_
_
_
_
_
ANDRÉS PASTRANA | Expresidente de Colombia

“¿Quién está negociando con las FARC? ¿El presidente Santos o el candidato?”

El expresidente Pastrana (1998-2002) señala en esta entrevista lo que considera lecciones olvidadas del proceso que él intentó en su mandato

Pablo Ximénez de Sandoval
Andrés Pastrana, en Madrid.
Andrés Pastrana, en Madrid.LUIS SEVILLANO

Los procesos de paz en Colombia tienen varias experiencias previas de las que aprender. Una de ellas es la del expresidente Andrés Pastrana (1998-2002), que durante su mandato trató de alcanzar un acuerdo de paz sobre la base de la llamada zona de distensión, un territorio de Colombia del tamaño de un país pequeño en el que la guerrilla más antigua de América Latina, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) operarían libres de presión. Él mismo había sido víctima de un secuestro diez años antes. Pastrana fracasó, dice, por la “desconfianza de la guerrilla” y cree que el presidente Juan Manuel Santos ya está fracasando también. Pastrana desgrana sus opiniones sobre todos los demás presidentes del último cuarto de siglo en el marco de la promoción en Madrid de un libro (Memorias Olvidadas, Debate) en el que vuelve a la carga con un episodio conocido como narcocassettes, unas cintas filtradas a su campaña electoral de 1994 en las que se revelaba que su rival, Ernesto Samper, recibía fondos del narcotráfico. Samper ganó. Colombia se encuentra en al mismo tiempo en plena campaña electoral presidencial y en plena negociación de paz con las FARC.

Pregunta. ¿Por qué era necesario recuperar ahora aquel episodio?

Respuesta. Porque creo que hay muchas cosas que nunca se descubrieron. Lo más importante para un país es no perder su memoria. En América Latina no generamos memoria histórica. A medida que pasa la vida uno ve los temas con perspectiva y hay cosas que son fundamentales. Uno, la exclusiva que hay ahí: el presidente Samper siempre dijo que fue a sus espaldas la entrada de recursos del narcotráfico y los jefes del cartel de Cali dicen en una carta que lo sabía. Y hay temas nuevos: en 1994 creíamos que eran 5 millones de dólares y se ha comprobado que fueron 15. Tercero, César Gaviria (presidente de 1990 a 1994) sabía que había posibilidad de que los narcotraficantes compraran la presidencia de Colombia y no lo denunció. El narcotráfico compró la presidencia de Colombia y eso no se puede volver a permitir. Y si se hubiera investigado no hubiera pasado lo de la narcopolítica con los paramilitares, lo de la guerrilla, se tenía que haber llegado al fondo de verdad para que buena parte de la política en Colombia no estuviera financiada por el narcotráfico.

La influencia del narcotráfico en la política colombiana sigue siendo muy fuerte

P. Cuando habla en general de los políticos en Colombia, supongo que se incluye.

R. No, yo no. No soy corrupto. Yo he hecho esas denuncias. Si usted lo revisa, el 60% del congreso del presidente Álvaro Uribe (2002-2010) estuvo vinculado a la parapolítica. Si de verdad se hubiera llegado al final la política en Colombia hubiera sido distinta.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

P. Veinte años después de todo aquello, ¿cuál es la influencia del narco en la política colombiana?

R. Yo creo que sigue siendo muy fuerte. La tenemos también en la guerrilla. Es que el narcotráfico también se ha permeado. La guerrilla ya se convirtió en el cartel más grande del mundo. Los paramilitares también están permeados por el narcotráfico, han financiado buena parte de los políticos en la costa y en algunos sectores de Colombia. El flagelo que seguimos teniendo nosotros es el narcotráfico. Por eso creo que en el proceso de paz de La Habana que lidera el presidente Santos estamos posiblemente en el tema más importante, que es el de la erradicación del narcotráfico. Porque incluso en un proceso de paz lo importante no es solo que la guerrilla haga la paz, sino si van a abandonar el negocio de la droga. Yo creo que esa es la pregunta más importante que nos hacemos los colombianos.

