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El populista UKIP, a prueba de meteduras de pata

Pese a sus excesos, los sondeos indican que los británicos confían cada vez más en el partido de Neil Farage ante las elecciones europeas

Manifestantes contrarios al UKIP esperan a Farage en Swansea.
Manifestantes contrarios al UKIP esperan a Farage en Swansea. Matt Cardy (Getty )

Desde hace tiempo, el Partido para la Independencia de Reino Unido (UKIP) ha protagonizado numerosas anécdotas e incidentes que revelan episodios de racismo, homofobia, burla de personas con discapacidades, hipocresía, odio a musulmanes e inmigrantes, hasta un poco de trampa. Sin embargo, nada de eso ha impedido a su líder, el eurodiputado Nigel Farage, convertirse en el político de moda, y al propio UKIP situarse en cabeza de las encuestas para las elecciones europeas de este mes.

En el pasado, el UKIP nunca ha pasado de ser un partido protesta. Cuando llegan las generales, su atractivo se desvanece. Pero esta vez, todo parece diferente. Nunca antes los sondeos le habían dado porcentajes de voto por encima del 30% como ocurre ahora, aunque Farage ha preferido eludir el tentador envite de presentarse como candidato a un escaño vacante de Westminster en los comicios previstos para justo después de las inminentes europeas y municipales.

¿Por qué los votantes le perdonan al UKIP lo que no le perdonarían a otros partidos? Hay quien cree que el desencanto entre la empobrecida clase obrera británica es tan grande que les es igual que el UKIP sea racista o demagogo: es nuevo, está contra los grandes partidos tradicionales y es patriota. Eso les basta. Otros subrayan que ciertos populismos son inmunes a los escándalos y los resbalones: gente como Silvio Berlusconi o Boris Johnson parecen fortalecerse con la crítica. Quizás eso explique por qué el UKIP puede ganar este mes las elecciones europeas en Reino Unido a pesar del siguiente anecdotario.

» Discapacidades. Un candidato a concejal del UKIP, Geoffrey Clarke, fue suspendido en diciembre de 2012 por sugerir que debería obligarse a abortar a las mujeres embarazadas con fetos con el síndrome de Down o espina bífida porque si se les deja nacer “serían una carga tanto para el Estado como para sus familias”.

» Homosexualidad. En enero de 2013, un candidato del UKIP describió el sexo entre hombres como algo “asqueroso” y a los homosexuales como “anormales”. Farage proclamó que no iba a expulsar a un militante por tener “una visión pasada de moda” sobre la homosexualidad. Pero el presidente de las juventudes del UKIP, Olly Neville, sí fue expulsado por defender el matrimonio entre personas del mismo sexo.

» ¿Filonazi? Farage le concedió el beneficio de la duda a Alex Wood, un candidato en las municipales de 2013 del que apareció una foto en la que parece estar haciendo el saludo nazi y con comentarios racistas y homofóbicos.

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» Antimusulmán. Hace un año un concejal de Worcestershire, Eric Kitson, se vio obligado a dejar el escaño que había ganado dos semanas antes tras admitir que había intercambiado material ofensivo hacia los musulmanes en una página de Facebook.

» Machismo. Un donante del partido, Denetri Marchessini, decidió dejar de dar dinero al UKIP tras las críticas que suscitaron sus posiciones machistas. En opinión de Marchessini, a las madres solteras no hay que ayudarlas, sino “darles un cachete porque se han portado mal” y las mujeres llevan pantalones “porque saben que a los hombres les molesta que los lleven” . El UKIP dijo que los donantes no condicionan la política del partido.

» Inmigración ilegal. Según la página de Facebook de Chris Pain, entonces presidente del partido en East Midlands, los inmigrante irregulares son gente que “calza sandalias, fabrica bombas, monta en camello, folla cabras y lleva turbante”. Él aseguró que la página había sido pirateada, pero el partido le expulsó.

» Godfrey Bloom. Este eurodiputado, que dejó el partido en septiembre de 2013, merece su propio capítulo. Opina que “ningún pequeño empresario con la cabeza en su sitio debería emplear jamás a una mujer en edad de tener hijos”; que las mujeres de hoy en día “no limpian bien suciedad detrás de la nevera”; que el feminismo “es una moda pasajera”; que muchas prostitutas “lo son porque les gusta”; que los franceses “hicieron muy bien hundiendo el Rainbow Warrior”, el barco de Greenpeace; que David Cameron “es del tipo de chaval al que yo solía pegar”. En 2008 tuvo que ser sacado borracho del Europarlamento tras asegurar que sus colegas del Este no podían entender de relaciones económicas y preguntarse si las jugadoras de rugby deberían lucir sus dorsales en la espalda o en el pecho. Este hombre llama “Bongo Bongo land” a los países africanos; dice que los parados del sector público no deberían tener derecho a votar y en un debate en Oxford le preguntó a un discapacitado que defendía la inmigración si era Ricardo III, un rey que padeció escoliosis.

» Trampa. En la campaña de estas municipales, han usado a un actor irlandés haciéndolo pasar por un obrero británico en paro.

» ¿Trampa? Farage ha tenido que afrontar acusaciones de tramposo y/o hipócrita por denunciar el despilfarro de los políticos pero no poder justificar con recibos los gastos que cobra del Parlamento Europeo y por denunciar que los extranjeros están dejando sin empleo a los británicos pero contratar a su esposa alemana como secretaria.

» Hipocresía. También hay extranjeros trabajando en las oficinas del UKIP en Bruselas y en Londres.

» Racismo. Su candidato en las municipales por Enfield, William Henwood, ha emplazado al actor británico Lenny Henry a que se vaya a vivir “a un país de negros” por quejarse de que las minorías étnicas no están lo bastante representadas en la BBC.

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