_
_
_
_
_

Zarif y Saud dan un primer paso para rebajar la tensión entre Teherán y Riad

Los ministros de Exteriores de Irán y Arabia Saudí se reúnen en Nueva York en su primera cita desde la llegada de Rohani a la presidencia

Ángeles Espinosa
El ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en Nueva York.
El ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, junto al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en Nueva York. JUSTIN LANE (EFE)

Los ministros de Exteriores de Irán y Arabia Saudí se reunieron en Nueva York el domingo por la noche (la madrugada de ayer en España). Su cita no es una más de las muchas que se producen en los márgenes de la Asamblea General de la ONU. Mohamad Javad Zarif y el príncipe Saud al Faisal representan a las dos potencias regionales cuya rivalidad bloquea la solución de la mayoría de los conflictos de Oriente Próximo. Ahora, ambos países afrontan la amenaza compartida del Estado Islámico (EI). Tal vez no sea suficiente para revertir décadas de desconfianza, pero puede ser un primer paso para rebajar la tensión.

“Tanto mi homólogo saudí como yo creemos que esta reunión puede ser la primera página de un nuevo capítulo en las relaciones entre nuestros dos países”, declaró Zarif citado por la agencia estatal de noticias iraní, Irna. “Esperamos que este nuevo capítulo sirva para establecer la paz y la seguridad en la región y en el mundo, y para salvaguardar los intereses de las naciones islámicas”, precisó.

Es la reunión de más alto nivel entre Teherán y Riad desde la llegada a la presidencia de Hasan Rohani el año pasado. En la primera comparecencia pública tras su elección, mencionó el deseo de acercarse a los vecinos árabes y en especial a Arabia Saudí. Era más que un gesto. La voluntad iraní de reintegrarse en el concierto internacional pasaba por mejorar las relaciones con su entorno. El chií Irán y el conservador reino suní llevan casi cuatro décadas compitiendo por la influencia regional. Sus distintos intereses les han colocado en frentes opuestos en la mayoría de los conflictos desde Líbano a Yemen, pasando por Irak, Bahréin o Siria.

Pero el esfuerzo iraní fue desestimado por los saudíes temerosos de que su rival estaba a punto de alcanzar un acuerdo nuclear con Occidente. La irrupción del EI constituye sin embargo una amenaza para ambos. A la República Islámica le preocupa el peligro que ese grupo yihadista suní supone para sus aliados en Irak y Siria, una parte de cuyos territorios ha logrado controlar. La monarquía saudí, por su parte, teme la alternativa de gobierno teocrático que significa el autodenominado califato.

“Somos conscientes de la importancia y de lo delicado de esta crisis, y de la oportunidad que se nos presenta”, manifestó el príncipe Saud a la salida de la entrevista. “Consideramos que debemos evitar los errores del pasado, para hacer frente con éxito al actual desafío”, añadió según Irna, el único medio que difundió una imagen de la cita y las declaraciones posteriores.

Tal es la opinión que comparten numerosos analistas. “Derrotar al Estado Islámico requiere un compromiso irano-saudí”, escribía Lina Khatib, del centro de estudios Carnegie, a principios de este mes. Esa estudiosa condiciona el triunfo de la coalición que EEUU está montando para frenar a los yihadistas a que “Arabia Saudí e Irán puedan avenirse a un acuerdo”. Sin embargo, la posibilidad de cooperación entre los dos gobiernos se ve seriamente limitada por la desconfianza recíproca.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Desde la revolución de 1979 que dio lugar a la República Islámica, la familia real saudí está convencida de que los ayatolás intentan exportar su modelo a los chiíes de la región y ve su mano en cada protesta de éstos. (No hay que olvidar que los chiíes suponen casi el 10% de la población saudí y son mayoría en el vecino Bahréin, a donde Riad ha enviado tropas para apuntalar la monarquía). Los responsables iraníes miran por encima del hombro al reino, al que consideran una marioneta de su archienemigo Estados Unidos, y nunca le han perdonado que respaldara a Irak durante los ocho años de guerra que mantuvo contra ellos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_