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Un sueco aparece asesinado en el albergue de Río del que era socio

Mille Ballai Miuta, de 34 años, había entrado hace unos meses en el negocio de un albergue de la turística favela de Vidigal

La tarde del pasado sábado, nada más confirmarse que Brasil se clasificaba para los cuartos de final del Mundial tras una dramática tanda de penaltis, la favela de Vidigal estallaba en una euforia colectiva. Mientras decenas de miles de vecinos festejaban la victoria con música y riadas de cerveza helada, el cadáver del iraní de nacionalidad sueca Mille Ballai Miuta, de 34 años, era encontrado en el interior del albergue Alto Vidigal, una de las pioneras y más conocidas casas de alojamiento económico que funcionan desde hace años en algunas favelas de Río.

Poco ha trascendido aun sobre la muerte del joven empresario, salvo que era uno de los socios del albergue, conocido por haber pasado por diferentes etapas, algunas de ellas polémicas. Mientras los grupos narcos mantuvieron el control territorial de la favela, Alto Vidigal organizaba sonadas fiestas de música electrónica frecuentadas por gente de toda condición social. Ricos y pobres se mezclaban en una gran terraza desde la que se divisa una impresionante panorámica de la playa de Ipanema. Era normal que la facción narco que controlaba la vida en la favela se permitiera a veces la libertad de instalar un punto de venta en la puerta del establecimiento.

Tras no pocas polémicas y el desembarco de la Unidad de Policía Pacificadora en la comunidad, los narcos se esfumaron y los dueños Alto Vidigal adaptaron el negocio a la nueva etapa. Las fiestas comenzaron a ser más comedidas y el amanecer que se divisa desde el privilegiado mirador pasó a ser el primero de los atractivos. El albergue ha sido seleccionado durante años por múltiples publicaciones turísticas como una de las mejores propuestas nocturnas de Río.

Las primeras conjeturas apuntan a que Ballai fue asfixiado o asesinado a golpes por una venganza

La muerte de Ballai Miuta, socio del albergue desde hace pocos meses, deja un reguero de interrogantes. Varias fuentes cercanas al empresario consultadas por EL PAÍS coinciden en que el sueco fue asesinado horas antes del inicio del partido que enfrentó a Brasil y Chile. Todas ellas también tienen claro que la muerte fue motivada por un ajuste de cuentas o por una venganza.

Según una de las primeras personas en encontrar el cadáver del sueco, el cuerpo no presentaba marcas de haber recibido disparos o laceraciones propias de arma blanca. Las mismas fuentes aseguran que Ballai fue asesinado por asfixia o a golpes. Otras de las personas consultadas bajo condición de anonimato relata que una semana antes recibió un aviso de un miembro del narcotráfico local en activo: Ballai estaba marcado para morir.

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La División de Homicidios de la Policía Civil ha descartado que Ballai haya sido víctima de un robo. Una persona cercana al sueco aporta un dato crucial para desechar esta posibilidad: en el habitáculo donde fue encontrado el cuerpo sin vida también había 50.000 reales en metálico (más de 22.000 dólares), que no fueron sustraidos.

Ballai era conocido en el barrio por ser una persona afable, solidaria e introspectiva. Vivía en el albergue y desarrollaba buena parte de su rutina en la zona alta de la favela, que cuenta con una alta concentración de albergues de moda.

Vidigal es una favela conocida en Río por sus espectaculares vistas y por estar enclavada entre los pudientes barrios de São Conrado y Leblon. En los últimos años han abierto en esta comunidad multitud de albergues hasta convertirse en el principal polo del alojamiento alternativo en Río. Caras conocidas de las artes y el espectáculo también han invertido en el mercado inmobiliario local.

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