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Una amistad de conveniencia

El Gobierno kurdo en Irak es el único régimen aliado con Ankara en la región

En los últimos años, la política exterior de Turquía se ha resumido en la expresión “cero problemas con los vecinos”, diseñada por el recién nominado nuevo primer ministro y aún titular de Exteriores, Ahmet Davutoglu. Sin embargo, para Turquía la realidad actual es una de problemas serios con casi todos sus vecinos. A pesar de que Ankara lleva 30 años luchando contra una insurgencia kurda en su territorio, irónicamente su único régimen amigo en la región es el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG, en inglés), una administración kurda con mucha autonomía en el vecino Irak.

“Los fallos de [esta política de] Davutoglu, sobre todo en Egipto y en Siria, aumentaron la importancia del KRG [para Turquía]”, comenta Ozan Serdaroglu, analista turco experto en las relaciones de su país con el Mediterráneo oriental. De hecho, actualmente Ankara no tiene embajador en Siria, Egipto e Israel.

"Estar colaborando con un grupo kurdo es el único logro concreto de la política de ‘cero problemas’. Sin el KRG, el único aliado del AKP [el partido en el Gobierno] en la región sería Hamas”, elabora Serdaroglu, ahora investigador en el Instituto sueco para las Políticas de Seguridad y Desarrollo.

La economía turca, que se ha desarrollado rápidamente en los últimos años, importa el 97% del petróleo y gas que utiliza, según el World Factbook de la CIA. Por lo que un punto de unión clave entre Ankara y Erbil, la capital del KRG, es la exportación del petróleo kurdo iraquí: unas reservas estimadas de 45.000 millones de barriles.

El pasado junio, el KRG reveló que había firmado un acuerdo de 50 años con Ankara para exportar petróleo a través del territorio turco. Por el momento, siete cargueros han zarpado del puerto turco de Ceyhan con unos 7,8 millones de barriles, según declaró esta semana Taner Yildiz, el ministro turco de Energía.

El problema es que el Gobierno central iraquí considera ilegal la venta de petróleo kurdo sin su permiso, una cuestión en la que tiene el apoyo de Estados Unidos, por lo que la participación de Turquía en la exportación y venta de curdo kurdo iraquí ha tensado también sus relaciones con Bagdad y Washington.

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Ocurre, además, que Turquía tiene las manos atadas en la lucha contra la milicia yihadista del Estado Islámico (EI) en el norte de Irak, un enemigo común que podría haberle ayudado a limar las diferencias con algunos de sus antiguos aliados. El EI aún mantiene a 49 rehenes turcos en Mosul, incluidos personal diplomático y fuerzas especiales, lo que influye para que Ankara no intervenga contra la amenaza yihadista en sus fronteras, y pueda así acabar también dependiendo del Gobierno kurdo en Irak para la liberación de sus ciudadanos.

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