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El nuevo Gobierno laico de Túnez deja fuera al final a los islamistas

Nida Tounes excluye a ministros de Ennahda y forma su gabinete con los populistas y políticos independientes

Javier Casqueiro
Habib Essid anuncia los nombres de su nuevo gobierno, hoy en Túnez.
Habib Essid anuncia los nombres de su nuevo gobierno, hoy en Túnez.ZOUBEIR SOUISSI (Reuters)

Ha sido como terminar un gran y complicado puzle y cuadrar un rompecabezas al mismo tiempo. El desafío del nuevo jefe de Gobierno de Túnez, Habib Essid, para cerrar su gabinete de "unidad nacional" con la inclusión de varios partidos ha derivado al final en la exclusión de los islamistas de Ennahda, a los que se había cortejado en las últimas semanas, para poder pactar con los populistas del Berlusconi tunecino, el millonario Slim Riahi, y algunas figuras independientes. La secular Nida Tunes había ganado tanto las elecciones generales como las últimas presidenciales y domina en la práctica todas las instituciones de poder en un país que cumplimentó con éxito durante 2014 su transición democrática. Túnez es mirado con lupa como el experimento a seguir por las demás naciones que protagonizaron la primavera árabe.

El papel de Habib Essid no ha sido fácil desde que el 5 de enero el nuevo presidente de Túnez le encargó encajar todas las piezas necesarias para formar un gobierno de unidad o de concentración nacional, como había prometido Nida Tunes tras ganar las elecciones generales del 26 de octubre y luego las presidenciales en diciembre. Tampoco ha sido sencillo dar cabida a los diversos currículos que le enviaban las distintas formaciones con las que entabló conversaciones ni los que le recomendaban desde el Palacio de Cartago, la sede presidencial. La sombra de influencia del verdadero líder de Nida Tunes, el veterano Beji Caid Essebsi, el nuevo presidente de Túnez, es enorme y se nota en que varios de los ministros ahora elegidos ya lo fueron unos meses cuando él fue nominado en 2011 para encauzar el primer gobierno tras la caída del dictador Ben Ali.

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Pero Essid, que también fue ministro con Essebsi en aquel primer gobierno de transición en 2011, ha presentado a primera hora de esta tarde a su jefe y presidente de su gabinete y lo ha hecho tras culminar pactos con un solo partido, varias concesiones y algunos mensajes polémicos. Este próximo lunes el Gobierno se cumplimentará ante la nueva Asamblea de Representantes del Pueblo y el miércoles se procederá al relevo con el traspaso de poderes con el ejecutivo interino del primer ministro Mehdi Jomaa en el Palacio de la Kasbah.

El primer escollo clave que debía resolver Essid tenía que ver con la polémica presencia o no de los islamistas de Ennahda en el Gobierno. Nida Tounes es un partido liberal, conservador, europeísta y laico que se formó en el verano de 2012 con dirigentes, intelectuales, políticos y sindicalistas de todo tipo de procedencias ideológicas con la única argamasa de su antagonismo brutal hacia los islamistas de Ennahda, que ganaron las primeras elecciones provisionales en 2011 y luego formaron un gobierno con una troika de partidos que resultó bastante cuestionada y poco ejecutiva. Esa inacción es uno de los grandes temores ahora con la repetición en parte de ese modelo en un país con un paro oficial del 15% (el doble entre los jóvenes), con unos servicios públicos muy abandonados y pendiente de reformas económicas que seguramente serán impopulares.

Nida Tunes ganó las elecciones generales de octubre, las primeras con la nueva Constitución y la ley electoral y totalmente democráticas, con el programa base de su rechazo al islamismo y a esa troika y prometiendo que el Estado volvería a funcionar. Obtuvo 85 diputados, 16 más que Ennahda (69), pero se quedó a 24 de la mayoría absoluta (109 de los 217 totales). Desde ese momento, se empezó a hablar en Túnez de gobierno de concentración y las anteriores puyas lanzadas sobre Ennahda y su líder, Rachid Ganuchi, tornaron en palabras de respeto. Ganuchi, además, aceptó rápidamente la derrota y se ofreció a colaborar por el bien y la estabilidad de Túnez. Es lo que ha hecho desde entonces, incluso en sus giras y artículos en la prensa internacional, para gran satisfacción de la comunidad internacional, que quiere ver en Túnez el ejemplo a seguir.

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Habib Essid comunica la lista de los miembros de su nuevo gobierno al presidente Beji Caid Essebsi, hoy en Túnez.
Habib Essid comunica la lista de los miembros de su nuevo gobierno al presidente Beji Caid Essebsi, hoy en Túnez.Reuters

Pero el problema con Ennahda es la desconfianza que aún genera dentro de Túnez, para muchos dirigentes de Nida Tunes, que se han expresado en estos días contra su entrada en el Gobierno, y en otras formaciones, que consideran excluyente su participación si también están los islamistas. Así se expresó esta semana el diputado de Nida Tunes Mondher Belhaj Ali, que recordó las promesas realizadas durante la campaña electoral y mencionó la palabra engaño. O el diputado del partido izquierdista Frente Popular Morgi Rahgoui, que denunció la estrategia del nuevo gobierno de intentar colar a los electores “en pequeños sorbos la píldora” de la colaboración con Ennahda.

Desde Nida Tunes, su director ejecutivo, Boujemâa Remili, justificaba las negociaciones porque ese partido “es parte del poder” y para lograr su apoyo tanto desde dentro como desde fuera del Ejecutivo. Desde Ennahda se ha colaborado al máximo en el suspense y, media hora antes hoy del anuncio oficial, su portavoz admitía que aún no sabían que iban a hacer. Tras conocerse los nombres y su exclusión, aún no se han pronunciado.

Cuando Habib Essid ha revelado los 23 ministros (solo tres mujeres) y 14 secretarios de Estado de su gabinete no había ninguno de Ennahda y sí varios de la Unión Patriótica Libre (UPL) y algunas figuras independientes, que era una de las condiciones que habían fijado los islamistas para valorar su apoyo. Otros partidos, como los liberales de Afek Tunes (Horizonte por Túnez), se han retirado de las charlas y de prestar su respaldo porque creen que la presencia de demasiados independientes es una concesión excesiva a Ennahda. El UPL es un partido populista comandado por el millonario Slim Riahi, patrón del equipo del Fútbol Club Africano, al que se equipara con el italiano Berlusconi, y que logró 16 escaños en las elecciones. Asumirán varias carteras, entre ellas Turismo y Deportes.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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