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Un nuevo grupo de víctimas de la guerra en Colombia se hace escuchar en Cuba

Nueve mujeres y tres hombres, represaliados por el Estado colombiano, las FARC y los paramilitares, llegan este martes a Cuba para verse cara a cara con los negociadores

Las víctimas, a su llegada a La Habana.
Las víctimas, a su llegada a La Habana.Gobierno de Cuba

Un grupo de 12 víctimas de la violencia en Colombia llegaron este martes a La Habana para participar en las conversaciones de paz que desde hace 22 meses mantiene el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. Es el segundo grupo que viaja a la isla para hacerse escuchar de los negociadores a quienes les hablarán del dolor que han soportado por culpa del conflicto armado que ya completa cinco décadas, pero también de cómo esperan que se hagan efectivos sus derechos a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.

Como ocurrió hace tres semanas, cuando por primera vez las víctimas de la violencia empezaron a participar formalmente de un proceso de paz, los nombres solo se dieron a conocer después de su salida de Colombia. Estas doce personas, afectadas por las FARC, los paramilitares y agentes del Estado, forman parte de un grupo de 60 víctimas que son las que finalmente visitarán la isla para aportar a la discusión que en este momento se centra en llegar a acuerdos sobre el espinoso tema de resarcir a las víctimas del conflicto, que según cifras del Gobierno ha dejado 220.000 muertos.

En el grupo está Consuelo González de Perdomo, una política que duró seis años y seis meses secuestrada por las FARC (2001-2008) y fue liberada junto a Clara Rojas, la ex número dos de la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt y hoy representante a la Cámara, que decidió renunciar este lunes a la Comisión de Paz del Congreso, tras ser descalificada como víctima por las FARC en una nota escrita por una guerrillera.

También está Marisol Garzón, la hermana del periodista y humorista Jaime Garzón, que fue asesinado hace 15 años por grupos paramilitares y por el que están siendo investigados agentes del Estado. Y Marleny Orjuela, familiar de un policía que duró secuestrado tres años e integrante de Asfamipaz, una organización que agrupa a familiares de militares y policías secuestrados y liberados.

A estas tres mujeres se suman seis más cuyos familiares han sido víctimas de desaparición forzada y asesinato o han protagonizado en carne propia ser reclutadas siendo niñas -como es el caso de Juanita Barragán- o ser víctima de violencia sexual. “Es un reflejo de la dura realidad en el que las mujeres y las niñas colombianas son quienes han pagado el costo más alto", dijo el coordinador de la ONU en Colombia, Fabrizio Hochschild, encargado de la selección de las víctimas junto a la Universidad Nacional. Los tres hombres que completan este grupo de víctimas han sido afectados por minas antipersona y desplazamiento.

El viaje de este segundo grupo de víctimas a La Habana se da en un momento de gran tensión por culpa de las críticas que recibieron en Colombia algunos de los primeros afectados que ya se vieron cara a cara con sus victimarios. Es el caso de Ángela Giraldo, hermana de un político secuestrado y asesinado por las FARC tras cinco años de cautiverio, de quien una parlamentaria del uribismo, el movimiento de mayor oposición al proceso de paz, se preguntaba en su cuenta de Twitter por qué saludaba tan sonriente a uno de los que la recibieron en Cuba. “¿Síndrome de Estocolmo?”, decía el tuit que fue rechazado por la opinión pública y terminó en una denuncia ante la Fiscalía. A esto se suma la polémica que se ha generado ante la elección de las víctimas, ya que muchos creen que solo deberían viajar los afectados por las FARC.

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Ante estos comentarios, Consuelo Turbay, otra de las víctimas que viajó en el primer grupo y quien contó que el número dos de las FARC, Iván Márquez, le había pedido “un perdón de corazón” por la muerte de su madre y sus dos hermanos, escribió una carta al país donde dejaba claro que “el acto histórico que registró Colombia no fue la escena de 12 borregos llevados al matadero, sino el de 12 tragedias que intentan cambiar su dolor por la esperanza de paz”. Fue por esto que el jefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle, para dar la bienvenida al segundo grupo dijo que no puede volver a pasar que las “víctimas terminen revictimizadas en Colombia como sucedió con Giraldo”.

Por su parte, las FARC, que han sido duramente cuestionadas tras las acusaciones contra Clara Rojas, de los que han dicho que no corresponden a la posición de los negociadores en La Habana, han hecho varias propuestas para avanzar en el tema de víctimas, como crear una Comisión de la Verdad que sea independiente y un fondo de reparación, que se reconozca como víctimas a organizaciones políticas, sociales y sindicales, así como que el Estado es el “principal” responsable del conflicto.

Estas propuestas las defenderán en las discusiones con los delegados del Gobierno cuando se cumplen 22 meses de haberse sentado a negociar el fin del conflicto. En ese tiempo se ha llegado a acuerdos parciales en temas como el desarrollo agrario, la participación política y el narcotráfico. Aún así, el tema de las víctimas es sin duda, el más sensible para los colombianos.

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