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Kiev plantea arriar su bandera en Crimea

El Gobierno de Ucrania prepara la retirada de sus militares de la península Grupos prorrusos toman el control de la sede de la Marina en Sebastopol

Soldados ucranios abandonan la sade de la Armada en Crimea.Foto: reuters_live
Pilar Bonet

Rusia avanza y Ucrania retrocede en Crimea. Este proceso, cargado de tensiones, se ha acelerado tras el referéndum del pasado domingo y la firma del acuerdo bilateral por el que Crimea y Sebastopol se han incorporado a Rusia. La transferencia del control, forzada por la superioridad militar rusa en la península y la desmoralización de los soldados ucranios, discurre a múltiples niveles, desde la gestión económica a la entrega de pasaportes, pasando por la sustitución de los símbolos del Estado.

La sede central de la Marina Ucrania en Sebastopol –ocupada este miércoles por los militares rusos tras ser desalojada por los marinos ucranios– se convirtió en el escenario más simbólico de los acontecimientos que parecen marcar el inicio de la gran retirada de Ucrania de Crimea, un territorio que ha estado bajo la jurisdicción de Kiev desde 1954. En la capital ucrania, el secretario del Consejo de Seguridad y Defensa de Ucrania, Andréi Parubi, dijo que se estaba preparando un plan de retirada de las tropas de Ucrania en Crimea. En la práctica, sin embargo, los oficiales y soldados ucranios parecen haber comenzado ya esta retirada, forzados por los acontecimientos y cansados de esperar que las autoridades de su país dieran órdenes claras.

Ucrania anuncia que dejará la alianza de países CEI y exigirá visados a los rusos

La conquista de la sede de la Marina ucrania en Sebastopol es relatada con algunas variaciones por las dos partes enfrentadas. Los hechos comenzaron con un mitin matutino en el que participaban varios centenares de personas, entre ellas cosacos y grupos de autodefensa. Los manifestantes consiguieron abrirse camino hasta el interior de la sede de la Marina ucrania y allí, vencer la resistencia de los marineros que habían formado una cadena humana. Los ucranios no dispararon pese a que el día anterior habían sido autorizados para ello desde Kiev y, según fuentes ucranias, no lo hicieron porque en la multitud que irrumpió en el recinto había mujeres que iban por delante de los manifestantes.

Cuando las instalaciones habían sido ya tomadas, la bandera ucrania arriada y, en su lugar, izadas la bandera rusa y la de San Andrés, llegó el jefe de la Flota del Mar Negro de Rusia, el vicealmirante Alexandr Vitko, quien se entrevistó brevemente con el contraalmirante ucranio Serguéi Gaiduk. Vitkó se reunió también con el ex jefe del Estado Mayor de Ucrania, el almirante Yuri Ilín, y ninguno de ellos quiso hacer comentarios. Mientras tanto, los oficiales recogían sus petates y abandonaban el territorio, según dijo a Interfax un representante de la dirección de la Marina. El contraalmirante Gaiduk fue secuestrado y el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigu, se dirigió a las autoridades de la República de Crimea para que lo liberaran y le permitieran salir de la península, según informa la agencia oficial rusa citando el servicio de prensa del ministerio de Defensa.

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La absorción de Crimea por Rusia, no reconocida por ningún otro miembro de la comunidad internacional, se traduce en grandes desgarros en las relaciones entre los dos países. Ucrania ha anunciado que se propone abandonar la Comunidad de Estados Independientes (CEI) y que introducirá visados para los ciudadanos rusos. La decisión de abandonar la CEI, señala la página de web Newsru.com, fue tomada después de que esa organización de países postsoviéticos no contestara a numerosos llamamientos de la dirección ucrania para que condenara como ilegítima la ocupación de Crimea por Rusia. El director del departamento de política informativa del Ministerio de Exteriores de Ucrania, Yevgueni Perebiinis, dijo que el comité ejecutivo de la CEI se había desentendido de la resolución del conflicto, según Newsru.com.

El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa dio orden al Consejo de Ministros de dirigirse a la ONU para calificar el territorio de Crimea como una zona desmilitarizada y al Consejo de Ministros de Ucrania para organizar el reasentamiento de las tropas ucranias obligadas a marcharse de la península.

Milicias rusas desmantelan la sede de la Armada ucrania en Crimea.Foto: reuters_live

Además de la toma de la sede de la Marina Ucrania en Sebastopol, este miércoles también hubo un asalto a una base ucrania en Novoozerni. En Simferópol, frente a las unidades militares ucranias que aún esperan órdenes de Kiev, se habían instalado tanquetas con los símbolos de Crimea, una bandera con franja blanca muy ancha y dos franjas estrechas, una azul y otra roja. En un cuartel del Ministerio del Interior seguía el entrenamiento a ritmo de tambores y las unidades de la Berkut (las tropas antidisturbios) que se han pasado a Rusia hacían ejercicios de tiro.

Los responsables locales de la policía ucrania en Crimea se entrevistaron este miércoles con los dirigentes de la península. Todavía no se había efectuado el deslinde entre quienes quieren seguir en Crimea jurando lealtad a la república y a Rusia y quienes quieren marcharse. En muchos casos no ser trata de grandes opciones morales, sino más bien prácticas, que consisten en la posesión o no de vivienda en la península, la existencia de familia fuera de ella y la confianza o no en las promesas de las autoridades ucranias, que a ojos de la población ucrania de la península están muy desacreditadas.

Cada uno de los uniformados de Crimea sopesa todos estos elementos y hace su opción. Al margen de la legalidad internacional, la operación rusa para controlar Crimea ha sido brillante y prácticamente incruenta, si se exceptúa el incidente del martes protagonizado por incontrolados, que se saldó con dos muertos.

El parlamento crimeo cambia de bandera.Foto: reuters_live

Un periodista ucranio de Crimea contaba el caso de una unidad ucrania, donde los soldados solicitaron permiso de los rusos que los asediaban para poder cumplir las órdenes dadas desde Kiev de que colocaran un tanque a la entrada como señal de resistencia. "Los rusos dieron permiso, pero los ucranios no tenían combustible, así que los rusos llenaron el depósito del tanque, pero faltaba el conductor del vehículo, así que fue un soldado ruso el que les colocó el tanque a la entrada", afirmaba.

Tal vez haya algo de exagerado en este relato, pero esta corresponsal ha sido testigo durante todos estos días de las angustias y vacilaciones del padre de un suboficial ucranio atrapado en el conflicto de lealtades y con los nervios destrozados por la falta de claridad de los dirigentes. Intelectuales de Crimea que se habían mantenido leales a Kiev en el pasado manifestaban por la tarde en una tertulia en Simferópol que habían sentido miedo de los grupos radicales del Maidán de Kiev y, como prueba de lo que les preocupaba, aducían las imágenes de los golpes propinados por unos diputados del partido ultraderechista Libertad a Olexandr Panteleymonov, el jefe del primer canal de televisión estatal de Ucrania, por su cobertura de la ceremonia de la firma del tratado entre Crimea y Rusia el martes en el Kremlin.

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Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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