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Berlín vuelve a tropezar con la NSA

La canciller alemana trata de salvar un acuerdo de no espionaje mutuo con Washington

Un ciclista pasa este miércoles junto a un cartel solicitando asilo para Snowden en Colonia, Alemania.
Un ciclista pasa este miércoles junto a un cartel solicitando asilo para Snowden en Colonia, Alemania.EFE

En Berlín se niegan a dar aún por perdidas las negociaciones para un acuerdo de no espionaje mutuo entabladas con Washington tras el tremendo escándalo por el espionaje del teléfono móvil de la canciller, Angela Merkel, por parte de la estadounidense Agencia de Seguridad Nacional (NSA). El secretario de Estado de Interior, el democristiano Günter Krings (CDU), explicó este miércoles ante el pleno de la Cámara baja (Bundestag) que el Gobierno considera "innegociable que la ley alemana se aplique también para los aliados y sus fuerzas de seguridad". El martes, un portavoz de la Casa Blanca calificó de "improbable" que las negociaciones ente los coordinadores de los espionajes alemán y estadounidense lleguen a buen puerto. Hace dos meses, Alemania daba el acuerdo por casi seguro. Todo indica ahora que las trabas estadounidenses impedirán que las partes lleguen a firmar un pacto relevante de no espionaje.

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En el debate parlamentario de este miércoles, la mermada oposición criticó que Merkel enviara a los jefes de los servicios secretos alemanes a negociar el acuerdo con sus homólogos estadounidenses. El diputado del partido de izquierda Die Linke Stefan Liebich pidió a Merkel que tome medidas políticas para poner coto a las actividades de los espías norteamericanos: "El que deja que los espías negocien entre sí un acuerdo de no espionaje no puede sorprenderse" de que termine en un fracaso. Por Los Verdes habló Hans-Christian Ströbele, el diputado que protagonizó en octubre una sonada entrevista con el responsable de las filtraciones que revelaron el espionaje masivo a Europa por parte de Estados Unidos y Reino Unido, el exempleado de la NSA exiliado en Moscú Edward Snowden. Ströbele demandó a la Cámara que invite a Snowden a declarar sobre los entresijos de las intrusiones estadounidenses. Su testimonio, dijo Ströbele, iluminaría aspectos del espionaje que la NSA se niega a comentar.

El debate parlamentario alemán se celebró cuando el diario estadounidense The New York Times acababa de revelar que Washington ha desarrollado sistemas de espionaje para los que ni siquiera es necesaria una conexión a internet. Unas 100.000 computadoras de todo el mundo están pinchadas con programas y dispositivos informáticos que permiten a los agentes de EE UU acceder a redes de comunicaciones cerradas e independientes de las grandes vías de comunicación globales. Esta tecnología se usa desde 2008 y permite a la NSA interceptar contenidos informáticos desde aparatos que caben en un maletín. El programa, bautizado Quantum, abrió a la NSA una puerta trasera a algunos sistemas militares rusos, a las redes policiales mexicanas y también a las de diversas instituciones comerciales de la UE.

En sus conversaciones con Alemania, la NSA se negó a explicar durante cuánto tiempo y en qué medida han espiado el móvil de Merkel. Tampoco aclaran si espiaron a otros líderes políticos alemanes. Según el testimonio recogido por Süddeutsche Zeitung de un negociador próximo al presidente de los servicios secretos externos alemanes (BND), Gerhard Schindler, Washington se había mostrado hace unos meses dispuesto a un amplio acuerdo con Alemania: "Los americanos nos engañaron", denuncia el funcionario.

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