_
_
_
_
_

Muere un soldado turco por disparos de la milicia kurda del PKK

Un militar es abatido a tiros y otros está herido en un puesto fronterizo por militantes del PKK, según medios locales

Un teniente del Ejército turco murió anoche y otro resultó herido por disparos de militantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán(PKK, en kurdo), según publican hoy varios medios locales.

Los guerrilleros dispararon a los militares con rifles de larga distancia mientras éstos realizaban una patrulla en la provincia de Van, cerca de la frontera con Irán, según la información que llega desde el terreno.

Se trata de la primera ocasión en que muere un soldado turco en un ataque del PKK desde que se inició el proceso de paz entre la milicia y el Estado en octubre de 2012, y desde que el PKK declarara un alto el fuego unilateral en marzo del año siguiente.

La milicia se alzó en armas contra el Estado en 1984, en un principio exigiendo la independencia para los kurdos en Turquía, aunque actualmente ha moderado sus demandas y reclama autonomía y el reconocimiento de derechos sociales y políticos para la minoría kurda. El conflicto ha causado más de 40.000 muertos, la mayoría militantes y población civil. Turquía, la Unión Europea y Estados Unidos consideran al PKK como una organización terrorista.

El suceso de anoche ocurrió horas después de que un joven kurdo muriera en la localidad de Lice por disparos de las fuerzas de seguridad turcas en un enfrentamiento por la demolición de una estatua de uno de los fundadores del PKK. Más tarde, también un sargento del Ejército murió murió de una herida de bala que se produjo accidentalmente en un puesto de la Gendarmería, según fuentes anónimas de las fuerzas de seguridad citadas por la agencia semiestatal de noticias Anadolu

Militares y miembros de la Gendarmería, una fuerza policial paramilitar, habían acudido a retirar la estatua de Mahsum Korkmaz, el comandante que lideró el primer ataque del PKK en agosto de 1984. El monumento había sido inaugurado el pasado día 16 en un cementerio, también abierto recientemente, para militantes del PKK caídos en combate, y un tribunal local había ordenado su retirada el día 18 tras recibir una denuncia del gobernador provincial.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Cuando intentaban retirar la estatua, militares y gendarmes, apoyados por vehículos acorazados y helicópteros, fueron atacadas con explosivos caseros, rifles y hasta con lanzacohetes, según un comunicado del propio Ejército turco. Las fuerzas de seguridad respondieron con gas lacrimógeno y fuego real, según testigos citados por la prensa local, y otros dos manifestantes resultaron heridos, al menos uno de ellos también por varios disparos.

Estos dos episodios llegan en un momento en el que parecía que el proceso de paz entre el PKK y el Estado iba a seguir hacia delante. De hecho, tras los sucesos de ayer el viceprimer ministro Besir Atalay dijo en una entrevista televisada que el Gobierno seguía trabajando en una hoja de ruta y en la formación de un equipo para continuar las negociaciones con Abdalá Ocalan, fundador y líder del PKK y en prisión desde 1999.

“Deseo conversaciones directas entre nuestro equipo, aún por formar, y Kandil”, añadió también Atalay a la televisión privada NTV, en referencia a las montañas del norte de Irak donde el PKK tiene su bases. “Cuando sea necesario, nuestras instituciones del Estado podrán hablar con [los comandantes en] Kandil también en otros lugares, porque estamos en una fase en la que estamos determinando los últimos pasos de este proceso [de paz]. Todo tipo de reuniones podrían ocurrir para llevar a cabo la maduración del plan de acción en el marco legal”, elaboró Atalay, refiriéndose a una norma aprobada por el Parlamento en julio y que daba cobertura legal a las conversaciones de paz.

Además, ya el pasado viernes Hakan Fidan, director de los servicios de Inteligencia turcos, se había reunido con Ocalan en la prisión especial en la isla de Imrali, según ha revelado hoy el diario Cumhurriyet. La visita de Fidan tenía como objetivo asegurar al líder kurdo que, tras la elección de Recep Tayyip Erdogan como presidente, el proceso iba a seguir hacia adelante y que el propio Erdogan va a ser una pieza clave en él. Tras esta reunión, el propio Ocalan envió un comunicado durante el fin de semana en el que se mostraba confiado y aseguraba que el proceso iba a entrar “en su recta final”.

En los últimos días, militantes del PKK están participando en la lucha contra la guerrilla yihadista del Estado Islámico (EI) junto a fuerzas kurdas iraquíes, que además cuentan con el apoyo de bombardeos de Estados Unidos contra el EI.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_