P. ¿Ve el proceso con posibilidades?

R. Lo que sucede es que no sabemos qué está pasando. El presidente ha decidido hacer un proceso absolutamente discreto. Es bueno, pero debía haber un mecanismo para que el país fuera conociendo que está pasando. En este momento sabe más el presidente de Uruguay que un expresidente de Colombia o que cualquier colombiano, de que está pasando. Si se puede decir como critica o como preocupación. Hace unas semanas el hermano del presidente dijo en un foro en Washington que si no se reelegía a su hermano no habría paz en Colombia. Si se dice eso, hoy en la mesa de La Habana, ¿está negociando el presidente o el candidato? Es la primera vez que en la mitad de un proceso de paz hay un candidato a presidente. Si las FARC saben que para reelegir a Santos son fundamentales ellos, ¿qué va a darles Santos para reelegirse? Sería bueno que los candidatos conocieran el proceso para poder continuar si fuera necesario.

El presidente Aznar ofreció España como sede de los diálogos con las FARC de mi Gobierno

P. Pero es una apuesta personal del presidente.

R. Bueno, como fue la mía. Pero ya fracasó en cuatro años igual que yo. En cuatro años Juan Manuel Santos no fue capaz de hacer la paz. En cuatro años no pude yo, desafortunadamente.

P. Oficialmente, lleva un año.

R. Cuatro. Comenzó el 7 de agosto [de 2010, día de la toma de posesión]. Ese día empezó su hermano los primeros contactos con las FARC. Lleva cuatro años. Si no existiera la reelección, ya habría fracasado.

P. Usted le dio a las FARC la polémica zona de distensión. ¿Hoy lo haría diferente?

R. No. ¿Y sabe? Quien me lo recomendó fue Santos. La zona de extensión es de Santos. Yo le dije a Manuel Marulanda (Tirofijo, líder de las FARC, muerto en 2008) ‘hablemos afuera, hagamos conversaciones discretas en el extranjero’. Incluso el presidente Aznar propuso que fueran aquí en España. Pero Tirofijo dijo ‘la paz la hacemos los colombianos y en Colombia’. Hoy sería imposible.

P. ¿Cuál es la lección de aquello?

R. Hay una lección que no han aprendido de mi Gobierno y es que es muy difícil negociar en medio del conflicto. Porque las FARC no entienden que cierra espacios. El presidente Santos tuvo una frase desafortunada. Hace unas semanas alguien le preguntó qué acabaría con el proceso de paz y dijo: ‘Si matan un colombiano importante se acabaría con el proceso de paz’. ¿Cuáles son los colombianos importantes y cuales no importantes? Como puse en Twitter hace dos días cuando mataron a un mayor torturado con un tiro de gracia y a un patrullero: ¿Estos son colombianos importantes o no? Negociar en medio del conflicto es muy difícil. Y en las FARC como uno no sabe si hay total unidad de mando, cada vez que matan o secuestran se pone en dificultades el proceso.

Si resolvemos los problemas sociales terminaremos en buena parte con la guerrilla

P. Diga su candidato en las elecciones del 25 de mayo.

R. Marta Lucía Ramírez. Partido Conservador. Esperamos que llegue a la segunda vuelta. Las encuestas no le son favorables al presidente, le dan sobre un 25%. Me llama la atención un voto en blanco del 40% que nunca había existido. Los temas fundamentales son lucha contra la corrupción, estamos viendo una corrupción rampante, y dos temas en los que ha fracasado Santos, la reforma de la justicia y de la salud. Eso y el tema educativo.

P. ¿Qué es más importante, la paz con las FARC o la brecha social?

R. La brecha social y la lucha contra la corrupción. si yo fuera candidato, la paz va a ser muy importante, pero el peor impuesto para los pobres es la corrupción. Punto. Hay problemas con la justicia y con la educación que hoy el pueblo comienza a sentir muy de cerca y creo que es ahí donde hay que concentrarse. Porque además, si resolvemos los problemas sociales terminaremos en buena parte con la guerrilla.

P. ¿Tiene alguna ambición política?

R. No, ninguna.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_