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Turingia, el primer Estado alemán con un poscomunista al frente

El apoyo de los socialdemócratas y Los Verdes catapulta a Ramelow a la presidencia

Pasados 24 años de la histórica reunificación alemana, el Parlamento regional del Estado federado de Turingia se convirtió este viernes en el escenario de un nuevo acontecimiento político que vuelve a marcar un hito en el difícil y doloroso proceso de unificación de las dos Alemanias, que vivieron separadas por la ideología y el famoso Muro.

En el marco de unas elecciones marcadas por la polémica y los resentimientos, 46 diputados del Parlamento regional, que tiene su sede en la ciudad de Erfurt, eligieron como ministro presidente del Estado federado a Bodo Ramelow, un militante del partido La Izquierda, una decisión que hace posible que uno de los 16 Estados federados de Alemania sea gobernado por un militante poscomunista gracias a una coalición formada por La Izquierda, el partido Socialdemócrata (SPD) y Los Verdes.

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Aunque la elección de Ramelow es el más reciente ejemplo de que el país está recuperando la normalidad, después de 24 años de unificación, la candidatura del político de 58 años había provocado una amarga polémica en Berlín, donde los líderes de la Unión Cristiano-demócrata (CDU), el partido que dirige Angela Merkel, acusaron al SPD y Los Verdes de traicionar los ideales democráticos del país al hacer posible la elección de un militante del partido que nació de las cenizas del Partido Socialista Unifica de la RDA (SED).

En vísperas de la elección, el jefe del grupo parlamentario de la CDU en el Parlamento Federal, Volker Kauder calificó como una grave falta del SPD y Los Verdes el pacto negociado con La Izquierda que permitió este viernes la elección de Ramelow. Kauder prometió que su partido seguiría colaborando en forma profesional con el SPD, a escala federal, pero advirtió de que difícilmente podría olvidar la decisión de la dirección socialdemócrata, que dio luz verde al pacto tripartido de Turingia.

El carismático líder de la Izquierda, Gregor Gysi, en cambio, admitió ante las cámaras de televisión, que la elección de Ramelow abría el camino para que el SPD y su partido iniciaran conversaciones para formar una alianza a escala federal. “Este es un momento histórico. Hoy es un día hermoso”, dijo el jefe del grupo parlamentario de La Izquierda en el Bundestag.

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La elección de Ramelow, un exsindicalista procedente de la Alemania Occidental y un político limpio de los pecados cometidos durante la dictadura comunista que impero durante 40 años en la RDA, no estuvo exenta de emoción. Aunque la coalición rojo-rojo-verde, contaba con solo un voto de mayoría en el Parlamento, la elección de Ramelow fracasó en la primera vuelta y, sólo en la segunda, el candidato recibió los 46 votos que necesitaba para ser elegido ministro-presidente.

Después de jurar en el cargo, Ramelow tuvo varios gestos de reconciliación dirigidos a sus enemigos y también a sus socios en la coalición. En primer lugar, pidió disculpas por el “Estado injusto” que representó la RDA, se solidarizó con las víctimas de la STASI y prometió construir puentes para buscar la colaboración con sus rivales de la CDU.

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