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Maduro denuncia una supuesta “guerra bacteriológica” y psicológica

El presidente de Venezuela presume que la aparición de un virus no identificado en un hospital puede ser un sabotaje político

CATALINA LOBO-GUERRERO
Maduro, este jueves en Caracas.
Maduro, este jueves en Caracas.M. GUTIÉRREZ (EFE)

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, respondió este jueves a las denuncias de que en el país se puede estar presentando una epidemia que pone en riesgo la vida de miles de personas. “Pretendieron imponer sobre Venezuela una campaña de guerra psicológica, una matriz de alarmismo y guerra. Terrorismo psicológico, esto no tiene otro nombre, terrorismo”, dijo el mandatario. Pero fue aún más allá: pidió apoyo de la Organización Mundial de la Salud para investigar un supuesto plan fallido para tratar de infiltrar “algún tipo de virus”, como parte de una “guerra bacteriológica”, en el Hospital de Maracay.

En ese hospital, en la capital del estado Aragua, a unas dos horas de Caracas, se conoció desde el pasado jueves que algunas personas padecían síntomas preocupantes. “No sabemos a qué nos enfrentamos”, dijo Angel Sarmiento, presidente del Colegio de Médicos de ese estado. ”No sabemos si es un virus o una bacteria”. Añadió que los afectados fallecían en 72 horas a causa de una hemorragia masiva y por eso recomendaba a la gente no ir a ese hospital.

El gobierno reaccionó ante las denuncias del galeno tildándolo de “fascista” y “terrorista” y el gobernador de Aragua, Tareck El Aissami, lo denunció ante la Fiscalía. Desmintió que hubiera bacterias peligrosas en ese centro médico y desconoció su criterio médico porque milita en un partido de oposición.

La primera reacción de las autoridades antes la alerta fue descalificarla por venir de un médico no afecto al Gobierno

Ante la respuesta del gobierno, la Federación Médica de Venezuela salió en respaldo de Sarmiento. “Hasta cuando vamos a seguir con este cuento de que cuando alguien le dice las verdades a este Gobierno en relación a alguna enfermedad o algún problema económico o de seguridad, entonces esa persona es golpista", dijo Douglas Nátera, presidente de la Federación. Cuestionó el manejo que se le ha dado a todo el asunto, que a su juicio ha creado mayor zozobra y especulación entre la gente.

Solo hasta el miércoles, la ministra de Salud, Nancy Pérez, quien apenas lleva unos días a cargo, salió a afrontar públicamente la situación. "Lo importante es que en este momento no hay virus extraño: Estamos hablando de hoy. En el momento que aparezca alguna enfermedad el pueblo será informado, porque no es política de Estado ocultar información, sino decirla y tomar las medidas que sean necesarias e informar a la población", dijo tras reunirse con los directores estatales de epidemiología, en Caracas.

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Reconoció que había 45.745 casos de dengue confirmados y 398 del virus Chikungunya, más otros 1.200 casos sospechosos. Añadió que estaban intensificando la campaña de prevención para evitar la reproducción de los mosquitos que transmiten estas enfermedades.

El médico cirujano y exdirector del Seguro Social venezolano, el doctor Rafael Arreaza, cuestionó las cifras de la ministra y denunció ante la Defensoría del Pueblo las acciones del gobierno. Dijo que por cada paciente diagnosticado con Chikungunya se cree que hay 1.000 más. Señaló que la falta de reactivos en los laboratorios impide realmente conocer de qué magnitud es el problema, pero cree que debería decretarse una “emergencia epidemiológica”. Además, señaló que según la información que un grupo de médicos y expertos están analizando, ya son 12 los muertos que presentan síntomas similares y que se debería evaluar si el virus (dengue o Chikungunya que se transmiten por el mismo vector) estaba mutando.

En medio de estas nuevas denuncias, y de la zozobra colectiva que ha ido aumentando en los últimos días, Maduro anunció que también tomará acciones judiciales, tanto nacionales como internacionales contra los galenos pero también contra periodistas, medios de comunicación y quienes hayan difundido en redes sociales fotos de personas con sarpullidos en la piel y heridas sangrantes que, según el mandatario, son falsas. Incluso dijo que eran sacadas de textos médicos, y que no reflejan la realidad de lo que está sucediendo con los pacientes.

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