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Las primarias para elegir líder dividen a socialismo portugués

El alcalde de Lisboa se perfila como candidato para las elecciones de 2015

De izquierda a derecha, Antonio Costa, la periodista Judite de Sousa y Antonio Seguro, durante el debate en TVI.
De izquierda a derecha, Antonio Costa, la periodista Judite de Sousa y Antonio Seguro, durante el debate en TVI.TVI

“Prometo que si tengo que subir impuestos, dejaré el Gobierno”. Fue la frase más contundente del primer debate televisado, celebrado en la noche de este martes, entre dos socialistas que aspiran a gobernar Portugal dentro de un año y que se enfrentarán en elecciones primarias el próximo día 28. A un lado, António José Seguro, el secretario general del partido y autor de esa promesa. Un hombre de aparato que dice que peca de prometer pocas cosas, pero que cumple las promesas. Al otro lado, António Costa, el carismático alcalde de Lisboa —obtuvo el 51% de los votos hace un año— el mayor traidor en la historia del Partido Socialista (PS), según Seguro.

Costa rompió la felicidad de los socialistas cuando, tras ganar el PS las europeas, se postuló para liderar el cartel de las elecciones legislativas. Su anuncio abrió una crisis interna para satisfacción de la coalición gobernante de centroderecha PSD-CDS.

En principio, si Costa tenía la calle, Seguro dominaba el aparato. Pero el alcalde ha ido ganando apoyos. Su primer golpe de efecto fue la carta de 25 fundadores del partido (de los 35 vivos). Mário Soares, Alfredo Barroso y Mário Mesquita, entre otros, firmaron el pasado julio un texto que apoyaba a Costa y ninguneaba a su secretario general: “Es indispensable que Costa sea candidato a primer ministro, porque está en mejores condiciones externas e internas para ganar las próximas elecciones”.

La estrategia de Costa es la que siguió con la alcaldía: mostrar pocas banderas socialistas y movilizar a sectores apartidistas. Así se atrajo el apoyo de 600 intelectuales. Pero la elección del candidato es una cuestión del partido, con reglas del partido, que ha abierto el voto a los simpatizantes que se censen. A falta de dos semanas, ya son más de 75.000.

En las recientes elecciones a las federaciones territoriales, los costistas, que solo mandaban en 4, obtuvieron 10, mientras que el secretario general perdió 6 y se quedó en 9.

En ese ambiente, el país se sentó ante el televisor para ver el debate. Y se cambiaron los papeles: Costa se dedicó a asegurar y Seguro a acosar. Este dijo que no subiría impuestos y Costa, que “hay que ser prudentes”. Para unos, ganó Seguro, para otros, Costa. En cualquier caso, por un punto de diferencia.

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El enfrentamiento continuará, dada la inquina que se tienen. Costa fue agredido en uno de sus mítines y Seguro recuerda que el alcalde es un irresponsable por romper la unidad del PS; un mensaje que no parece cuajar ni entre el aparato. En las elecciones a las federaciones territoriales de la pasada semana, los costistas, que solo mandaban en cuatro, subieron a 10, mientras que el secretario general perdió seis y se quedó en nueve. Si entre los militantes ya cae la figura de su jefe, lo lógico es que con el voto de los simpatizantes la diferencia se incline hacia el alcalde de Lisboa.

Más de millón y medio de portugueses siguieron el debate, un 32,7% de la audiencia televisiva, sin duda, esperando el mismo ardor que tienen sus exitosas telenovelas. Pero este primer capítulo fue tanteo. Quedan dos más hasta el día del KO, la votación del 28 de septiembre.

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