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“A una fiesta iría disfrazada de Frida Kahlo”

La eurodiputada de Podemos Tania González responde al cuestionario de En Corto

Silvia Blanco
Tania González en la asamblea de Podemos el 15 de noviembre.
Tania González en la asamblea de Podemos el 15 de noviembre. ULY MARTÍN

Hasta hace unos meses, Tania González, asturiana de 32 años, era una desconocida licenciada en Ciencias Políticas que daba clase de orientación laboral en un centro de mayores en Laredo, un pueblo del norte de España. Su vida se transformó por completo en septiembre, cuando se convirtió en eurodiputada de Podemos, el partido que se perfila como la alternativa al bipartidismo en España. Ahora vive entre Bruselas, Estrasburgo y Avilés, su ciudad, y es vicepresidenta de relaciones con la comunidad andina del Parlamento Europeo.

¿A quién admira y por qué?

A mi abuela, que en paz descanse. Porque luchó como nadie por sacar adelante a su familia, desde pequeña que se quedó huérfana. Porque aprendió a leer y a escribir a escondidas de su padre, que decía que esto pervertía a las mujeres. Porque todo su trabajo ha sido tan imprescindible como invisible.

¿Cuál es su lugar favorito en el mundo?

La playa de Las Llanas, en Asturias. La arena es muy fina y el agua está muy fría. Es un lugar tranquilo para bañarse.

¿Cuál es el consejo más útil que ha recibido y quién se lo dio?

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Últimamente me dan muchos… [ríe]. Recuerdo uno de mi profesor de Filosofía en secundaria. Me dijo que cada cosa tiene su tiempo y que hay que saber contemporizar con las dificultades.

¿Qué le deja sin dormir?

La verdad es que duermo muy bien. Diría que lo que más me importa es que en Podemos hagamos las cosas bien en un momento tan importante.

¿Qué es lo que más le gusta de su trabajo?

La sensación de estar contribuyendo al cambio político en España y la posibilidad de contactar con otras fuerzas transformadoras del Parlamento Europeo como Syriza [izquierda, Grecia].

¿La última comida que realmente le sorprendió?

Un steak tartar que probé en Bruselas hace poco. Tenía muchos prejuicios con la carne cruda, pero me gustó, me sorprendió para bien.

¿Qué libro cambió su vida?

Cien años de soledad. Tenía 16 años y no solo me cambió la vida; también el concepto de la lectura. Leía en los descansos entre clases, a todas horas… a partir de ahí me enganché a la literatura.

¿Qué es para usted un buen fin de semana?

Uno de verano donde hay parrilladas con amigos, algún concierto y algo de monte o playa.

Si pudiera tener un superpoder, ¿cuál escogería?

El teletransporte, sin duda.

En una fiesta de disfraces, ¿de qué iría?

De Frida Kahlo. De hecho, ya he ido una vez. Me hice un traje con ropa que encontré y unos pendientes vistosos. También imité su peinado, con flores en el pelo y todo.

¿Qué libro lee ahora?

Océano mar, de Alessandro Baricco.

¿Qué hay siempre en su maleta?

Un secador de pelo con difusor y un libro.

¿Cuál es el mejor momento del día?

El de volver a casa por la noche y relajarme: cenar y ver una película o alguna serie.

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Sobre la firma

Silvia Blanco
Es la jefa de sección de Sociedad. Antes ha sido reportera en El País Semanal y en Internacional, donde ha escrito sobre migraciones, Europa del Este y América Latina.

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