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Le Pen reclama la suspensión de Schengen, “paraíso de los yihadistas”

La líder del Frente Nacional exige duras medidas ante la amenaza terrorista

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, este viernes en Nanterre (Francia).
La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, este viernes en Nanterre (Francia).Chesnot (Getty)

La presidenta del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, ha denunciado este viernes la tibieza de las nuevas medidas anunciadas por el Ejecutivo para luchar contra el terrorismo y ha echado mano de sus habituales recetas para presentar medidas alternativas a las anunciadas el martes por el primer ministro, Manuel Valls, que consideró “insuficientes”. Valls propuso nuevas iniciativas para controlar Internet, un refuerzo de las unidades antiterroristas, mayores controles en los aeropuertos y el aislamiento de los presos yihadistas.

En su primera conferencia de prensa en su sede desde los atentados yihadistas de la semana pasada que dejaron 17 víctimas mortales —más los tres terroristas—, la líder de la extrema derecha ha vuelto a cargar contra la libre circulación, la inmigración y el “buenismo de la izquierda”. Ha propuesto aumentar los efectivos militares, ha denunciado la política exterior francesa en Libia y Siria y ha acusado a Catar de financiar a los fundamentalistas.

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“Los franceses desean hoy respuestas claras y concretas”, ha lanzado la presidenta del FN. “No nos enfrentamos sólo al terrorismo, sino a un problema social mucho más general, que debemos solucionar”, ha señalado antes de considerar “ilusorio y peligroso” negar el vínculo entre la inmigración, tanto legal como clandestina, y el auge del islamismo radical. Por ello, la presidenta del FN y eurodiputada ha vuelto a pedir la suspensión inmediata de Schengen, “un paraíso para las filiales [terroristas], las mafias y los yihadistas”.

Ha reiterado su propuesta de despojar de la ciudadanía francesa y prohibir la entrada en el territorio a los yihadistas con doble nacionalidad, una propuesta que defiende también la conservadora Unión por un Movimiento Popular (UMP). Ha vuelto también a cuestionar la atribución de la nacionalidad a quienes nacen en Francia de padres extranjeros, una de sus reivindicaciones históricas.

La líder ultraderechista propone un aumento significativo de los efectivos militares y policiales, así como de los medios destinados a los servicios de inteligencia. Entre sus medidas, Le Pen ha indicado su voluntad de crear una brigada antiterrorista, controlada por el Ejército, destinada a “restablecer el orden en las banlieues”, los barrios periféricos de las grandes urbes. “Esta brigada antiterrorista tendría como misión vaciar los sótanos de armas y restablecer el orden republicano”, ha señalado. “Ya no luchamos contra Bin Laden. Los terroristas de hoy son jóvenes delincuentes, a menudo reincidentes mucho antes de su mayoría de edad, que han pasado por la cárcel”.

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El grueso de su intervención se ha centrado en presentarse como la gran defensora de la laicidad, reclamando el fin de la “construcción de lugares de culto con dinero público o extranjero”, refiriéndose a Catar y a Arabia Saudí, y denunciando la “no aplicación” de las leyes actuales, como la referente a la prohibición del velo integral en espacios públicos. También ha reclamado que en los lugares de culto los discursos se pronuncien solo en francés y ha abogado por restablecer el servicio militar abierto a las mujeres, de un semestre de duración, e imponer el uniforme en los colegios, tanto públicos como privados.

Le Pen ha atacado también frontalmente la política exterior de los últimos años, empezando por la intervención en Libia en 2011, bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy, la cual ha servido de “potente abono para el yihadismo”. “Muchos de nuestros problemas se deben a nuestros errores en cuestión de política exterior”, ha insistido. Y ha apuntado a “las relaciones incestuosas de Francia y de sus dirigentes” conservadores y socialistas con Catar, “apoyo de peso al islamismo”, algo que ha hecho ya en varias ocasiones.

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