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El largo camino hacia la reconciliación en Irlanda del Norte

Los partidos del Ulster no logran superar sus desacuerdos históricos casi 15 años después de que se alcanzaran los acuerdos de Viernes Santo. Los partidos norirlandeses negocian desde julio para intentar cerrar las heridas para siempre

Un hombre camina junto a un mural con paramilitares pintados en Belfast, el lunes.
Un hombre camina junto a un mural con paramilitares pintados en Belfast, el lunes. PETER MUHLY (AFP)

 Las armas pueden callar de un día a otro pero la paz verdadera y, sobre todo, la reconciliación, pueden tardar mucho en llegar. Casi 15 años después de que se alcanzaran los acuerdos de Viernes Santo del 10 de abril de 1998, las cinco fuerzas parlamentarias de Irlanda del Norte fracasaron en la madrugada del 31 de diciembre en su intento de lograr un acuerdo en tres flecos que siguen pendientes desde entonces: el problema de las tradicionales marchas protestantes, la llamada guerra de las banderas y la herencia del pasado, como los asesinatos por los que nadie ha sido juzgado.

Los partidos (los unionistas protestantes DUP y UUP, los nacionalistas católicos Sinn Féinn y SDLP y el neutral y aconfesional Partido de la Alianza) llevan negociando desde julio para intentar cerrar esos flecos para siempre. En los últimos días, el ex mediador y diplomático estadounidense Richard Haass y su compatriota, la profesora de Harvard Meghan O’Sullivan, han reunido a representantes de esos partidos en un hotel de Belfast para forzar un acuerdo. A las cinco y media de la madrugada del martes (una hora más en la España peninsular), después de haber presentado el séptimo borrador de acuerdo, las negociaciones se han dado por acabadas.

El Sinn Féinn y el SDLP aceptaron el texto final. La Alianza tenía reservas pero lo hubiera aceptado casi con seguridad de haber sido ellos el único obstáculo. Pero para la fuerza dominante de los unionistas, el DUP, el acuerdo está cerca pero no encima de la mesa todavía. El UUP prefería no pronunciarse sin consultar antes a las bases. Aparentemente había consenso para superar la cuestión de las banderas, un problema histórico siempre latente que emergió a la superficie en forma de disturbios cuando el ayuntamiento de Belfast decidió en diciembre de 2012 que la Union Jack británica ondeara sólo en determinadas festividades. Pero todavía hay obstáculos sobre las marchas y sobre el pasado.

El negociador del DUP, el diputado Jeffrey Donaldson, elogió la “arquitectura general” de las propuestas de Haass y el “enorme mérito” del borrador de acuerdo, pero explicó que el texto “se ha de afinar un poco más”. Y aludió a cuestiones de presentación y de detalle “que no son como nosotros hubiéramos elegido y en algunos casos discrepamos profundamente con el lenguaje”.

Ese afinamiento, en todo caso, puede durar varios meses y Haass y O’Sullivan han dado por acabado su trabajo en Belfast, con independencia de que puedan volver un día a la provincia si hay que dar un nuevo empujón para lograr un acuerdo. “El éxito no se va a medir por lo que hemos dicho esta noche o por lo que los líderes de los partidos digan esta noche”, advirtió Haass al dirigirse a los medios nada más dar por concluidas las negociaciones.

“Les pediría que juzgaran ese éxito dentro de seis meses, en un año, en 18 meses, en dos años. Eso nos daría una definición más realista o una vara de medir de lo que es un éxito. Creo que lo que hemos hecho hoy es poner las piedras suficientes para que los cimientos sean sólidos”, añadió el diplomático estadounidense, que ya había actuado de mediador en Irlanda del Norte en 2003.

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“Esto no es un paso atrás, sino un paso que no se ha llegado a dar. Y ese paso al frente hay que darlo porque es necesario y porque la sociedad lo demanda”, declaró en Dublín el número dos del Gobierno irlandés, Eamon Gilmore. “Tenemos que salvaguardar el avance que hemos dado hoy y construir a partir de él”, añadió.

La ministra británica para Irlanda del Norte, Theresa Villiers, se declaró “decepcionada” por la ruptura pero dio su bienvenida “a la sugerencia del doctor Haass de que los partidos deben ahora ponerse de acuerdo cuanto antes sobre cuál es la mejor manera de seguir adelante”. “Les animaría a mantener el impulso que han creado con su esfuerzo y trabajando con el equipo de Haass”, añadió.

 

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