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Egipto vuelve a aplazar juicio a Morsi por colaborar con Hamás y Hezbolá

El expresidente está acusado de supuestos delitos de evasión carcelaria, de conspirar con grupos extranjeros y de divulgar secretos de Estado

Este martes fue la primera vista del segundo juicio al ex presidente egipcio Mohamed Morsi.Foto: reuters_live

El juicio iniciado contra el depuesto presidente egipcio Mohamed Morsique fue depuesto por un golpe de Estado en verano— y otras 130 personas por escaparse de la cárcel durante la revolución de 2011 ha sido aplazado este martes al próximo 22 de febrero. Según la televisión estatal egipcia, el tribunal ha decidido retrasar el juicio para que la defensa analice los expedientes de los procesados, quienes mientras tanto deberán permanecer en prisión preventiva.

Se trataba de la primera vista del segundo juicio a Mohamed Morsi. Mientras en el primer proceso, aún en curso, se le acusa de haber incitado a la muerte de manifestantes opositores durante su gobierno, en el de este martes los cargos están relacionados con su presunta colaboración con las milicias de Hamás y Hezbolá. En concreto, la fiscalía sostiene que los líderes de los Hermanos Musulmanes planearon con estos grupos el asalto a varias prisiones de las que escaparon durante la revolución que destronó al ex dictador Hosni Mubarak en 2011.

A primera hora de la mañana, Morsi, que está encarcelado cerca de la ciudad de Alejandría, fue trasladado en helicóptero a la Academia de Policía, situada en las afueras de El Cairo y también sede del juicio a Mubarak por cuestiones de seguridad. Junto a él, comparecieron una veintena de líderes islamistas como Saad Katatny, ex presidente del parlamento disuelto, y Mohamed Beltagy, responsable del Partido de la Libertad y la Justicia, la marca electoral de los Hermanos Musulmanes. El resto de los acusados, la mayoría de nacionalidad palestina, no han sido arrestados y son juzgados en rebeldía. Aunque la televisión pública había anunciado que retransmitiría el juicio en directo, sólo ofreció algunas imágenes en diferido.

Tal como establece la ley, el exrais asistió al juicio en la jaula de los acusados, que en esta ocasión fue recubierta con un cristal para evitar que boicotee con sus gritos la vista, como hizo en el primer juicio en su contra. Sin embargo, ello no evitó que Morsi, nuevamente en actitud desafiante, lanzará un mensaje a los asistentes insistiendo en que continúa siendo el presidente legítimo del país. “¿Quién es usted?”, espetó al inicio del proceso. “Soy el responsable de la corte criminal”, respondió el juez, que fijó la próxima vista para el 22 de febrero. Los líderes de la Hermandad chillaron en diversas ocasiones “Nulo! Nulo!”, así como “Que caiga, que caiga el gobierno militar!”.

Morsi compareció vestido de blanco, el atuendo habitual de quienes se sientan en el banquillo de los acusados, a diferencia del primer juicio en el que se le permitió utilizar un traje. El ex raïs, que finalmente ha aceptado ser defendido por uno de sus abogados, no paró de moverse de un lado al otro de la jaula, siempre con cara de pocos amigos. En caso de ser declarado culpable de los cargos imputados, se podría enfrentar a la pena de muerte. Morsi está imputado en otros dos procesos, uno por espionaje y revelar secretos de estado a entidades extranjeras y otro por insultar a la judicatura.

La Fiscalía acusó a mediados de diciembre pasado al antiguo presidente de "financiar el terrorismo entrenando a activistas para cumplir con los objetivos de la Organización Internacional de los Hermanos Musulmanes", así como de planear actos violentos en coordinación con la milicia palestina Hamás y la libanesa de Hezbolá, entre ellos el asalto a la prisión en la que estaba retenido durante la revolución para poder evadirse, que se habría saldado con la muerte de varios agentes. En cambio, la versión de los líderes de la Hermandad es que fueron las familias de los presos quienes tomaron la penitenciería aprovechando el caos reinante durante la revuelta. Prácticamente toda la cúpula de la cofradía está entre rejas y encausada en varios procesos judiciales.

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El juicio tuvo lugar un día después de que el Consejo Superior de las Fuerzas Armadas expresara su apoyo a una candidatura presidencial del ministro de Defensa, Abdelfattá al Sisi, el verdadero hombre del nuevo régimen. Durante los últimos días, se han producido una serie de acontecimientos que sugieren esta eventualidad, como su ascenso ayer al rango de mariscal gracias a un decreto presidencial. De hecho, la prensa egipcia asegura que al Sisi anunciará durante las próximas horas su decisión de presentarse a las elecciones presidenciales, previstas para el mes de abril.

Por otro lado, el martes por la mañana, el general Mohamed Said, un alto cargo del ministerio del Interior, fue asesinado mientras salía de su vivienda en el barrio cairota del Haram. Según un comunicado público del ministerio de Interior, dos hombres le dispararon de cerca y se dieron a la fuga en una motocicleta. Por la tarde, otro agente murió en un atentado contra una iglesia de la Virgen María, en el suburbio del 6 de Octubre. Los dos presuntos responsables pudieron ser detenidos. Estos incidentes se enmarcan en una intensa ola de atentados contra las fuerzas de seguridad egipcia a manos de organizaciones yihadistas desde el golpe de Estado del pasado verano.

Egipto atraviesa una fase de aguda polarización política, salpicada por periódicos estallidos de violencia que se han cobrado la vida de más de 2.000 personas, la mayoría simpatizantes de los Hermanos Musulmanes, muertos en el transcurso de manifestaciones de protesta. La última masacre tuvo lugar el sábado, durante las marchas por el tercer aniversario de la revolución del 2011. Murieron al menos 64 personas y cientos resultaron heridas, según informó del ministerio de Sanidad. Otras fuentes ofrecen una cifra aún más elevada.

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