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La oposición ucrania rechaza la ley de amnistía y mantiene su desafío

La hospitalización de Yanukóvich amenaza con crear un vacío de poder

Pilar Bonet
Varios policías antidisturbios tras una bandera de la UE en Kiev.
Varios policías antidisturbios tras una bandera de la UE en Kiev. MAXIM SHIPENKOV (EFE)

El intento de encauzar la crisis de Ucrania en un marco político descarrila de nuevo a causa de la desconfianza. Los líderes de la oposición, Vital Klichkó, Arseni Yatseniuk y Oleg Tiagnibok, acusaron ayer al presidente Víctor Yanukóvich y al Partido de las Regiones (PR) de haber recurrido a “presiones”, “falsificaciones” e “intimidaciones” para conseguir que su proyecto de ley de amnistía fuera aprobado en la Rada Suprema (Parlamento) este miércoles.

En un comunicado, los tres líderes enumeraron sus razones para considerar que la ley de la amnistía, a la que califican de “la ley de los rehenes”, es tan cuestionable como el paquete legislativo aprobado el pasado 16 de febrero (las “leyes dictatoriales”) que limitaba las libertades ciudadanas.

La actitud crítica de los líderes, que participaron en las negociaciones sobre la ley, no se tradujo de inmediato en acciones sobre el terreno, tal vez porque el jueves fue uno de los días más rigurosos del invierno, en el que las temperaturas fueron inferiores a los 22 grados bajo cero. Los responsables del Euromaidán (el mitin de protesta) de Kiev concentraban sus esfuerzos en asegurar la calefacción (mayormente de leña) a los manifestantes y las principales noticias que llegaban de los distintos puntos de Ucrania no eran asaltos a edificios administrativos ni manifestaciones de protesta, sino muertes por congelación, carreteras cortadas, aeropuertos cerrados e instalaciones fuera de servicio a causa de las extremas condiciones meteorológicas.

Las autoridades consideran la ley de amnistía aprobada por el Parlamento como un “compromiso”. El documento condiciona la aplicación de la medida de gracia al desalojo de los edificios oficiales ocupados por los manifestantes y da 15 días de plazo para ello. Del total de 450 diputados de la Cámara, 232 respaldaron el proyecto de ley del Partido de las Regiones. Se trata, según la información oficial, de 189 legisladores de esta formación política —cuyo grupo parlamentario tiene 204 legisladores—, 32 comunistas y 11 independientes.

En Kiev y en otras ciudades de Ucrania los activistas, que reclaman la dimisión del presidente Yanukóvich y exigen reformas políticas, desconfían de las intenciones del régimen y se niegan por ello a desalojar diversos locales dependientes de las administraciones locales y de los ministerios.

La oposición tenía un proyecto de ley alternativo que contemplaba una amnistía sin condiciones y que fue votado también en la Rada, donde obtuvo 227 votos a favor. Estos dos documentos no fueron publicados antes de las votaciones y tampoco estuvieron a disposición de los periodistas que seguían la sesión parlamentaria. Es más, una parte de los diputados seguían reclamándolos cuando ya habían sido votados.

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Según los líderes de la oposición, durante esas votaciones se habían producido casos de diputados que votaban por sí mismos y también por sus compañeros, lo que va en contra de la responsabilidad personal respecto al voto prevista en el reglamento de la Rada. Una fotógrafa que disparaba su cámara desde la tribuna de prensa mostró a esta corresponsal una foto donde podía verse a un diputado utilizando las dos manos para votar por partida doble.

Los líderes opositores acusan también al presidente Yanukóvich de haber chantajeado e intimidado a los miembros del grupo parlamentario del PR, que según ellos está al borde del cisma. Yanukóvich acudió en persona el miércoles a la Rada y amenazó con disolver el Parlamento si los diputados no votaban de acuerdo con los deseos del Ejecutivo. El jefe del Estado estaba “blanco como el mármol”, afirmó uno de los diputados al servicio informativo Insider.

Ayer, Yanukóvich tuvo que ser internado en una clínica por problemas respiratorios, según un responsable médico de la administración presidencial. No obstante, el aguerrido político intentó convertir el frío en su aliado para convencer a la gente de que abandone la calle. En una alocución difundida por su servicio de prensa, Yanukóvich se refirió al capitán de las tropas del Ministerio del Interior, Dmitri Dunev, que murió en la noche del miércoles al jueves de un ataque al corazón mientras mantenía el orden público en Kiev. “Me dirijo a ustedes con un sentimiento de gran inquietud e intranquilidad por la vida y la salud de mucha gente involucrada en el enfrentamiento por los políticos irresponsables”, dijo. Las autoridades, añadió, cumplirán todos los acuerdos alcanzados con la oposición para regular el conflicto. La ley de amnistía adoptada por el Parlamento “garantiza la libertad a los participantes en las protestas y la liberación de los que fueron detenidos durante los conflictos”, subrayó el presidente.

A los oligarcas ucranianos que exhortan al compromiso se ha unido Dimitri Fírtash, uno de los empresarios más beneficiados por las exportaciones del gas ruso. Fírtash manifestó que a ambos lados de las barricadas hay ucranios y que todos ellos son ciudadanos de un mismo país. Anteriormente, Víctor Pinchuk, yerno del expresidente Leonid Kuchma, y Rinat Ajmétov, el hombre más rico de Ucrania y poseedor de un imperio metalúrgico, habían pedido a las partes que lleguen al entendimiento. Por su parte, Leonid Kravchuk, que fue el primer presidente de Ucrania, apoyó la ley de amnistía aprobada y dijo que el documento había sido elaborado teniendo en cuenta las propuestas de la oposición.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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