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Obama a los padres: “No envíen a sus hijos, los mandaremos de vuelta”

El presidente alerta de que los menores pueden ser víctimas de tráfico sexual

El presidente Obama durante un discurso este viernes en Minneapolis.
El presidente Obama durante un discurso este viernes en Minneapolis.LARRY DOWNING (Reuters)

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha pedido a los padres de países de Centroamérica que no envíen a sus hijos solos hasta la frontera. Obama respondió durante una entrevista con la cadena ABC a la crisis que durante los últimos meses ha desbordado todas las previsiones y todas las capacidades de EE UU en su límite con México.

Las autoridades estadounidenses estiman que 52.000 menores han sido interceptados en la frontera desde el pasado mes de octubre. El presidente defendió un mensaje claro: “No manden a sus hijos a la frontera. Si llegan, los enviaremos de vuelta y, lo que es más importante, podrían no llegar”, dijo Obama. "No envíen a sus niños no acompañados en trenes o a través de un grupo de traficantes de personas”.

Las palabras de Obama, que se pronunció por primera vez acerca de una crisis que dura ya varias semanas, llegan además en el primer aniversario de la aprobación del proyecto de reforma migratoria en el Senado. Aquella propuesta chocó sin embargo con el muro de la oposición republicana en la Cámara de Representantes y allí está a punto de encontrar también su final.

A menos que se produzca un cambio drástico en el contexto político, las recientes victorias del Tea Party en las primarias republicanas, incluida la derrota del número dos del partido en la Cámara, la crisis en la frontera y la proximidad de las elecciones de noviembre pueden sentenciar las ya escasas posibilidades de una reforma del sistema migratorio.

No envíen a sus niños no acompañados en trenes o a través de un grupo de traficantes de personas”

Obama limitó sus declaraciones, sin embargo, al aspecto humano de esta crisis que ha dejado a miles de menores en centros de la Patrulla Fronteriza, hasta donde han llegado solos desde países como Honduras, El Salvador o Guatemala. “Ni siquiera sabemos cuántos niños no logran llegar”, dijo el presidente, intentando alertar a las familias de que sus hijos pueden caer en redes de tráfico de menores para explotación sexual o fallecer antes de llegar a EE UU.

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Sin embargo, la violencia, la pobreza y la posibilidad de un futuro mejor -junto a la influencia de los rumores sobre la posibilidad de permanecer en EE UU- han empujado a 52.000 menores -la mayoría no tiene más de 13 años- a iniciar el camino rumbo al norte. Esa es la cifra de los que han llegado entre octubre de 2013 y mayo de 2014. En los doce meses anteriores llegaron 24.000.

Diferentes organizaciones han reivindicado que la crisis actual es un ejemplo más de las consecuencias de contar con un sistema legal de inmigración ineficiente y que no se ajusta a la realidad de EE UU, donde se estima que residen 11 millones de indocumentados. Mientras que esta comunidad carece de vías para “salir de las sombras” e integrarse en una sociedad en la que ya estudian, trabajan y pagan impuestos, la legislación vigente no puede impedir que los recién llegados, especialmente en el caso de los menores de edad, comiencen sus vidas en un nuevo país.

El presidente reconoció en su entrevista con ABC que el proceso de deportación de los menores es “largo”. La legislación contempla acuerdos con los países con los que EE UU tiene frontera -México y Canadá- para entregar a los menores que procedan de allí inmediatamente después de ser interceptados. “Si provienen de un país que no sea vecino, el proceso es largo”, afirmó Obama.

“Hace un año desde que el Senado aprobó con apoyo de los dos partidos una ley para reformar el sistema de inmigración y durante ese tiempo todo lo que hemos tenido han sido promesas vacías, excusas estúpidas y acusaciones por parte de los republicanos de la Cámara”, declaró en un comunicado Eddie Carmona, director de la Campaña por la Ciudadanía.

A pesar de las repetidas peticiones para que Obama resuelva la crisis de los indocumentados, el presidente ha rechazado hasta ahora la posibilidad de emplear sus poderes ejecutivos para legislar en materia de inmigración. Hace dos años que el presidente decidió así cancelar las deportaciones de estudiantes indocumentados a cambio de un permiso temporal de residencia y trabajo. .Ahora los republicanos culpan a esta decisión del “efecto llamada” que ha atraído a tantos menores y Obama podría querer evitar cualquier gesto similar. sin embargo, la promesa de reforma fue suya, tanto en 2008 como en 2012, y la responsabilidad de cumplirla también.

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