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Túnez rehace su Gobierno laico para incluir a los islamistas moderados

El ganador Nida Tounis espera lograr el aval parlamentario que el anterior Gabinete no logró

Javier Casqueiro
el presidente de Túnez, Beji Caid Essebsi (derecha), junto a su primer ministro, Habib Essid, antes de presentar el Gobierno.
el presidente de Túnez, Beji Caid Essebsi (derecha), junto a su primer ministro, Habib Essid, antes de presentar el Gobierno.FETHI BELAID (AFP)

El primer Gobierno del experimento tunecino, el Ejecutivo nominado el pasado 23 de enero por el primer ministro Habib Essid tras ganar las primeras elecciones totalmente democráticas en Túnez tras la revolución de la primavera árabe, duró apenas 10 días y no llegó ni a ser presentado ante el Parlamento. No era de unidad ni de concentración nacional, como se había esperado. Essid lo descartó y durante este pasado fin de semana ha fraguado otro Gobierno, presentado esta mañana de lunes, este sí con la polémica participación de los islamistas moderados de Ennahda, que le asegura la confianza del Parlamento y también duras críticas internas en su propia formación.

El nuevo Gobierno de Túnez, que este miércoles finalmente pasará casi con toda seguridad el filtro de la Asamblea de Representantes del Pueblo (ARP), cuenta con 27 ministros (solo tres mujeres) y 17 secretarios de Estado (siete mujeres). En su formación están al final miembros de Nida Tounes (La llamada por Túnez), el partido ganador de las últimas elecciones en Túnez --tanto las generales del 26 de octubre como las presidenciales del 21 de diciembre--, pero también de los islamistas de Ennahda, los liberales de Afek Tounes (Horizonte por Túnez) y los populistas de la Unión de Patriotas Libres (UPL), del millonario local Slim Riahi, al que se conoce como el berlusconi tunecino.

Amplia coalición

El nuevo Gobierno del primer ministro independiente Habib Essid tiene 25 ministros (tres mujeres) y 17 secretarios de Estado (seis mujeres).

Ennahda dispondrá de un ministro (Empleo y Formación Profesional, Zied Ladhari) y tres secretarios de Estado.

El Ejecutivo debe lograr mañana, miércoles, respaldo parlamentario de 109 votos, y sus partidos suman ya 179.

Esta amalgama permitirá al jefe de Gobierno salir muy respaldado el miércoles del Parlamento, porque su gabinete logrará el voto en teoría de esos cuatro partidos, que suman en total 179 diputados de los 217 que tiene la cámara. La mayoría absoluta está situada en 109 escaños y Nida Tounes solo había cosechado 86 en las urnas. La alianza ahora con sus eternos enemigos los islamistas, que ocuparán un ministerio (Empleo y Formación Profesional) y tres secretarías de Estado, le proporciona otros 69 votos y más estabilidad. Eso en teoría.

La ejecutiva de Nida Tounes se reunió este pasado fin de semana, cuando ya era evidente que estaba a punto el acuerdo político entre los grandes líderes de ambas formaciones, para advertir al presidente del partido y del país, el veterano Beji Caid Essebsi, de 88 años, que esa alianza es contranatura. El secretario general de Nida Tounes, Taieb Baccouche, apeló incluso "a los electores del partido, al programa electoral y al proyecto de sociedad modernista" previsto para Túnez para evitar la entrada de los islamistas en el Gobierno. Varios diputados han expresado la misma inquietud y malestar.

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Todas esas quejas han sido en vano. Nida Tounes, una formación heterogénea pero secular y liberal, basó su éxito político y su campaña en los ataques al papel jugado estos tres últimos años en Túnez por los islamistas, primero en el poder tras las elecciones que siguieron a la caída de Ben Ali, y luego manejando sus hilos.

El veterano Essebsi, pese a las presiones internas, recibió este domingo en el Palacio de Cartago al histórico líder de Ennahda, Rachid Ghanouchi, para sellar la alianza, asegurarle varias plazas en el gabinete del primer ministro y apostar así con hechos por el Gobierno de unidad nacional por el que muchos abogaron tras el resultado electoral. El primer ministro ha introducido también varios independientes en puestos clave y carteras de Estado de su gabinete, otra de las demandas de los islamistas para facilitar la idea de un gobierno de concentración.

Esas medidas no han satisfecho al cuarto partido tras el resultado electoral, los izquierdistas del Frente Popular (15) muy enemistados con Ennahda, que han acusado a Essid de hacer un "cálculo simple para garantizar la confianza del Parlamento".

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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