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La tensión entre soldados y civiles en el suroeste de México se recrudece

Medios locales afirman que el Ejército ha reconocido dos muertes en los enfrentamientos, pero fuentes oficiales no confirman este extremo. El Gobierno trata de controlar la región de Michoacán

Un miliciano civil en labores de vigilancia en Michoacán.
Un miliciano civil en labores de vigilancia en Michoacán.REUTERS

Durante la madrugada los enfrentamientos entre policías comunitarias -grupos de civiles armados- en Michoacán y el Ejército federal se han recrudecido. Según informan medios locales, la Secretaría de la Defensa Nacional habría reconocido hasta el momento dos fallecidos desde el comienzo del nuevo intento del gobierno de México para pacificar ese estado del occidente del país, aunque por ahora las autoridades no confirman ni desmienten este extremo. Sin embargo, de acuerdo con las versiones de medios de comunicación y de portavoces de las autodefensas, el número de muertos por los choques en varios puntos de la región de Tierra Caliente podría ser aún mayor.

EL PAÍS ha estado esta mañana en los funerales de dos de las personas supuestamente fallecidas ayer en enfrentamientos entre soldados y civiles en la localidad de Antúnez. Se trata de Mario Pérez, de 56 años, y Rodrigo Benítez, de 27. Según testimonios recabados entre vecinos de la zona, los fallecidos no eran propiamente milicianos de las autodefensas sino habitantes de la zona que simpatizaban con ellas. De acuerdo con dichos testimonios, ni Pérez ni Benítez iban armados cuando murieron.

Las autodefensas, por su parte, dicen que los muertos han sido cuatro, según ha afirmado Estanislao Beltrán, uno de sus portavoces, en entrevista telefónica en el programa de radio de la periodista Carmen Aristegui. Las cifras, sin embargo, difieren según el medio. En otra emisora radial, con Ciro Gómez Leyva en Radio Fórmula, otro miembro de las autodefensas reconocía tres muertos.

Por su parte, el diario Reforma, informa de un balance extraoficial de 12 muertos. Según el periódico conforme reportes preliminares de fuentes estatales en Múgica (donde el poblado más conocido es Nueva Italia), habrían muerto 7 civiles mientras que en la tenencia de Antúnez, en Parácuaro, 3 militares y 2 civiles habrían perdido la vida. [En el vídeo que puede ver a continuación aparece la supuesta grabación de un choque entre civiles y militares en Antúnez, colgado por un usuario en Youtube].

Después de que este lunes por la noche, el doctor José Manuel Mireles, considerado uno de los líderes del movimiento, anunciase a través de un comunicado que las guardias comunitarias aceptaban dejar las armas, en otro vídeo difundido horas más tarde el mismo Mireles condicionaba el repliegue de civiles a que las autoridades detengan a los dirigentes del cártel de Los Caballeros Templarios.  

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Vecinos de varios municipios de la región económica de Tierra Caliente decidieron levantarse en armas a finales de febrero de 2013 para “acabar con los abusos de los que habían sido víctimas durante años a manos del narcotráfico”. El pasado 4 de enero, José Manuel Mireles sufrió un accidente de avioneta que lo dejó inconsciente durante horas. En los últimos días, la situación de violencia ha empeorado en la zona. Y el lunes el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong se trasladó junto con el gabinete de seguridad del presidente Enrique Peña Nieto a Morelia, capital de Michoacán, para anunciar que el Ejecutivo federal se hará cargo de la seguridad en el estado.

Asimismo emplazó a las autodefensas, en control de once municipios, a desmovilizarse y a atenerse a la ley si eran sorprendidos en el uso o portación de armamento que la ley prohíbe a civiles. Voceros de autodefensas han respondido que retornarán a sus actividades privadas sólo cuando el gobierno haya detenido a los líderes del Cártel de Los Caballeros Templarios. Por la noche comenzaron a llegar refuerzos federales a Michoacán y más tarde se dieron los primeros enfrentamientos entre fuerzas armadas y civiles.

A pesar de que en México se han registrado más de 70.000 muertes violentas en el marco de la lucha anticrimen lanzada en 2006 por el anterior presidente Felipe Calderón, los reportes de que el Ejército pudo haber causado bajas civiles sin nexos probados con cárteles del narco o bandas de secuestradores hace temer por el inicio de una escalada distinta en la violencia que durante años ha padecido este país.

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