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El nuevo presidente de Panamá retomará los lazos con Venezuela

Maduro rompió el nexo diplomático con el país centroamericano por llamar a la OEA a una cita de cancilleres sobre la crisis venezolana

Ciudad de Panamá -
El presidente electo de Panamá, Juan Carlos Varela.
El presidente electo de Panamá, Juan Carlos Varela.A. FRANCO (AP)

Dos meses después de su ruptura en medio de una puja política por el agravamiento de la crisis socio-política venezolana, Panamá y Venezuela avanzan hacia el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas, rotas unilateralmente por Caracas el 5 de marzo, en el primer aniversario de la muerte del expresidente Hugo Chávez.

El presidente electo de Panamá, Juan Carlos Varela, anunció poco antes de la medianoche del domingo que el mandatario de Venezuela, Nicolás Maduro, le llamó esa misma noche para felicitarle por su victoria en los comicios generales panameños y que ambos acordaron que, a partir del próximo primero de julio, se reanudarán las relaciones diplomáticas.

En la agitación de su éxtasis político por haber logrado la victoria electoral y derrotado al oficialismo, Varela declaró en una conferencia de prensa en la sede del Tribunal Electoral (TE), que “sin duda alguna que el restablecimiento de relaciones diplomáticas con Venezuela será una prioridad para el primero de julio de 2014”.

El restablecimiento de los vínculos, aclaró, será “manteniendo la posición de nuestro país de hacer un llamado al diálogo y a la paz social, y al respeto a la libertad de expresión y a los derechos humanos en el hermano país”.

Varela aportó luego más datos sobre la conversación con Maduro y en un pasillo del TE relató que “ratifiqué mi posición de restablecer relaciones, lo invité a mi toma de posesión el primero de julio y también le comuniqué mi interés de que Venezuela busque la paz social de su pueblo y que Dios lo iluminara en darle la paz social a su pueblo”.

Varela dice que Panamá recuperará contacto con Caracas sin dejar de apoyar la necesidad de más "paz social"
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Ante el estallido hace más de dos meses de violencia política callejera en Venezuela, el gobierno de Panamá solicitó el 25 de febrero a la Organización de Estados Americanos (OEA) llamar a una cita de cancilleres para analizar la crisis venezolana, una gestión que Caracas rechazó y que remató con la decisión de Maduro de romper nexos diplomáticos, políticos y económicos. Maduro atacó con dureza al presidente de Panamá, Ricardo Martinelli.

El 5 de marzo, en un acto militar en Caracas en el primer aniversario de la muerte del expresidente Chávez, Maduro rompió nexos con Panamá, calificó a Martinelli de “lacayo rastrero” y le acusó de “conspirar” en la OEA contra su gobierno con una actitud “injerencista” en asuntos internos de Venezuela.

La decisión venezolana incluyó la ruptura de relaciones comerciales, que se traduce en que Venezuela se ha abstenido de pagar una deuda -cuyo monto oficial exacto se desconoce pero que podría oscilar entre 1.200 y 2.000 millones de dólares- por las exportaciones hacia ese país desde la Zona Libre de Colón (ZLC), que opera en el litoral panameño en el Atlántico y es el principal puerto de reenvío de mercancías de América Latina y el Caribe y el segundo del mundo, solo superado por Hong Kong.

En un país en el que, como Venezuela, los importadores venezolanos tienen severas dificultades para acceder a divisas, en un confuso mercado cambiario, la decisión de Maduro ha alejado la posibilidad de que la deuda sea pagada. Caracas ha acusado a Martinelli de pedir el pago de comisiones a los exportadores panameños para facilitar el cobro de la deuda a los exportadores venezolanos.

Luego de la ruptura, el canciller de Venezuela, Elías Jaua, confirmó que “queda suspendida la revisión de esa deuda hasta tanto en Panamá no haya un Gobierno serio que respete las relaciones que deben tenerse de respeto mutuo”.

En el estudio de la deuda, explicó, fue hallado “todo tipo de acciones fraudulentas tanto de comerciantes panameños como de venezolanos”, que crearon un espacio de “podredumbre” y “corruptela” en los negocios. “Hemos estado lidiando con un pañuelo en la nariz, revisando esa podredumbre en que se ha convertido esa relación comercial y por lo tanto, eso también queda suspendido”, afirmó.

El pasado 23 de abril, el gobierno panameño pidió a Venezuela que recapacitara la decisión “desproporcionada” de romper relaciones con Panamá.

Sin dejar de lamentar que, tras la ruptura, Panamá “no recibió” respeto del gobierno de Maduro, el ministro panameño de Relaciones Exteriores, Francisco Álvarez de Soto, afirmó que la decisión de su país es “obviamente esperar de alguna forma que el gobierno venezolano reevalúe la medida unilateral que tomó, en nuestro opinión desproporcionada, reitero, de romper las relaciones diplomáticas y suspender las relaciones comerciales”.

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