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Turquía bombardea posiciones de la milicia kurda del PKK

Ambas partes llevan dos años en un frágil proceso de paz

Turcos kurdos observan la ciudad de Kobane (Siria).
Turcos kurdos observan la ciudad de Kobane (Siria).REUTERS

Aviones del Ejército turco han bombardeado varias posiciones de la milicia del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, en kurdo) en el sudeste de Turquía, según informó hoy el diario Hurriyet, en lo que sería el enfrentamiento más significativo desde el inicio del proceso de paz hace ahora dos años.

Cazas F-16 y F-4 turcos atacaron anoche objetivos del PKK en Daglica, en el extremo sureste del país, cerca de las fronteras con Irak e Irán. Este bombardeo habría sido como respuesta a ataques con armas de fuego durante los tres días anteriores de la milicia kurda contra un puesto militar turco, también según una fuente anónima citada por la Agencia France Presse.

Por el momento, ni el Gobierno el Ejército ni fuentes del PKK han confirmado el suceso, aunque el Hurriyet asegura que el ataque se realizó con el permiso del primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y que el PKK ha sufrido “grandes daños”.

“Terroristas de la organización separatista terrorista [el PKK] han abierto fuego contra nuestra base en la región de Daglica”, sí había señalado el Ejército en un comunicado el pasado sábado. “Hemos respondido espontáneamente y con la mayor dureza posible”, continuaba entonces este mensaje.

Este ataque de los supuestos miembros del PKK contra los militares turcos se enmarcaría dentro de una oleada de violencia en Turquía que la semana pasada provocó la muerte de cerca de 40 personas.

Fue la inacción del Ejército turco ante la crisis en la ciudad siria de Kobane (Ayn el Arab, en árabe), justo en la frontera con Turquía y que lleva más de tres semanas bajo el asedio de los militantes yihadistas del llamado Estado Islámico (EI), la que desencadenó toda una serie de manifestaciones prokurdas y contra el Gobierno turco. La población kurda en Turquía considera a los kurdos sirios como “hermanos” y militantes y seguidores del PKK se encuentran en Kobane, y también en el norte de Irak, combatiendo contra los yihadistas.

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Turquía ha acogido a cerca de 200.000 refugiados que han huido de Kobane ante el avance yihadista pero por el momento se ha negado a intervenir militarmente, también a pesar de la presión de la coalición internacional contra el EI liderada por Estados Unidos.

Las protestas se volvieron violentas cuando presuntos miembros y seguidores del PKK se enfrentaron con los del llamado Hizbulá turco, un grupo islamista radical, sin conexión con la milicia libanesa del mismo nombre, y también formado mayoritariamente por kurdos. Además, también hubo ataques armados de grupos sin identificar contra la policía y puestos militares.

El bombardeo de la aviación turca llega días después de que líderes del PKK advirtieran que la caída de Kobane en manos de los yihadistas podría significar el fin del proceso de paz entre Turquía y esta milicia.

“Podemos esperar una solución hasta el 15 de octubre, después ya no tendremos nada que hacer”, dijo el pasado día 7 Abdulá Ocalan, fundador y líder del PKK, que actualmente cumple cadena perpetua, en un comunicado enviado desde prisión a través de su hermano. “(Las autoridades turcas) hablan sobre una solución y sobre negociación pero luego no hay nada así. Esta es una situación artificial, no vamos a poder continuar en ella”, elaboró Ocalan.

Poco después, el 11 de octubre el comandante del PKK en el terreno, Cemil Bayik, aseguró que guerrilleros kurdos habían empezado a regresar a territorio turco tras haberse marchado el año pasado como parte del proceso de paz. “Se lo hemos advertido a Turquía, si el Estado sigue así entonces nuestra milicia reiniciará la guerra defensiva para proteger a nuestra gente”, declaró entonces Bayik en las bases del PKK en Irak a una televisión alemana.

Por su parte, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha equiparado en público al PKK con el EI y ha repetido en varias ocasiones que Turquía combate contra “todos los grupos terroristas”. Aun así, Erdogan, que fue quien inició el proceso de paz como primer ministro, también ha insistido en que sigue comprometido con las negociaciones.

El PKK se alzó en armas contra Turquía en 1984 para exigir la independencia de la región mayoritariamente kurda en el sudeste turco. El conflicto ha causado más de 40.000 muertos, la mayoría militantes kurdos y también población civil. En la actualidad, el PKK ha moderado sus demandas y pide una mayor autonomía y el reconocimiento de derechos sociales y políticos para la minoría kurda, que representa cerca del 20% de la población en Turquía. Ankara, la Unión Europea y Estados Unidos consideran el PKK una organización terrorista.

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