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Ucrania da un ultimátum a los prorrusos atrincherados en el este

Rusia exigirá a Kiev el pago adelantado del gas para mantener el suministro

El ministro del Interior de Ucrania, Arsén Avákov, advirtió este miércoles que terminará con las protestas prorrusas en el este del país, para lo que él mismo se dio un plazo de 48 horas, es decir, antes del viernes por la mañana. Aseguró que lo hará por la fuerza si las negociaciones con los activistas no dan resultado. En Lugansk y Donetsk los opositores al Gobierno de Kiev, al que no reconocen y consideran ilegal, han tomado varios edificios públicos. Por su parte, el presidente ruso, Vladímir Putin, dio una nueva vuelta de tuerca con el gas: Rusia exigirá el pago adelantado del combustible para seguir suministrándolo a Ucrania.

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Para Avákov, la actuación ante las ocupaciones en las provincias rusohablantes debe ser una “operación antiterrorista”. En la ciudad industrial de Járkov, los activistas antimaidán fueron desalojados de la sede del Gobierno provincial, pero no ha ocurrido lo mismo en Donetsk ni en Lugansk. En esta última, situada a 60 kilómetros de la frontera rusa, los opositores ocupan desde el domingo la sede de la Dirección del Servicio de Seguridad local (SBU, los servicios secretos). Según comprobó la agencia France Presse, algunos hombres disponen de armas, que se encontraban en el local asaltado, y chalecos antibalas. Rechazan entregarlas, tal como se les ha pedido. “No tenemos nada que perder. Hemos querido negociar, pero nadie nos ha querido escuchar”, afirmó uno de los responsables de la ocupación, Oleg Desiatnikov. “Si nos atacan, responderemos”, añadió.

El pasado martes, Serguéi Pashinski, jefe de la administración presidencial, ya había advertido que Kiev empleará la fuerza si los ocupantes de los edificios públicos se niegan a abandonarlos pacíficamente. “Si no conseguimos arreglar la situación por la vía pacífica, actuaremos de acuerdo con la ley antiterrorista y a otras normas”, advirtió. Pashinski se refería a la serie de modificaciones a diversas leyes que el Parlamento ha aprobado recientemente para endurecer las penas por los delitos contra el Estado. Las acciones separatistas con resultado de muerte o con consecuencias graves podrán ser castigadas con un abanico entre los 15 años de prisión y la cadena perpetua.

La mayor tensión se registra en Lugansk, sobre todo después de que el canal televisivo 1+1 informara de que en la ciudad han entrado blindados ucranios. Además, habría llegado también un numeroso destacamento de combatientes del Sector de Derecha, que dirige el ultranacionalista ucranio Dmitri Yárosh.

Los tratan de separatistas, pero son gente normal que desea cambios en el país” Serguéi Tiguipko
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Serguéi Tiguipko —el candidato presidencial por el Partido de las Regiones, del defenestrado presidente Víctor Yanukóvich—, entró en el edificio tomado en Lugansk y aseguró que allí no hay rusos. Puntualizó que los activistas le mostraron sus documentos de identidad y que eran ucranios. “El poder no oye las exigencias del sureste, nadie quiere reaccionar. Los tratan de separatistas, pero son gente normal que desea cambios en el país y a la que nadie escucha”, afirmó Tiguipko. Anunció que se reunirá próximamente con el presidente en funciones de Ucrania, Alexandr Turchínov, para abordar la situación.

Por otra parte, el presidente ruso trató este miércoles con su Gobierno la venta de combustible a Kiev. “Gazprom suministrará el volumen de gas que Ucrania pague con un mes de antelación. Recibirán tanto como paguen”, anunció Putin. No obstante, dejó abierta la puerta a un compromiso, pues dio instrucciones al monopolio gasístico estatal de no aplicar la medida de momento y esperar los resultados de las conversaciones que se celebrarán con el país vecino. El contrato firmado entre Moscú y Kiev en 2009 establece que, si no se cancelan las deudas contraídas, se puede exigir el prepago para mantener el suministro. La situación empeorará a partir de este mes, ya que Rusia anuló el descuento que daba al anterior Gobierno ucranio y ahora tendrá que pagar 485,5 dólares (351,8 euros) por cada mil metros cúbicos de gas en lugar de 268 (194,2).

“Nuestros socios en Europa consideran que las actuales autoridades ucranias son legítimas, pero no hacen nada para apoyarlas ni con un solo dólar. La Federación Rusa no reconoce la legitimidad del Gobierno de Kiev, pero continúa prestando asistencia a la economía de Ucrania y subsidiándola con miles de millones de dólares”, ironizó Putin.

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