_
_
_
_
_

España encara la “difícil” votación al Consejo de Seguridad

La diplomacia española apura los días previos en Nueva York con decenas de contactos para amarrar votos

José Manuel García-Margallo en el Patronato del Instituto Cervantes.
José Manuel García-Margallo en el Patronato del Instituto Cervantes.EFE

La representación española ante Naciones Unidas apura entre "esperanzada y nerviosa" las horas previas a la "complicada y difícil" votación del jueves para elegir a los cinco miembros no permanentes del Consejo de Seguridad para el bienio 2015-2016. Con esos adjetivos definió el ministro de Exteriores, José Manuel García Margallo, durante una recepción el lunes en Nueva York con motivo del Día de la Hispanidad, las sensaciones del Gobierno en la recta final de una campaña iniciada en 2005 para lograr que España, por quinta vez en su historia, se siente en dicho órgano de Naciones Unidas y "esté presente en el diseño del orden mundial, que sufrirá una conmoción en los próximos años".

Margallo y el resto de la delegación española mantendrán hasta el jueves un centenar de encuentros bilaterales en Manhattan para amarrar los votos necesarios para conseguir uno de los dos asientos en disputa con Turquía y Nueva Zelanda. Durante la recepción en Nueva York, el ministro y todo su equipo se mostraron precavidos ante lo incierto de la votación. "No está siendo fácil. Cada candidato presenta unas credenciales muy sólidas. Llegados a este momento se pierde la perspectiva de dónde estás, cómo estás y cuál puede ser el resultado. Pero el trabajo ha sido espléndido. Ha participado el Rey, el presidente del Gobierno, la oposición, los funcionarios... Ha sido un esfuerzo gigantesco, un ejercicioespléndido de patriotismo", declaró.

Sobre las fortalezas de la candidatura española, el ministro destacó el espíritu de servicio a la comunidad internacional y la capacidad de interlocución entre Europa, el Mediterráneo, África y América Latina. "Hemos sido muy honestos con Naciones Unidas. Hemos participado, con 130.000 hombres y mujeres, en muchas operaciones de paz. Hemos tratado de ayudar en la prevención de conflictos. Y no tenemos ningún conflicto con ninguno de los 193 países que forman la comunidad internacional".

Más información
Más de la mitad de los eurodiputados hacen labores externas
Margallo: "Confío en que a la larga el caso del ébola no dañará la Marca España"
La ONU pide utilizar Canarias como puente hacia las zonas con ébola

Al ser interrogado por Gibraltar, Margallo afirmó que se trata de problema "acotado que no debería entorpecer nuestras aspiraciones". Sobre El Peñón, dijo el responsable de Exteriores, España y Reino Unido mantienen posiciones firmes. "De hecho", explicó, "vamos a presentar una resolución en Naciones Unidas muy inspirada en las líneas anteriores. Y en el ámbito interno, estamos pidiendo que se aplique la legislación comunitaria en materia de fiscalidad, medio ambiente, blanqueo de dinero, etcétera. Pero es un problema circunscrito a sus límites estrictos. Las relaciones con el Reino Unido son excelentes"

España ha formado parte del órgano decisorio de Naciones Unidas cada diez años (la última vez en 2003-04). No lograrlo de nuevo sería un contratiempo. Por ello, el discurso comedido del político español está más que justificado. La diplomacia española se ha volcado en las últimas semanas en conseguir el voto de lo países africanos, en la confianza de que Europa, Latinoamérica y el Caribe están asegurados. Asia y el Pacífico han sido otras regiones muy trabajadas. De todo ello deberían resultar unos 150 apoyos, más que suficientes para logar el asiento (se necesitan al menos 129, dos tercios del total de 193 países de la Asamblea General), pero la experiencia demuestra que, dado que el voto es secreto, conviene restar hasta un 30% de las adhesiones prometidas.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Brasil es uno de los países que no votará a España. Está por ver qué efecto puede tener entre los poderosos países emergentes como India, China, Rusia o Sudáfrica, que creen que Europa está representada en exceso en el Consejo de Seguridad. Las razones del alejamiento con Brasil son varias. Los dos países tienen ideas distintas sobre dicho órgano. La potencia suramericana quiere un puesto fijo, y España defiende las rotaciones de los países no permanentes. Madrid y Brasilia también han tenido roces en foros como la FAO (el exministro de Exteriores Miguel Ángel Moratinos compitió sin éxito con el brasileño José Graziano por la dirección general) o la Organización Mundial de Comercio (España no apoyó a su director, el también brasileño Roberto Azevedo).

Dentro de la UE, la única duda es Reino Unido. Pese a que España ha encapsulado el contencioso de Gibraltar, es probable que Londres apoye a un país de la Commonwealth como Nueva Zelanda. Precisamente, Murray McCully, ministro de Exteriores de Nueva Zelanda, acudió el lunes por la noche a la recepción española. "Ha sido una campaña muy competitiva. Ha habido rivalidad, pero amistosa, con buen espíritu", señaló.

Sus palabras no fueron tan amables con Turquía. "Estamos decepcionados porque se presentara tan pronto, tras abandonar el Consejo de Seguridad en 2010. Pero está en su derecho y lo respetamos. Nos inclinamos ligeramente hacia España por nuestra relación en la campaña". Para el representante neozelandés, la fuerza de España está en el "apoyo de Europa y su relación histórica con América Latina y el Caribe". Sobre sus propias bazas, matizó: "Hemos tenido muy buena respuesta de los vecinos del Pacífico y Asia. Pero para un puesto así, debes tener un atractivo global. Hemos hecho todo lo posible". McCully bromeó como despedida: "El jueves, tras la votación, decidiré si puedo volver a casa o no".

El Consejo de Seguridad está compuesto por 15 miembros, cinco de ellos permanentes (EE UU, Rusia, China, Francia y Reino Unido) y diez no permanentes, elegidos para dos años. Cada año, la Asamblea General elige a cinco miembros no permanentes. Los Estados se dividen entre cinco grupos: África, Asia, América Latina y Caribe, Europa Oriental y Europa Occidental y otros Estados. España se integra en este último grupo. El jueves, cada país introducirá en la urna una papeleta con el país que propone para cada vacante. Para ser elegido se requiere el voto de dos tercios de los presentes y votantes (129 si votan los 193 Estados miembros). Si ningún contendiente obtiene la mayoría requerida, se seguirá votando hasta que la consiga. En 2006 fueron necesarias 48 votaciones para ocupar los asientos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_