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La anexión requiere un puente

Moscú da un nuevo impulso al proyecto de construir una vía por el tránsito entre Crimea y Rusia

El presidente Vladímir Putin tiene prisa para que un puente conecte la península de Crimea con la Rusia continental. Se trata de salvar el estrecho de Kerch —de 4,5 kilómetros en su parte más estrecha— ahora conectado solo por ferry. La anexión del territorio que el domingo votó separarse de Ucrania para unirse a Rusia ha acelerado un proyecto que viene de atrás y por el que pugnan varios grupos. “Necesitamos dos puentes, tanto para transporte de coches como ferroviario”, declaró Putin cuando el Consejo de Ministros trató el asunto el miércoles.

Ya ha empezado la competencia para construir la conexión entre Kavkaz, cerca de Novorossiísk, con la península en la zona de Kerch y que podría costar más de 2.000 millones de euros.

Yuri Luzhkov, el carismático exalcalde de Moscú, está dispuesto a encargarse de esa difícil y cara labor. Hace ya 12 años que él propuso oficialmente a los presidentes de Rusia y Ucrania construir un puente o en un túnel subterráneo. Aunque ambos dirigentes estuvieron formalmente de acuerdo, el proyecto no se realizó debido a que las autoridades ucranias no mostraron mayor interés.

El asunto no es fácil. Como explica Luzhkov, el estrecho une los mares de Azov y Negro y, si se construye un puente, solo podrán pasar bajo él barcos de una altura máxima de 65 metros. “O sea, deberá ser un puente móvil, como los de San Petersburgo, lo que conlleva encarecimiento y complejidad. O tiene que ser muy alto, lo cual tampoco es sencillo. Tenemos especialistas y hemos hecho estudios” sobre el asunto, dijo Luzhkov. Pero hay otros interesados y, al menos por ahora, parecen más cercanos al poder central de Moscú que Luzhkov.

Después de que en los últimos meses el Gobierno ruso intentara reanimar el proyecto, la compañía estatal Avtodor había empezado a ocuparse de los preparativos para construir el puente. La financiación estaría a cargo del Vnesheconombank y el coordinador sería Alexandr Afanásiev, responsable de la reciente construcción del puente que va del sur de Vladivostok a la isla Russki, en la bahía de Pedro el Grande en el mar de Japón. Es el puente atirantado de vano más largo del mundo, con 1.104 metros, y entró en servicio en 2012.

La idea de construir un puente entre Crimea y Rusia no es nueva y no pertenece al exalcalde Luzhkov. Quien primero la formuló fue el arquitecto alemán Albert Speer, ministro de Armamento e Industria Militar durante el Tercer Reich, en 1943. Los nazis, durante la ocupación de la península, elaboraron el proyecto correspondiente que no alcanzaron a realizar, pero dejaron en la orilla del estrecho gran cantidad de materiales. Después de expulsar a los alemanes, en 1944, el Ejército ruso tendió un puente ferroviario basado en el proyecto germano y utilizando esos materiales que estos, en su huida, habían dejado abandonados. Sin embargo, funcionó solo unos meses, pues durante el invierno, en febrero del año siguiente, el hielo lo destruyó debido a la ausencia de espigones.

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El nuevo puente deberá tener por los menos dos niveles, uno para transporte automovilístico y otro para los trenes. Según los primeros cálculos, costará entre 1.100 y 2.200 millones de euros y los trabajos se extenderán por unos cinco años. Mientras tanto, en el estrecho funciona un ferry, cuya frecuencia diaria era a principios de marzo de tres transbordadores de ida y tres de vuelta.

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