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Panameños separados por un mismo Canal

Panamá, el país que más crece en América Latina, tiene una tasa de mortalidad materna en zonas rurales de hasta 10 veces mayor que en las áreas urbanas

Una madre con su bebé esperando ser atendida por los médicos
Una madre con su bebé esperando ser atendida por los médicos Gerardo Pesantez

¿Cara o cruz? Las dos caras del crecimiento económico de Latinoamérica, una próspera y otra olvidada, ha encontrado su más reciente manifestación en la vibrante economía de Panamá, una de las de más rápido crecimiento, pero también con una gran deuda social, especialmente con aquellos que viven lejos de la ciudad o de las inmediaciones del Canal.

Panamá, uno de los centros más importantes de la logística mundial, puede jactarse de un crecimiento de 7%, un promedio superior a los Tigres asiáticos y al regional del 2,4%.

Sin embargo, la tasa de mortalidad materna en las zonas rurales es entre cinco y 10 veces mayor que en las áreas urbanas, y la atención de salud es, en general, ocho veces menor que en las ciudades.

Por ejemplo, mientras que 88% de los médicos y enfermeras del país atienden en poblaciones urbanas, en las zonas rurales éste porcentaje cae a 11% y 15%, respectivamente.

La otra cara de Panamá

Hilaria Palacios es una madre soltera que vive en las islas de Bocas del Toro, uno de los destinos turísticos más visitados de las costas panameñas.

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Tiene cinco hijos y está embarazada del sexto. En su estado, visitar al médico más cercano se torna una pequeña odisea: levantarse antes del alba, caminar por una hora y luego coger un bote, siempre y cuando el clima y su bolsillo se lo permitan.

“Casi todos mis embarazos me manejé así”, dice.

Ella es la otra cara de Panamá, un país con alto nivel de desigualdad, donde el 54% de su población rural vive en situación de pobreza, y uno de cada cinco, en extrema pobreza.

Esto, sin siquiera mencionar que un 12.3% de la población es indígena, la más afectada por las desigualdades sociales y económicas. De hecho, el 96% de ellos vive en condiciones de pobreza. Y es en la salud de los niños y sus madres donde la inequidad se hace carne.

Para muestra, un botón: en las Comarcas de Guna Yala y Ngabe-Bugle, que tiene mayoría de población indígena, mueren casi 6 mujeres por cada mil nacidos vivos, un número alto en comparación al promedio nacional.

“El sistema de salud está muy bien diseñado para áreas urbanas pero existen grandes desafíos en el acceso por parte de las comunidades más alejadas”, explica Carmen Carpio, experta en salud del Banco Mundial, quien reconoce que la concentración de los servicios sanitarios se encuentra en las ciudades y alrededores.

Pero la barrera no es solo geográfica, también existen retos culturales y sociales. “Hay prácticas sanitarias que no están adaptadas para las mujeres indígenas. Mientras que ellas prefieren tener un parto vertical, en los en los hospitales se acostumbra a llevar a cabo un parto tradicional”, dice Carpio.

La realidad de Panamá no es ajena al resto de la región donde aún se registra un promedio de 85 muertes por cada 100.00 niños nacidos vivos. Aunque es un número alto, la mortalidad materna se redujo un 40% entre 1990 y 2013, poco menos que el promedio mundial de 45%, y por debajo de la meta del 75% fijada por los Objetivos del Milenio (ODM), según un estudio conjunto entre el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud y Unicef.

Giras de salud

Para responder a este reto se han puesto en marcha las llamadas giras de salud. Se trata de equipos móviles de médicos, y expertos en nutrición y saneamiento, que brindan atención periódica a las comunidades más alejadas.

Además de las giras, muchos centros de salud han ampliado su radio de cobertura. Lo que contrasta con el modelo de atención tradicional donde es la población la que acude a los centros de salud.

“Aquí el chequeo que yo me hago con el doctor es cada mes”, dice Hilaria, quien destaca una diferencia muy grande en la atención con respecto a sus cinco embarazos anteriores.

Más de 200.000 personas en 12 regiones del país se han atendido en este programa. Así se logró que un 75% de las mujeres embarazadas en la zonas visitadas cumplan con al menos tres controles pre natales (uno por trimestre) y 89% de los niños menores de 1 año tengan el esquema de vacunación completo.

María Victoria Ojea es productora online del Banco Mundial

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