfermedad. El martes, una encuesta del Centro Palestino de Investigación Política y Estadística señaló que el 59% de los palestinos cree que el que fuera su primer presidente murió envenenado por Israel y un 21% opina que murió a manos palestinas, por rencillas internas o por orden israelí.

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