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La derrota de Cantor, un revés a la reforma migratoria

Las demandas se centrarán ahora en que Barack Obama actúe por su cuenta

Silvia Ayuso

La derrota del congresista republicano Eric Cantor a manos de un candidato más conservador aún constituye un mazazo a la reforma migratoria en Estados Unidos. Para algunos incluso podría ser el golpe de gracia a un proyecto que muchos consideran que daba ya de por sí sus últimos estertores.

Caras serias, muy serias, en el Capitolio la mañana del miércoles postelectoral. La inesperada derrota del número dos republicano en el Congreso estadounidense la noche previa aún no había sido digerida por muchos. Con todo, comenzaba ya la movilización para contener daños. Sobre todo entre los defensores de la reforma migratoria, conscientes de que ésta fue una de las armas lanzadas contra Cantor por su némesis del Tea Party, el hasta ahora desconocido David Brat.

En una sala del Capitolio, 15 senadores demócratas trataban de convencer en una mesa redonda a periodistas de que la reforma migratoria “no está muerta” puesto que todavía le queda una “ventana de oportunidad”, aunque sea “muy pequeña”, en palabras del influyente Robert Menéndez, coautor del proyecto de ley migratorio bipartidista aprobado en junio de 2013 en el Senado.

“La derrota de Cantor tiene menos que ver con el tema de inmigración y mucho más con su falta de atención a su distrito, con su posición de liderazgo en la Cámara, que lo aleja de su distrito”, sostuvo Menéndez.

Si el Partido Republicano decide que la derrota de Cantor está relacionada con la reforma migratoria estará cometiendo un enorme error estratégico", según el senador por Nuevo México, Martin Heinrich.

Hay dos argumentos que a juicio de los demócratas respaldan su lectura de los resultados de Virginia: por un lado, el hecho de que en la misma noche de la derrota de Cantor, el senador republicano Lindsey Graham lograba una aplastante victoria en sus primarias en Carolina del Sur, pese a ser otro de los grandes defensores de la reforma migratoria. Y además, una encuesta realizada en el distrito de Cantor la misma jornada electoral, según la cual el 72% de los electores está a favor de una reforma migratoria, pero que un 65% tenía una opinión negativa del hasta ahora poderoso congresista.

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“65.000 electores de unas primarias en el sur de Virginia no deberían fijar el rumbo de la historia estadounidense en materia migratoria”, reclamó Dick Durbin, otro miembro del "Grupo de los Ocho" senadores demócratas y republicanos que elaboraron la propuesta migratoria aprobada hace casi un año. “¡Abramos los ojos! Hay un fuerte sentimiento a favor de la reforma migratoria y si permitimos que un profesor llamado Brat haga descarrilar (los esfuerzos), deberíamos avergonzarnos”, advirtió.

“Si el Partido Republicano decide que la derrota de Cantor está relacionada con la reforma migratoria estará cometiendo un enorme error estratégico (…) si dan marcha atrás ahora, perderán una gran oportunidad”, le apoyó el senador por Nuevo México, Martin Heinrich.

Por ello la clave sigue estando, afirman los demócratas de las dos cámaras del Congreso, en “presionar” al presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, para que permita de una vez la votación en el pleno de una iniciativa legislativa migratoria que hasta ahora se ha negado a poner en agenda pese a que, sostienen, existen suficientes votos para respaldarla.

El camino a la Casa Blanca pasa por el barrio", advierten los demócratas.

Una visión compartida por los numerosos grupos de presión a favor de la reforma migratoria que llevan meses realizando las más variopintas acciones de protesta ante el Capitolio para reclamar un voto en la cámara baja que pese a todo se sigue resistiendo.

“Los electores quieren líderes. Es hora de que el “speaker” Boehner lidere en reforma migratoria y la haga avanzar”, reclamó el director del National Immigration Forum, Ali Noorani.

La gran pregunta es si Boehner y sus colegas de bancada se atreverán a poner el tema en agenda -y el límite es julio, puesto que tras el receso del verano todos coinciden en que ya no habrá nada que hacer- cuando el Tea Party que muchos habían declarado muerto parece resurgir de sus cenizas con la victoria de Brat.

Algo que también se debe estar preguntando una Casa Blanca que sabe que si no hay avances migratorios en el Congreso la pelota pasará a su campo. El presidente Barack Obama decidió aplazar hasta agosto la revisión de su contestada política de deportaciones para darle al Congreso una última oportunidad para actuar. En cierto modo porque es consciente, también, de que dictar medidas por decreto no hará más que aumentar la desconfianza republicana que siempre lo ha acusado de no contar con el Congreso.

“Si no hay una acción seria en materia migratoria antes del 4 de julio (…) quedará en manos del presidente rescatar al país de los peores aspectos de nuestro disfuncional sistema migratorio”, advirtió este miércoles el congresista demócrata y “campeón” de la reforma migratoria Luis Gutiérrez.

A los demócratas les gusta repetir que "el camino a la Casa Blanca pasa por el barrio", dicho en español, en referencia a la importancia del voto hispano para lograr la presidencia. Pero tras la derrota de Cantor, muchos republicanos podrían verse tentados a evitar a toda costa ese “barrio” en su camino, mucho más inminente, hacia el Capitolio.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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