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Argentina encuentra el cadáver de una víctima de la violencia policial

El caso del adolescente Luciano Arruga, que había desaparecido hace cinco años, revela el maltrato de las fuerzas de seguridad

Alejandro Rebossio
Policías federales hacen guardia en las calles de Buenos Aires.
Policías federales hacen guardia en las calles de Buenos Aires.DAMIAN DOPACIO (EFE)

Luciano Arruga, un joven pobre del Gran Buenos Aires (periferia de la capital argentina) fue hallado este viernes, cinco años después de su desaparición. Ya no sonríe como en las fotos con las que se lo recordaba desde 2009, cuando estaba a punto de cumplir 17. Su cadáver había sido enterrado sin identificación en el principal cementerio de Buenos Aires, el de La Chacarita. La autopsia indica que murió atropellado en el límite la capital con el Gran Buenos Aires, pero la familia del adolescente y una de las más reconocidas organizaciones de defensa de los derechos humanos, el Centro de Estudios Legales y Sociales, apuntan contra la responsabilidad de policías.

El caso de Arruga reveló a la sociedad argentina el maltrato que sufren los jóvenes pobres de Argentina de parte de las fuerzas de seguridad. Vanesa Orieta, hermana de la víctima, contó la historia de Luciano a El País, a propósito de las rebeliones policiales de diciembre pasado: “Primero los policías le ofrecieron a mi hermano robar para ellos. La Policía trataba de seducirlo. Le decían: ‘Si ‘robás' para nosotros, te vamos a dar zapatillas para vos y tu familia’”. El calzado es uno de los objetos más preciados para los adolescentes de las barriadas populares del Gran Buenos Aires. “Después le empezaron a ofrecer armas y auto, pero él se negaba. Entonces comenzó a ser detenido sistemáticamente. Es muy común que eso le pase a menores de barrios humildes. Te ponen contra la pared en la calle, te amenazan y te golpean fuerte, delante de los vecinos, para que sientas vergüenza. Hay violencia física y verbal”. Finalmente, el joven desapareció y solo fue hallado muerto cinco años después.

La familia Arruga jamás denunció el hostigamiento que sufrían el adolescente. “Los pobres no somos ‘pelotudos' (gilipollas): no vamos a denunciar sin garantías a una mafia como es la Policía. En su momento, tratamos de resguardarlo. Pero ellos arman (montan) causas (judiciales). Y los pobres no tenemos ‘plata’ (dinero) para abogados. Ahora ya no tenemos temor”, relató la hermana de la víctima.

Orieta se quejó de que los ochos policías de lo que ella sospecha por la presunta tortura y desaparición de su hermano han sido citado por la justicia solo en calidad de testigos, nunca han sido imputados y el Gobierno de la provincia de Buenos Aires, a cargo del kirchnerista Daniel Scioli, demoró hasta 2013 para desplazarlos de la fuerza. Scioli es una peronista moderado, pero encabeza de momento las encuestas para vencer en las primarias presidenciales kirchneristas de 2015. “Con el silencio del poder político y judicial, la desaparición se concretó. Hay más de 3.000 pibes muertos por ‘gátillo fácil’ (fusilamientos ilegales ejecutados por policías) y más de 200 desaparecidos en 31 años de democracia”, advirtió la hermana de la víctima. Orieta disparó contra el kirchnerismo, que se ha destacado por reanudar los juicios contra los criminales de la última dictadura militar (1976-1983): “Se habla del Gobierno de los derechos humanos, pero la violencia institucional no se resuelve”.

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