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La exprimera ministra noruega gana el ‘Nobel’ asiático

La exprimera ministra de Noruega Gro Harlem Brundtland recibe el Premio Tang

Yuan-tseh Lee, presidente del comité de selección de los premiados de los Premios Tang.
Yuan-tseh Lee, presidente del comité de selección de los premiados de los Premios Tang. SAM YEH (AFP)

La exprimera ministra de Noruega Gro Harlem Brundtland se ha convertido este miércoles en la primera persona en recibir el Premio Tang, que ha sido promocionado como la versión asiática de los Nobel, aunque el galardón creado por Samuel Yin, uno de los hombres más ricos de Taiwán, es independiente de los que cada año otorgan los comités noruego y sueco.

Brundtland, de 75 años, ha logrado el premio en la categoría de Desarrollo sostenible “por su innovación, liderazgo e implementación del desarrollo sostenible que expuso los desafíos científicos y tecnológicos a los que se enfrenta la comunidad global para lograr un mejor equilibrio entre desarrollo económico, integridad medioambiental e igualdad social para el bien de toda la humanidad”, según asegura la Fundación del Premio Tang en un comunicado.

El galardón bienal fue instituido en 2012 por el magnate taiwanés Samuel Yin, con una dotación de 3.000 millones de dólares de Taiwán (73,6 millones de euros). Se concede por primera vez este año y abarca cuatro categorías: Desarrollo sostenible, Ciencia biofarmacéutica, Sinología y Gobierno de la ley. Los laureados serán anunciados por este orden en días sucesivos entre hoy y el sábado. Cada uno recibirá 40 millones de dólares taiwaneses (982.000 euros) más una beca de investigación de un máximo de 10 millones de dólares taiwaneses (245.000 de euros) a utilizar en un plazo de cinco años. El montante supera los ocho millones de coronas suecas (888.000 euros) de los Nobel originales. La ceremonia de entrega tendrá lugar el 18 de septiembre en Taipei.

foto de archivo de la exprimera ministra noruega Gro Harlem Brundtland.
foto de archivo de la exprimera ministra noruega Gro Harlem Brundtland.ANDRE DURAO (AFP)

“Espero que el premio [que pueden compartir un máximo de tres personas por categoría] impulse más investigación que beneficie al mundo y al ser humano, promueva la cultura china y haga del mundo un lugar mejor”, ha dicho Yin. Según Yuan T. Lee —presidente del comité de selección, y a su vez Nobel de Química en 1986—, el objetivo de los galardones Tang “no es competir con los Nobel sino compensar lo que falta”, informa France Presse.

Aunque el Tang está inspirado en el premio europeo, sus intereses son distintos. “El Nobel fue creado hace más de un siglo y muchos de los problemas a los que se enfrenta el ser humano en el siglo XXI aún no habían surgido”, ha declarado Jenn-chuan Chern, director ejecutivo de la Fundación del Premio Tang.

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Gro Harlem Brundtland ha sido calificada por Lee de “la madrina” del desarrollo sostenible. La política noruega estableció y dirigió la Comisión Mundial de Medioambiente y Desarrollo en la década de 1980. El organismo de Naciones Unidas allanó el camino a la primera Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro en 1992, que conduciría más tarde al Protocolo de Kioto sobre el cambio climático en 1997. Fue primera ministra del país nórdico en tres ocasiones entre 1981 y 1996. De 1998 a 2003, lideró la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los laureados con el Tang son seleccionados por un comité de la Academia Sinica, el más alto organismo de investigación académica de Taiwán, creado en 1928 en China continental por el entonces Gobierno nacionalista del Kuomintang.

“Los premios Nobel de Asia son legítimos. No son propaganda como el barato Premio de la Paz Confucio de 2010, que fue dado a Lien Chan (exvicepresidente de Taiwán)”, explica Jerome F. Keating, estadounidense, escritor y profesor jubilado de la Universidad Nacional de Taipei. “Samuel Yin tiene mucho dinero y lo está entregando para respaldarlos. Está siendo filantrópico con su riqueza. Es una buena idea, y más millonarios podrían seguir sus pasos si encuentran áreas que no son cubiertas por los premios Nobel”.

Yin es presidente de Ruentex, un conglomerado con intereses que van del sector textil al inmobiliario y los servicios financieros. El grupo ha realizado importantes inversiones en China continental. También es profesor en la Universidad Nacional de Taiwán y en la de Pekín (Beida). El empresario taiwanés ha prometido que donará el 95% de su fortuna a organizaciones de caridad a lo largo de su vida. La revista Forbes ha estimado su fortuna en 4.500 millones de dólares (3.300 millones de euros).

El premio toma el nombre de la dinastía Tang (618-907 después de Cristo), un periodo considerado el punto culminante de la civilización clásica china, que se caracterizó por el esplendor de las artes, las políticas liberales, la tolerancia a las diferentes culturas y religiones, y el progreso tecnológico. “Una época dorada de cultura cosmopolita”, admirada por Samuel Yin, que con el galardón espera contribuir a "crear otra época dorada para la humanidad”.

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