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Clinton entra en campaña con sus memorias de la Administración Obama

La exprimera dama aplaza la decisión sobre su candidatura a la presidencia hasta 2015

Marc Bassets
Colas para ver a Hillary Clinton en la firma de su nuevo libro en Nueva York
Colas para ver a Hillary Clinton en la firma de su nuevo libro en Nueva YorkSHANNON STAPLETON (Reuters)

Pocos leerán de principio a final las 600 páginas de ‘Decisiones difíciles’, el nuevo libro de Hillary Clinton. El libro, unas memorias de sus años como secretaria de Estado de su antiguo rival, Barack Obama, ofrece pocas novedades. Como ocurre con la mayoría de libros de políticos en Estados Unidos, no lo ha escrito ella. En los agradecimientos reconoce el trabajo de un “equipo” que le ha ayudado a poner orden a sus notas.

El libro, que el martes llegó a las librerías y ya ha vendido más de un millón de ejemplares, es lo de menos. La publicación de ‘Decisiones difíciles’ (‘Hard choices’, en inglés) lanza una campaña que puede convertir a la exprimera dama en la primera mujer presidenta de EE UU en 2017.

Las multitudes que se congregaron en la librería Barnes and Noble de Union Square, en Manhattan, para asistir a la firma de ejemplares —el primer acto en una gira por centros comerciales, universidades y platós de televisión por todo el país— recuerdan a escenas parecidas de hace ocho años. Entonces, quien provocaba las colas era un joven senador por Illinois, Barack Obama, autor de otro superventas, ‘La audacia de la esperanza’. Aquello fue un anticipo de la campaña para las presidenciales de 2008, que llevaría a Obama la Casa Blanca. Era el inicio de la obamamanía.

Hillary Clinton no anunciará si se presenta hasta 2015, una vez celebradas las elecciones legislativas del próximo noviembre, según explicó el lunes por la noche en una entrevista con la veterana periodista Diane Sawyer en la cadena ABC. Pero la gira para presentar el libro es el signo más evidente de que será difícil que la candidatura tenga marcha atrás. Ready for Hillary —Preparados para Hillary, un grupo de recaudación de fondos que cuenta en sus filas con algunos de los cerebros de las campañas de Obama— tiene un autobús que la seguirá por las escalas de su gira. Otra organización, Correct the record, se encarga de replicar a todas las acusaciones, fundadas o no, contra la candidata más temida por la derecha.

La gira para presentar el libro tiene un aire pre-electoral: recuerda a la que impulsó la obamamanía en 2006

Adrienne Elrod es una vieja conocida de la familia Clinton. Su padre, un reputado abogado en Arkansas, el estado de Bill Clinton, conoce al expreisdente desde que ambos eran adolescentes, según cuentan los periodistas Jonathan Allen y Amie Parnes en ‘HRC’, uno de los libros recientes sobre su etapa frente al Departamento de Estado, entre 2009 y 2013. Elrod formó parte del equipo de campaña de Hillary Clinton en 2008, cuando la candidata, que partía como favorita, perdió en las primeras del Partido Demócrata ante el novato Obama. Ahora ejerce de directora de comunicaciones de Correct de Record (Corrijan el registro).

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“No”, tercia Elrod a la pregunta de si ha empezado la carrera presidencial de Clinton. Ha escrito un libro de memorias, añade. Nada más.

En los años noventa Clinton denunció la existencia de una “vasta conspiración” de la derecha extrema contra ella y su marido. En las primarias de 2008 la imagen de los Clinton como matrimonio proclive a la manipulación y la doblez la perjudicó. Sus partidarios quieren asegurarse de que esto no volverá a pasar.

La misión de Correct the record: “Frenar la desinformación negativa”. El objetivo es que, en el caso de que la exprimera dama se decida a presentarse, se encuentra “en la mejor posición y el mejor lugar”.

Elrod es una pieza en una vasta constelación de colaboradores y simpatizantes de Hillary Clinton, un ejército preparado para entrar en campaña cuando la política demócrata dé la orden.

"El momento de otra decisión difícil llegará bien pronto", escribe Hillary Clinton al final de 'Decisiones difíciles'

Las primeras escaramuzas han empezado. En la entrevista con Sawyer, Clinton dijo, para justificar los centenares de miles de dólares que ella y su marido cobran por dictar conferencias, que, al abandonar la Casa Blanca, los Clinton estaba “arruinados”. En un país con desigualdades crecientes, las palabras de la multimillonaria Clinton reabrieron la crítica sobre su identificación con el establishment y desconexión con las clases medias que deciden las elecciones.

‘Decisiones difíciles’ no es el libro de un expolítico sino un documento de campaña que busca lavar una imagen dañada por los escándalos en los años de primera dama y la derrota de 2008, humanizarla —su próxima condición de abuela merece una mención— y afianzar sus credenciales como estadista.

Clinton se distancia de Obama, pero lo justo. En política exterior se muestra más agresiva, más convencida de la necesidad de un liderazgo fuerte de EE UU. Explica, por ejemplo, que en Siria ella defendió, en contra del criterio de la Casa Blanca, armar a los rebeldes. Y cree que EE UU debería haber sido más cuidadoso a la hora de dejar caer al líder egipcio Hosni Mubarak tras las protestas de la plaza Tahrir en 2011, o que el presidente era demasiado severo con Benyamin Netanyahu.

Al mismo tiempo, dedica elogios encendidos a Obama. Dice que su decisión de ordenar la operación que acabó con Osama bin Laden fue una de las exhibiciones de liderazgo “más vigorosas y valientes” que jamás haya presenciado. No está mal viniendo de una mujer que convivió con otro comandante en jefe durante ocho años en la Casa Blanca y que, durante las primarias de 2008, cuestionó su experiencia internacional y su capacidad de decisión en momentos críticos de su rival..

Clinton también admite que votar a favor de la guerra de Irak en 2002, cuando era senadora, fue un error y que debería haber dejado claro su arrepentimiento antes. Pero rechaza cualquier culpa por la muerte del embajador norteamericano en Libia durante el asalto en Bengasi en 2012, un episodio en el que los republicanos ven un punto débil de la exsecretaria de Estado.

Un sondeo de The Washington Post/ABC News conocede a Clinton más de 50 puntos de ventaja respecto a otros posibles candidatos en las primarias demócratas y un mínimo de diez puntos sobre los candidatos republicanos en las presidenciales.

“¿Me presentaré a presidenta en 2016?”, se pregunta en las páginas finales del libro. “El momento de otra decisión difícil llegará bien pronto”, concluye.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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