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El ‘boom’ migratorio apuntala la fortaleza económica de Alemania

Los extranjeros compensan el declive demográfico del país Se ha convertido en el segundo mayor polo de atracción de inmigrantes del mundo

Luis Doncel
Una mujer nacionalizada sostiene los documentos de su ciudadanía alemana.
Una mujer nacionalizada sostiene los documentos de su ciudadanía alemana.thomas peter (reuters)

Alemania ha vuelto a demostrar que es el carro que tira del resto del continente. Los datos de crecimiento del primer trimestre sorprendieron por la potencia de su economía y la debilidad de prácticamente el resto de la UE. Pero tras el brillo del éxito germano se esconden algunos desafíos para su bienestar futuro, como el de una población que envejece a pasos agigantados.

La llegada de inmigrantes alivia este problema, como ha podido comprobar Alemania, que se ha convertido en el mayor foco de atracción de extranjeros en Europa, y el segundo del mundo.

Los casi 400.000 inmigrantes que se establecieron en suelo alemán en 2012 catapultan a la mayor economía de la UE al segundo puesto como polo de atracción entre los países desarrollados, tan solo por detrás de Estados Unidos. Tres años atrás, Alemania había quedado en un modesto octavo lugar, por detrás de España o Italia, según los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). El salto experimentado es el mayor entre todos los países analizados y contribuye a apuntalar el éxito económico de Berlín.

La proporción de empleados formados es mayor entre los foráneos

Pero, ¿cuál puede ser el efecto para Alemania de la llegada masiva de extranjeros del este, centro y sur de Europa? Thomas Liebig, experto de la OCDE en migraciones internacionales, destaca las implicaciones positivas. “Ya hay más gente que abandona el mercado laboral para jubilarse que la que entra para empezar a trabajar. Y esta diferencia aumentará en los próximos años hasta llegar al 60% en 2020. La inmigración es parte de la solución, aunque no la más importante”, asegura.

La llegada de trabajadores se convierte así en una válvula de escape para los países en crisis donde encontrar un empleo parece tarea imposible y, al mismo tiempo, en una solución parcial para los problemas demográficos de Alemania. Según las previsiones del Gobierno, en 2025 harán falta 5,4 millones de trabajadores cualificados más de los que el país tiene ahora, y este gigantesco agujero no puede cubrirse solo desde fuera. Será necesario aumentar la proporción de población activa con la incorporación de más mujeres al mercado laboral. “La sociedad está ahora más abierta para recibir a los inmigrantes que hace 10 años. La gente se ha dado cuenta de que son necesarios”, sintetiza Liebig.

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Mientras los economistas señalan la necesidad de mano de obra extranjera, el Gobierno se ha embarcado en una cruzada para evitar abusos en las ayudas sociales de las que se benefician los inmigrantes. La coalición de democristianos y socialdemócratas ultima la norma que permitirá expulsar del país a los inmigrantes de la UE que llevan seis meses sin trabajar. Además, el abogado general del Tribunal de Luxemburgo validó el pasado martes la legalidad de la expulsión de una mujer rumana que vivía en Leipzig desde 2010 y que ni había buscado empleo ni tenía la intención de hacerlo.

Y sin embargo, la mayoría de los que abandonan su país rumbo a Alemania lo hacen para trabajar. Los datos de la OCDE muestran que el porcentaje de población activa es solo ligeramente inferior entre los ciudadanos recién llegados del resto de la UE en comparación con los nacidos en suelo germano. Además, la proporción de trabajadores cualificados es mayor entre los europeos no alemanes (34%) que entre los locales (26%).

Pese a que potencialmente puede afectar a cualquier ciudadano de la UE, la ley que prepara el Gobierno está pensada para rumanos y búlgaros, que este año accedieron a la libertad total de movimientos dentro de los 28 miembros del club. “No creo que afecte a muchos españoles o italianos, que suelen tener una buena formación académica. La mitad de los españoles que llegaron a Alemania en 2012 se fueron antes de que pasara un año, probablemente porque no encontraron trabajo debido a la dificultad del idioma. Muchos vienen dispuestos a trabajar en ciudades como Berlín o Hamburgo para grandes compañías, pero donde hay más posibilidades es en empresas medianas en Estados como Baden-Wurtemberg o Baviera”, explica el experto de la OCDE.

La mitad de los españoles que van a Alemania duran menos de un año

Los flujos migratorios son un buen termómetro para medir la salud de una economía. Al mismo tiempo que en Alemania se disparaban (aumentaron en un tercio solo de 2011 a 2012), se desplomaban en países castigados por la crisis.

Una de cada diez personas que dejó su país en busca de un futuro mejor en los países desarrollados lo hizo rumbo a Alemania. La explicación de este fenómeno se podría encontrar en una tabla incluida en un informe de la OCDE del pasado mes de enero. En ella se muestran las diez regiones donde más cayó la tasa de paro entre 2006 y 2011. Nueve de ellas eran alemanas. Al lado, aparecen las diez regiones donde más aumentó. Nueve de ellas eran españolas.

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Sobre la firma

Luis Doncel
Es jefe de sección de Internacional. Antes fue jefe de sección de Economía y corresponsal en Berlín y Bruselas. Desde 2007 ha cubierto la crisis inmobiliaria y del euro, el rescate a España y los efectos en Alemania de la crisis migratoria de 2015, además de eventos internacionales como tres elecciones alemanas o reuniones del FMI y el BCE.

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