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La policía política pone en aprietos a Maduro

El Servicio Bolivariano de Inteligencia arroja luces sobre la repetida desobediencia al presidente de Venezuela

Miembros de la Policía Científica, durante la protestas del 12 de febrero.
Miembros de la Policía Científica, durante la protestas del 12 de febrero.MIGUEL GUTIÉRREZ (EFE)

¿Qué tanto gobierna Nicolás Maduro? La pregunta no es ociosa, menos ahora, luego de que cinco días de crisis en Venezuela arrojaran luces sobre la repetida desobediencia del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin- Policía política) a las órdenes presidenciales.

Las tres muertes ocurridas durante las protestas de los últimos días se registraron el miércoles, 12 de febrero, Día de la Juventud en el calendario venezolano de efemérides. Los tres decesos se produjeron en Caracas, por impactos de bala en la cabeza. Pero, además de esa aparente coincidencia, los homicidios se interconectan a través de una madeja misteriosa: según un hallazgo de las pesquisas que el presidente Maduro adelantó por televisión, las primeras dos víctimas cayeron bajo el fuego de una misma arma. Eran Bassil Dacosta, un carpintero de 23 años que participaba en las protestas, y Juan Montoya, de 51 años, dirigente de los grupos de base chavistas. Ambos fueron abatidos, muy cerca el uno del otro, en la céntrica parroquia La Candelaria.

La tercera víctima se produjo horas más tarde en la avenida Francisco de Miranda. De nombre Robert Redman, era piloto de profesión. Los testimonios gráficos permitirían luego comprobar un detalle escalofriante: Redman fue de los primeros que auxiliaron sobre el terreno a Dacosta, cuando éste cayó herido de la cabeza.

La sangría impulsó al gobierno a calificar a “infiltrados” de una “minorías fascista” como asesinos. Aseguró, además, que la marcha que derivó en desórdenes había sido custodiada por equipos antimotines de la Policía Nacional y la Guardia Nacional con instrucciones precisas para contenerse en cordones tendidos en perímetros lejanos.

Sin embargo, el profuso registro visual recogido durante los desórdenes por ciudadanos con sus celulares, empezó a circular por las redes, desafiando la versión oficial. Esas piezas del rompecabezas fueron reunidas en un video por los periodistas de la Unidad de Investigación del diario Últimas Noticias de Caracas, quienes lo dieron a conocer el pasado domingo. La secuencia narrativa sugiere con gran certeza que efectivos del Sebin dispararon contra los manifestantes, y que esos disparos los efectuaron junto al lugar donde Dacosta y Montoya resultaron heridos de muerte.

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En cadena de radio y TV, la noche del domingo, Maduro debió aceptar que un grupo de agentes de la policía política se hallaba en el lugar. Aunque matizó que no seguían órdenes de sus superiores. Por el contrario, “había un grupo de funcionarios del Sebin que incumplieron las órdenes de su director de, ese día, acuartelarse y no salir a la calle; yo mandé a acuartelar al Sebin en la madrugada”.

Pero todavía más sorprendente fue la siguiente revelación hecha por Maduro. Durante un allanamiento practicado la noche del sábado en la casa de los padres del prófugo dirigente opositor, Leopoldo López, los residentes habrían dicho a los funcionarios que desde hacía varios días, personas vestidas como agentes del Sebin merodeaban la casa. “¡Pero cuando fuimos revisar, vimos que ningún cuerpo del Sebin estaba en la calle buscando a Leopoldo López!”, se sorprendió. Por si alguien estuviera tramando atentar contra López, el presidente venezolano, para evitar confusiones, ordenó de nuevo encerrar a los efectivos de la policía política. Pero ya había sembrado –adrede o de manera desprevenida- dudas sobre la disciplina del Sebin.

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